31 enero, 2009

31 de enero de 2009

Han pasado ocho años desde que escribí “Mi prima Pilar”. Y continúo con el relato.

Ahora ella tiene un niño de cinco años. Vive sola con él. Ella dice que su matrimonio se acabó, que no hay nada que hacer. Y yo me preguntó ¿Cómo que no hay nada que hacer, cuando un niño llevara para siempre mezclados de manera indisoluble los rasgos de sus padres? ¿Es sensato traer a un hijo al mundo y luego olvidarse de la responsabilidad de haber formado una familia aunque ahora tal cosa se vea como normal? En esta sociedad de la caducidad, de usar y tirar, se ha perdido el más elemental sentido común, el de confundir las personas con las cosas.

¿No vale la pena luchar por ese niño y por los demás niños que podrían venir si sus padres, con humildad y se dejaran ayudar? No es está generación quien ha inventado la familia. Ha existido siempre, con tensiones, apuros, problemas y alegrías. Y también con su orgullo familiar, el de conocer la historia de padres y abuelos de las dos ramas, la historia de la que venimos. Nuestra prehistoria.

Cuando la veo todavía atractiva, delgada, inteligente, con su sueldo como profesora de “Formación Profesional” – mi prima Pilar es farmacéutica – teniendo un hijo y viviendo sin su marido, como tantas más, veo hasta que punto ha sido un fracaso la educación que a esta generación se le ha dado.
De momento ni él ni ella tienen ningún lío con nadie, lo cual dado que los dos son jóvenes y atractivos es ya un milagro. La abuela reza, para que no se meta por medio ningún zángano, ni ninguna zángana. Creo que gracias a ella las cosas, no están peor. ,

Mi prima Pilar ( 1 )

El 12 de agosto de 2001, escribí

Mi prima Pilar, se casará en otoño, un día cualquiera, vestida de calle, traje de diseñador.. Mi prima Pilar es alta, morena, atractiva. Con uno ojos muy negros a veces desafiantes y guerreros como cuando me dijo: “Me caso en Zaragoza, en El Pilar pero sin misa, solo la boda”
Me dolió que en su boda se perdiera la misa, pero no me extrañó. Los jóvenes de hoy, son tan ignorantes…Pilar, como tantas otras, no sabe que la misa es el gran banquete de la Palabra de Dios y de Dios mismo, que se nos entrega inerme, más que en Belén, bajo las especies de pan y vino. O a lo mejor si lo sabe, pero lo mismo que sabe el primer principio de la Termodinámica. Conocimiento éste, que a pesar de su nombre, no le da ni frío ni calor. Que ni le va ni le viene.
“El matrimonio es difícil – le dije – ya te darás cuenta”.
Y pensé como Cristo construye con los conyuges, desde dentro, ese amor capaz de resistir la prosa diaria, con sus estíos, heladas, y “calma chicha” y como con ´¨el, acaba siempre llegando el buen tiempo. Luce el sol y sopla la brisa. Porque se mete en nuestra nave, y si no le echamos, navega con nosotros e hincha las velas. Nos da la capacidad de perdonar, cuando hay que hacerlo, para que ese amor no se rompa y a su sombra crezcan los hijos, alegres y sin traumas. Seguros. Y ello no es ningún tópico sino realidad. comprobada. Basta abrir los ojos, porque ejemplos hay.
Quise decirle a Pilar muchas cosa, si me hubiera dejado. Pero no me dejó.


( este texto me he encontrado a manuscrito arreglando un cajón y lo lanzo al viento antes de romperlo)

30 de enero de 1948

Mary Ángeles me ha mandado un interesante “Power point” sobre Mahatma Gandhi, en el aniversario del día que lo asesinaron: 30 de enero de i948. En su honor, y porque el bien de suyo es difusible, me he dado el curro de copiar, del mismo, unas cuantas frases suyas. Nos hace bien a todos, recordarlas:

“He tomado sobre mis espaldas el monopolio de mejorar solo a una persona en el mundo, esa persona soy yo mismo, y se lo difícil que es conseguirlo”

“Ojo por ojo, y el mundo se quedará ciego”

“La fuerza no proviene de la capacidad física, sino de la voluntad indomable”

“Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala, es el silencio de la gente buena”

“No debemos perder la fe en la humanidad que es como un océano; ella no se mancha porque algunas de sus gotas estén sucias”

“Nadie puede hacer bien en un espacio de su vida mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible

“Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque nosotros no nos animamos a pelear”

“El cobarde es incapaz de mostrar amor, hacerlo está reservado a los valientes”.

“El que tiene algo que no necesita es igual a un ladrón”

“En materia de conciencia, la ley de la mayoría no cuenta”.

“Sé tu el cambio que quieres ver en el mundo”

“No hay caminos para la paz, la paz es el camino”.

( Gandhi nació en 1869 y cuando se casó él y su mujer tenían trece años los dos)

26 enero, 2009

Timoteo y Tito

La carta "EN la entraña", que mandé el sábado a “Las Provincias ha salido hoy lunes. Verla publicada es siempre un hermoso modo de empezar el día. Luego en la misa, he caído en la cuenta que hoy es la conmemoración de Timoteo y Tito, los dos grandes amigos de San Pablo. Y me he emocionado, como me ocurrió el año pasado, al oír ese comienzo de la Segunda carta a Timoteo:

“Doy gracias a Dios, a quien sirvo, a ejemplo de mis progenitores; con pura conciencia y sin cesar hago memoria de ti en mis oraciones noche y día, deseoso de verte, acordándome de tus lágrimas, para llenarme de gozo acordándome de tu sincera fe, que fue tambien la de tu abuela Loida y la de tu madre Eunice, y que confío es la tuya.”

Esto tiene la liturgia, que te hace consciente del paso del tiempo.

Dentro de esa emoción, ocupan un puesto clave: Loida y Eunice. La abuela y la madre de Timoteo. Más de veinte siglos llevan estas dos mujeres saliendo en la historia más leída de todos los tiempos. ¿Qué profesión tenían? ¿Ministro de finanzas en tiempos de crisis? No. eran una abuela y una madre de un gran apóstol. Ahora añadiría gustosa como en los devocionarios antiguos: “medítese”.

Y hoy también, una gran noticia para mi familia: probablemente el día 28 de enero ( fecha clave en mi vida) saldrá del Hospital “La Fe” mi yerno Nacho, después del trasplante de dos pulmones. Sé que algunos que me leen han rezado por él . Muchas gracias.

He empezado a leer una novela policíaca, romántica e ingeniosa “Luna de miel “ de Dorothy. L. Sayers, que vale la pena, así es que no se si aguantaré mucho tiempo viendo a Zapatero en “59 segundos”. Me voy a cenar.

25 enero, 2009

Sin tiempo

Son las 10,50 de la noche y no he tenido un rato para escribir algo. Y el caso es que cosas hay. Me han dejado a Nachito ( cinco meses) desde por la mañana hasta las cuatro, a esa hora he bajado a tomar café con mi hijo mayor y cuando se ha ido ha venido a merendar Marta con su gente, para celebrar el primer cumpleaños de Pablito…Misa de 8 de la tarde, cena y unas cuantas llamadas de teléfono. El no disponer dee tiempo es algo que llevo mal y es insensato. ¿Por qué? por unas palabras de la Escritura: “El que quiera ganar su vida la perderá, el que perdiere su vida la encontrará”.

Hoy, festividad de la conversión de San Pablo, no me resigno a no escribir nada. Cuánto más que San Pablo y yo, somos íntimos, gracias a mi lectura diaria del “San Pablo de Holzner”. En su honor copiaré algunos fragmentos suyos y me iré a la cama, no sin antes recoger la cocina que con la dichosa merienda, empalmada con restos de la comida, está hecha un cuadro. Vamos a ello:

“No hagáis cosa alguna por espíritu de rivalidad o de vanagloria; sed humildes y considerad a los demás superiores a vosotros” (Flp, 2,3)”

“Todo lo puedo enn aquel que me conforta”(Flp4,13)

“Ayudaos unos a otros a llevar las cargas y así cumpliréis la ley de Cristo2
(Gál 6, 2)

“Para los que aman a Dios, todo sucede para bien” No se dónde esta esa frase suya que para mí es decisiva. En Rom 8,28: leemos: “Ahora bien, sabemos que Dios hace concurrir todas las cosas para el bien de los quew le aman, de los que según sus designios son llamados.”

Según esto, es otra vez insensato quejarse de la falta de tiempo. Buenas Noches.

24 enero, 2009

En la entraña

Hoy es San Francisco de Sales.Patrono de periodistas.Lo celebro enviando la siguiente carta a "Las Provincias"


“Yo creí en Dios, antes de creer en el cielo”, dijo C.S.Lewis, en su libro “Si Dios no escuchara”. En el cual, seguro el autor de la existencia de Dios, contesta a preguntas como : “¿es la oración un soliloquio que nadie escucha?”. Creo que por lo general, en la entraña del ser humano, radica la convicción de que Dios existe y se preocupa de nosotros. Prueba de ello es el ¡Ay Señor¡ que exclamamos en esos angustiosos apretones de barriga, o de muelas. Si el dolorido individuo en cuestión, tiene familiaridad con el evangelio es posible que la exclamación, sea sustituida por la del ciego Bartimeo “¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí¡”. ? Como prueba de lo que digo, véase lo ocurrido en una reunión de anarquistas, en la uno de ellos llega rezagado y al entrar, saluda a los concurrentes: “¡Con Dios¡”. Al oírlo, contesta el presidente: “¿Cómo que con Dios? ¿No hemos quedado en que Dios no existe y que cada uno está solo consigo mismo?.Haz el favor de salir y volver a entrar como Dios manda”. Relato que “se non vero, è ben trovato”. Todo esto viene a cuento de la especulación sobre si nos visitarán o no, los dos autobuses en el que uno afirma la existencia de Dios y el otro que lo probable es que no exista. La presencia de ambos, no hace más que resaltar que de Dios no se puede prescindir. Y no se puede, porque toda vida depende de la posición que adopte frente a Él. ¿ No fue Sartre quien dijo: “Si Dios no existe, todo está permitido”? Y me preguntó ¿Cómo acabar estas líneas sin citar el delicioso libro de André Frossard “Dios existe, yo me lo encontré”?

22 enero, 2009

Jane Austen

En tres noches consecutivas he visto tres películas de Jane Austen: “La abadía de North…”, “Mansfield Park” y “Persuasión”. Para mi la mejor, con diferencia, es la segunda. Ya había visto “Emma”, “Orgullo y Prejuicio” y “Sentido y Sensibilidad”. De éstas, prefiero la última.

Me encantan las películas de Jane Austen. Me encanta sumergirme después de cenar, en uno de esos hogares ingleses, de casa de campo rodeada por un gran jardín con mucho césped, muros de piedra gris cubiertos de hiedra, amplias ventanas, casi a ras de suelo, de cristales emplomados…, salones espaciosos de techos altos, bellos cuadros y elegantes muebles, y en las que sus moradores, se puede decir que no dan un palo al agua. Pasan la vida haciéndose compañía unos a otros, visitando a los vecinos de su misma clase, cenando en mesas de manteles de hilo y candelabros de plata, o tomando el té en exquisitas porcelanas, mientras planean bodas ventajosas en las que es indispensable que los futuros cónyuges tengan los dos buena renta. Algo vital para seguir manteniendo el tren de vida que gastan, ya que los miembros de la numerosa familia y el abundante servicio que las habita, viven todos de la buena renta del padre de familia.

Además, en las películas de Jane Austen, y ello contribuye a su moralidad intrínseca, el amor triunfa siempre. Si en la pareja los dos o uno de ellos no tiene recursos, llega a tiempo una herencia que les permite casarse o la protagonista sin dote puede hacerlo con un modesto clérigo del que siempre ha estado enamorada. Nunca se ve a un viejo que consiga casarse con una bella joven porque él tiene dinero y ella no. Y, para mayor placer, las protagonistas de las novelas de Jane Austen, no solo son bonitas, recatadas, tal como la época exigía, sino también mujeres inteligentes, capaces de ser amadas por sus almas. Y para que la cosa sea aún mejor: muchas de sus protagonistas escriben.

Gracias Jane Austen, por contarme algunas noches un hermoso cuento, antes de irme a la cama a soñar con los angelitos.

19 enero, 2009

“El senderito”

El Dios es Amor, su oficio es amar,
el tuyo esperar en Él, Él cuidará de ti
y tu déjale hacer.
Ha de llevar, las riendas Dios
y tu seguir con paz y amor.
Te llevará por un camino
que eternamente te escogió,
tu síguelo, tu síguelo.

Sin duda no es el que un día
soñaste tú seguir aquí
pero no hay cree igual ni mejor para ti.
Ha de llevar las riendas Dios
y tu seguir con paz y amor.
Oh senderito de mi vida
que dulces te haces para mí
que voy a Dios yendo por ti

No quiero saber, ni quiero entender
no quiero ver ni sentir
solo se una verdad y ésta me hace feliz
Dios es amor, Dios es poder
suma bondad, sumo entender.
Y en su amor y esa ternura
y esa grandeza de mi Dios
descanso yo, descanso yo.

Tendrás que sufrir, tendrás que luchar
tendrás que llorar aquí,
quizá apenas podrás alzar la vista a Mí.
Y has de creer que esto es amor
has de crer que te amo yo.
Llegará un día venturoso
En que mis brazos te abriré
Allí verás cuánto te amé.

(“El senderito” lo cantó, por obediencia, por la Madre Marta, ya en el locutorio, después de una cariñosa comida que nos dieron las monjas en un cuartito con torno, cercano a él fuera de la clausura, por el que nos ponían la comida,. cuando hicimos hace años una visita a las Carmelitas de Caudiel: Maribel, Pilar, Mary Carmen y yo. Siempre recordaré la “transfiguración” de la cara de Mary Carmen, después de la tertulia con las monjas. No hay salón de belleza que pudiera hacer milagro semejante.)

18 enero, 2009

México lindo y querido

Mucha buena gente está hoy en México, con la Guadalupana, rezando por la familia. Alegrémonos porque la oración mueve montañas y a la familia, vital para el hombre, se hace lo posible muchas veces por dinamitarla.

Me contó la superiora de las Carmelitas Descalzas de Caudiel, que la Madre Maravillas, Santa Maravillas de Jesús, canonizada en Madrid por Juan Pablo II, murió oyendo una canción a la Virgen, con la música de “México lindo y querido”. Fue ella quien se la canto, porque la atendió en su agonía y fue testigo de la alegría que tuvo la santa cuando le dijeron que se iba al cielo. La Madre Marta, que así se llama en religión, tiene una voz preciosa y antes de meterse carmelita había querido ser cantante y conoció a Lola Flores, Manolo “caracol” y otros folclóricos. La Madre Marta, eso no nos lo dijo ella, pertenecía a la nobleza española y se crió con la reina Fabiola.

A esa edad en que una adolescente es princesa que cantar (antes así sucedía y para eso estaban los aspirantes a poetas) cantaba yo a voz en grito cuando estaba contenta “Mexico lindo y querido” y todas las rancheras de Miguel Aceves Mejía, como recuerdo haber dicho aquí. Y ya de abuela, le oí cantar a la Madre Marta la canción con que agonizó, después de sacramentada, la Madre Maravillas. ¿No es ello maravilloso?.

Casi veinte años años antes la Madre Marta no era superiora, sino la encantadora Madre Amelia de los Sagrados corazones y fue ésta quien ella, le pidió, para hacernos fiesta, que nos cantará “El Senderito”. No se a las demás ( iba con cuatro amigas) pero a mí se me puso la carne de gallina oyéndola. La transcribiré. Aunque había que habérselo oído a ella.

16 enero, 2009

Monjas negras

De mis muchos veranos en Rubielos de Mora, procede el que conozca a las monjas Agustinas Recoletas del convento de San Ignacio, que llevan en el pueblo casi cuatrocientos años. He ido muchas tardes a hacer la visita a la Iglesia del convento, y para entrar, tenía que pedir antes la gran llave de hierro, y recogerla en el torno. A veces veces pasaba luego al locutorio a hablar con las monjas. A ellas les he pedido oraciones, y tras la reja de la clausura han visto crecer a mis hijos de pequeños y he disfrutado viendo el buen rato que las monjas pasaban con ello. Una vez Sor Sagrario me contó su vocación y aunque he olvidado la anécdota, no el impacto que su relato me produjo, ambientado por la sonrisa de las monjas, la pobreza del locutorio y la débil pero cálida luz de una tarde de invierno en un ámbito entrañable. Sor Sagrario, como tantas otras está ya en el cielo.

Las monjas de Rubielos han pasado muchos años sin tener una sola vocación. Las pedían, pero Dios se hacía el sordo. La Madre, me decía: “Pídale a San Josemaría que tengamos vocaciones, sino se tendrá que cerrar el convento”. Hubiera sido muy triste. Como todo lo que vale, las vocaciones tardaron, pero llegaron. Primero entró Mary Ángeles, luego María Antonia y después, Rocío que hizo sus votos el pasado 11 de noviembre. Este verano, entró a prueba Bernardette, de Kenia, y ahora Bernardette tiene tres compañeras keniatas: Lucía, Concepción y Vitorina. Cuatro monjas negras en el frío convento de Rubielos.

Pasar tiempo con los hijos

Educar es entre otras cosas, pasar tiempo con los hijos. Salir a callejear con ellos, ir de compras, tener tertulias. Yo he tenido la suerte de poder hacer todo eso porque no ejercí un trabajo fuera de casa. Recuerdo como si fuera ahora cuando le leí a Juan un párrafo de “Obstinación”, de Herman Hesse al borde de la piscina que hicieron en Samper de Calanda, a la salida del pueblo, rumbo al Calvario y a Santa Quiteria. Tendría unos nueve o diez años, quizá menos. A los pocos días me dijo: “Mamá¡¡¡ mira como nado” Y vi su cuerpecito moreno y delgado con bañador rojo, avanzar bajo el agua azul. Nadie le había enseñado, evidentemente no era como yo a pesar de que mi madre, me decía de niña: “eres un pato, siempre te estas cayendo”. “Obstinación” está en la prehistoria de la vocación y de la profesión literaria de Juan.

Recuerdo igualmente cuando sentados los tres Quino, Juan y yo en los grandes confortables modernistas del cuarto de estar, que heredamos de nuestros mayores, les conté de pé a pá “Resurrección” y de cómo escuchaban atentos. Estaban en esa edad en que la madre tiene prestigio y ellos viven felices en su entorno.

Juan era un niño de primaria, al cambio de hoy, cuando una tarde que íbamos a hacer una visita a la Basílica de la Virgen de los Desamparados. Ya dentro me dijó: “´Vamos a rezar una Salve a la Virgen, para que al año que viene tenga también en clase a Don Juan Vicente Más”. Don Juan Vicente Más, hermano de Don Enrique Más, sacerdote, era un santo. No había más que verle la cara.

Era ya un poco más mayor, cuando una tarde, que me había propuesto irme a confesar y me daba una pereza enorme, lancé esperanzada la pregunta: “¿Alguno de vosotros me acompaña a ir a confesar?”. Juan que debió de ver, siempre ha sido psicólogo, que si no encontraba a nadie, me quedaba en casa, se levantó y dijo: “Mamá, yo te acompaño”.

De estas cosas me he acordado a raíz de la tertulia en la cafetería.

15 enero, 2009

Después de cincuenta años..

El bien revierte siempre sobre quien lo hace. Hace años, me contaba una Ingeniero Industrial, madre de familia numerosa, que por poderla tener, renunció a un puesto de Dirección importante, que exigía mucha salida al extranjero y mucha dedicación. El Ingeniero que ella tenía por debajo asumió el puesto de dirección que ella desestimó. Es decir gracias a ella, él se convirtió en su jefe. Ahora que su marido ha tenido un trasplante de los dos pulmones, su jefe le ha dicho, con el fin de que pueda hacer turnos en el hospital: “Pídete una baja y si no te la dan lo arreglaremos de otro modo”. La Ingeniero es mi hija y yo en su momento me sentí orgullosa de que ella, entre el escalar puestos en el trabajo o atender a su familia, eligiera esta última, sin prescindir de aquel, cosa que hoy una madre de familia, no puede permitirse.

Hoy a mi me ha pasado, en escala más modesta, eso de que el bien revierte…Á las cinco me he ido a la modista a que me acorte un abrigo largo que según mi amiga Mary Luz debería retirar, pero al que simplemente basta con darle un nuevo aire. A la salida he pasado por casa de Maribel, que ayer me invitó a una tertulia en una cafetería, con su grupo de amigas, alguna de las cuales me conocía. No me apetecía demasiado, pero quería tener un detalle con Maribel y me he dicho: “ pasó por su casa ( muy cerca de la modista), la recojo, la acompaño a la cafetería, estoy allí un cuarto de hora y con la esclusa de la catequesis, me largo”. Pero he aquí que cuando llegan sus amigas una de ellas, delgada y mona, pese a los años me dice: “Tú eres de teresianas ¿no te acuyerdsas de mí? Soy Charo F.”. No, no me acordaba y me he sentido halagada de que ella si me recordara a mí. Habían pasado cincuenta años. Al rato la he visto con su cara de entonces, que el tiempo le ha respetado bastante, y su bata blanca de colegiala. Un alegrón. “¿Y la Madre Digna? ¿sabes algo de ella?” me ha dicho. He estado con el grupo más tiempo del que pensaba y al irme le he dicho a Charo: “Te llamaré y nos tomaremos un café..”

Esta mañana estaba bastante desanimada. Me he ido a misa de 10 a San Juan del Hospital y al pasar por la estatua de San Josemaría le he dicho:
“sácame adelante la catequesis, sácame adelante el día y sácame adelante la vida”. Lo ha hecho. Charrada interesante con la modista, gratos recuerdos al ver a Charo en un tiempo en que todo eran promesas y las monjas además de protegernos nos querían y en la catequesis, a pesar de los muchos niños y ser a las 6,30 de la tarde he conseguido que les interesara.

En el grupo de la cafetería me he enterado de que Don Enrique Más, sacerdote del Opus Dei, de los que dejan huella, está muy malito. Siempre recordaré el acierto de sus palabras cuando fui a desahogar mi corazón con él, en uno de los momentos más difíciles de mi vida. La confesión también sirve para eso, no solo para perdonar los pecados.

11 enero, 2009

Epistola: In Carcere et Vinculis (“De profundis”)

Leí el libro así titulado, hace años. Estos días al hablarme alguien de lo magnífico escritor que es Oscar Wilde, lo he recordado y he vuelto a cogerlo. Sabido es que Wilde, escribe esta larga y dolorida carta a su joven amigo Lord Alfred Douglas, desde la prisión en la que se encuentra, a la que ha sido condenado, acusado de homosexualidad por el padre de Douglas. Extracto un párrafo que en su día subrayé:

“ Siempre había pensado que mis concesiones frente a ti en cosas pequeñas
no significaban nada grave y que llegado el momento decisivo podría reafirmar la superioridad natural de mi fuerza de voluntad. No0 ocurrió así. En el gran momento mi fuerza de voluntad me falló por completo. En la vida no hay verdaderamente cosas grandes ni pequeñas: todas las cosas tienen el mismo valor y la misma altura. Mi costumbre – en principio debida a mi indiferencia – de ceder en todo ante ti se había convertido en parte de mi naturaleza. Sin que yo lo supiera estereotipó mi temperamento en un estado de ánimo permanente y fatal (…) Te permití dominar la fortaleza de mi carácter, y la formación de ese hábito representó no solo el
Fracaso sino la Ruina. Éticamente fuiste para mi mucho más destructivo de lo que habías sido artísticamente.”

Creo que este es un libro que muchos deberían leer hoy que tan sesgadamente se habla de homosexualidad y se oculta todo aquello que puede aclarar el tema.

Pero hay más, la importancia de los hábitos ( creados no de la nada sino por repetición de actos) que o generan vicios, o generan virtudes.

La tele

La tele va de mal en peor y ya es difícil, porque ha mucho que supera cotas altas de estupidez y corrupción. Esta última palabra no es exageración, responde a la realidad. La televisión, no solo no muestra jamás un solo ejemplo que nos sirva de estímulo para ser mejores, sino que ni siquiera es capaz de hacernos pasar un buen rato oyendo hablar a quien merece ser oído. Decía no ha mucho Fernando Sánchez Dragó, que aborrece tanto como yo el término “ciudadanía”, que a la palabra “ciudadano”, le falta una ese, debería decirse “ciudadasno”. A la verdad de ese aserto, nos conduce nuestra tele día tras a día. Sin embargo no es la ignorancia y desamparo mental lo que provoca estás líneas, como agua que desborda el vaso, sino el haber dedicado dos minutos a ver, con temor y temblor, el programa “Escuela de Padres” de “la 2”. Pobres padres y pobres hijos si no tienen otra guía en su mutua relación. En uno de ellos una niña en un parque, al despedirse de una mujer para irse con otra, era aleccionada: “dale un beso a tu mamá” y se apostillaba “porque tu tienes dos mamás ¿verdad? La niña asentía. ¿qué se puede esperar de una educación que engaña a un niño, en algo fundamental, para que el “adulto” haga de su capa un sayo? Voces autorizadas dicen que en el futuro el mayor número de enfermedades serán mentales. Se está destruyendo al hombre, y no solo con el aborto sino con la lujuria, la avaricia y la mentira. No se puede marginar a Dios en la sociedad y que ésto no tenga fatales consecuencias para la misma sociedad.


(carta enviada a "Las Provincias")

05 enero, 2009

Ramón María del Valle Inclán

Callejeando para buscar un Niño Jesús que mi nieta Belén de cinco años quiere que los reyes le dejen en mi casa, cosa que resulta harto difícil, he recordado que hoy es el aniversario de la muerte de Valle inclán y me he dicho lo contaré. A eso voy.

Valle Inclán murió el 5 de enero de 1936 –él había dicho que sería el día de Reyes-. Cuando en la preagonía su viejo amigo Díaz de Rábago le oye invocar el nombre de la Virgen, le dice:
- Ramón, ¿por qué no te pones a bien con Cristo
- Creo que siempre he estado a bien con él.
En la mañana víspera de Reyes su estado se hace crítico. Su amigo le sugiere:
- Ramón… un sacerdote.
- Mañana.

No hubo mañana.

El refrán “Dios nos coja confesados”, tiene como complemento otro: “no dejes para mañana, lo que puedas hacer hoy” y diré algo más “ Por la calle del mañana, se llega a la plaza del nunca”. Y para no seguir diciendo refranes, daré un fuerte salto cualitativo: “ Caminad, mientras tenéis luz”

Mamá Pilar

La víspera de Nochebuena, hace muchos, muchísimos años, años nació para el cielo, lugar para el que según decía había criado a sus doce hijos, mi abuela paterna, Mamá Pilar. Algo he contado de ella. Esta noche, Noche de Reyes es noche de recuerdos, en este caso, la tela que mi abuela regaló a mi madre para que nos hiciera un vestido a mi hermana y a mí. Regalo insólito, porque mamá Pilar nunca regalaba nada. Había regalado mucha vida alrededor, y mantenido, no sin quebranto, sin tener que vender nada del patrimonio. A decir verdad, cuando la tía Lolita, una de sus hijas vino a Valencia para vivir una larga temporada con nosotros, nos regaló, a modo de compensación económica, una bonita imagen de la Inmaculada, de buen tamaño, que estuvo siempre en la estantería del cuarto de estar y a la que siempre se podía mirar buscando protección y ayuda, cuando era necesario.

Pero volvamos a la tela azul salpicadas de capullitos de rosa con la que nos hicieron unos vestidos de manga de farol, falda fruncida y en la parte de arriba volante circular con pasacintas enmarcando el cuello vuelto. En aquellos tiempos los vestidos se hacían a medida, como la educación. Ni la televisión ni el capitalismo habían inventado una moda en serie. No se sentía la frustración de no caber en la talla, que había decidido un arbitrario fabricante, con somero conocimiento de la fisiología.

Estrenar un vestido tenía su parafernalia. Antes, se salía una tarde para comprar la tela, y otra para ir a la modista para que nos tomara las medidas y elegir modelo. La compra de la tela suponía recorrer muchas tiendas en las que el dependiente desdoblaba incansablemente sobre el mostrador pieza tras pieza: popelines, batistas, lino, organdí… Pero pese a su pericia de vendedor solícito, tenía grandes probabilidades de que la clienta saliese de la tienda con la cabeza alta sin comprar nada. “Ya volveré otro día”. Y Sanseacabó. El día adecuado para ir de compras era el jueves porque daban globos, que se subían al cielo en cuanto te descuidases.

Otra tarde se iba a la modista. Allí se elegía modelo mirando el figurín, revista de dibujos o fotos de vestidos, según la categoría de la modista. Las modistas de postín, tenían además gasillas. Aprovechando que el hombre y la mujer tienen simetría axial, te probabas la mitad del modelo confeccionado en gasilla, para darte una idea. Para conocer esto de las gasillas tendrían que pasar unos cuantos años y preparar mi equipo de novia, .en el que hay que reconocer que mi madre estuvo a la altura.

Ya está mamá Pilar con sus hijos en ewl cielo como quería, pese a los quebrantos que más de uno le proporcionó en la vida.

02 enero, 2009

Vecinos

“ ¿Ves como Dios es bueno?” - me decía ayer mi vecino Ricardo, en el trecho que va desde la puerta de la callé al ascensor – al celebrar que mi yerno había superado el trasplante. Pocos días antes había pasado a su casa a pedir a Pepita su mujer, como a tantos otros, oraciones para que así fuera. Él, que se había sumado a ellas, continúo sonriendo: “en la casa de enfrente hemos seguido un poquito el asunto”. Ricardo, tiene 88 años y es impensable sin Pepita, con la que se casó hace 50 años. Entonces ella, hermana de un compañero de Derecho, era muy mona, aún se le nota, y tenía unas hermosas trenzas. Son unos vecinos encantadores que me han dado muy buen ejemplo. “Contigo también fue bueno”, le dije, recordando la operación de corazón que sufrió hace poco, de la que salió sonriente y bien trajeado como siempre. Me dijo: “Me hicieron antes firmar todo lo firmable, porque había peligro de hemorragia y en el corazón no puede se puede hacer trasfusión, y firmé tranquilamente. La noche de antes estuve hablando un gran rato con Don José ( el párroco) y ya sabía donde m,e iba…”. Sonreí interiormente al ver el pudor de Ricardo..yo hubiera dicho tranquilamente: “hice una buena confesión…”. Él es el que me dijo en otra espera de ascensor, poco después de su operación : “Ésta vida con minúscula, es deliciosa como preámbulo de la otra Vida con mayúscula, sino es aborrecible”, que conté en su momento. Ricardo y Pepita me han dado muy buen ejemplo. Ella, merece mención a parte. Llevar 37 años viviendo en una casa de treinta pisos, hace que casi cualquiera pueda escribir, como Buero Vallejo, la historia de una escalera.

01 enero, 2009

Año nuevo

Son las 9 y 10 de la mañana del Jueves día 1 del 2009…¡Cracias tibi Deus, gracias tibi. La cocina de anoche por recoger y me vienen a comer ocho… La vida y sus inapelables necesidades. Ayer, después de un día bastante rezado y trabajado, sobre todo con el corazón, que después de todo es un músculo, creo, no tuve fuerza física ni de la otra parta dejarme la cocina como un espejo como me hubiera gustado. España y yo somos así, señora. Pero, pese a la fragilidad, acabé el día contenta, Tedeum en la catedral y pelo impecable, por la misericordia de Dios, porque por la mañana por ahorrar cuatro duros, me lo teñí yo – luego iría a la pelu a cortar y secar- y por tener la cabeza en los enfermos de la familia, me embadurne la cabeza con la base y el champú del aclarado, sin mezclar la base con el tinte y dejar el champú para luego. No me tiré por la ventana, hice lo que pude y salió un resultado aceptable. Por la noche la cena con mi hijo mayor, amable compañía, apetitosa, sobria y digestiva. Velada Grata en la que cupo la lectura de una leyenda de Bécquer. Me dio por ahí.

El 2009 empieza en jueves. Día simpático. Dia de la Eucaristía, y día en que me casé yo. Es curioso que me enterara de que era jueves, muchos años después, la fecha numérica lógicamente siempre la recordé, viendo una fotografía en blanco y negro de mi boda. En la sacristía de la iglesia, detrás de la mesa sobre la que firmo, el contrato matrimonial se veía un calendario de pared de esos de números gordos, del mes en uso. Para nuestro posterior regocijo, acabamos viendo muchas cosas en la vida, cuando conviene que las veamos.