27 noviembre, 2013

Matrimonio por la Iglesia

Como hasta los años 70 la mujer en España, dice Julián Marías en uno de sus libros, era mayoritariamente religiosa, ésta trataba, de alguna manera, de llevar al hombre de su vida a Dios. Desempeñaba, ya sabía el resultado, el papel contrario al de Eva en el Paraíso. Así las cosas, Francisca, de 78 años, nacida en el Castillo de Garci- Muñoz (Cuenca) y trabajando como “muchacha” hasta que se casó, así se les llamaba, y como asistenta después y cuya vida agradezco conocer, me ha contado uno de estos días, que antes de que operaran a su marido le habló de que rezase, como preludio de que se confesara. Dió en hueso: “reza tú que te hace más falta, yo no he hecho nada malo. ” Ella, que sin saber aquello que decía Oscar Wilde de que la mujer está para cuando el hombre necesita ser perdonado, perdona pero no olvida lo mal que a lo largo de su vida matrimonial la ha tratado a veces, no insistió. Pero cuando ya lo iban a entrar al sacó una estampa de la Virgen de las Angustias, patrona de su pueblo y se la puso delante y él, la besó tres veces. También estos días, al encontrar a un vecino de más de 90 años, llevados garbosamente, con el que coincido frecuentemente en misa, le dije –que todos los martes en la capilla del Hospital Clínico que tenemos cerca, está és Santísimo en la custodia de 8 de la mañana a 8 de la tarde. Sabía que le interesaría y lo tenemos cerca. Me agradeció el aviso y me contestó: “ya me gustaría.. pero está mi mujer muy mal.. y a veces no puedo dejarla. Pienso que lo que hago por ella, se lo hago a Jesucristo”.Me conmovió. Pensé que eso era la guinda de su vida matrimonial. . .

19 noviembre, 2013

Mi padre

El 18 de noviembre, fué el aniversario de la muerte de mi padre (1914-1957). Una muerte relativamente dulce por lo imprevista. Cuando llegó, había llenado su copa, su copa de sufrimiento. Cada cual llenaremos la nuestra, porque de aquí nadie se va de rositas. Pero nos espera el cielo, si somos sensatos y por serlo, somos humildes. Decía Chesterton, que Alicia para entrar en el País de las Maravillas, había tenido que empequeñecerse…Cómo cuesta. ¿verdad?. ¡Que fácil “subirse a parra” o a “ponerse moños”. Desde el primer momento, no dudé del cielo que esperaba a mi padre. “Señor, ¡mi vida por la suya¡” exclamó mi madre cuando él agonizaba. En medio de la sorpresa, con que veía que se iba, mientras le besaba repetidamente la mano, supe que esa petición de mi madre, Dios no la escucharía. Mi madre debía quedarse: mi hermana tenía 15 años y yo 17. Gracias a ella, salimos adelante las dos: estudiamos Químicas, nos casamos y fuímos felices, sin comer perdices. Mi madre, como quien no quiere la cosa, llegó a todo. En los 80, la hubieran podido tildar despreciativamente de “maruja”, porque en su D.N.I., al lado de “profesión”, se leía “sus labores”. Tiempos cegatos. Hoy ya no, viene bién comer de caliente y a mesa puesta al salir del trabajo. “¡Abuelas al poder¡” que decía aquella. Otros años, este día recordaba la festividad: “Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo”, y caía en la cuenta de que mi padre, que no tuvo hijos y le hubiera gustado, ha tenido entre sus nietos, a dos hermanos: Pedro y Pablo.. Éste año, he tenido una grata sorpresa al leer que además de la “Dedicación”… se celebra a Ntrª Srª de la Divina Providencia.. A mi madre le hubiera tranquilizado saberlo.

17 noviembre, 2013

La misa dominical (de viejas y queridas libretas)

“La Palabra de Dios y la razón van juntas”. Esta frase, clara, corta y verdadera, vale la pewna almacenarla en memoria. Benedicto XVI la utilizó dentro de un contexto: la homilía de la misa en el Congreso Eucarístico de Bari el 29 de mayo del 2005, en la que habló de la importancia de la misa dominical. Dijo el Papa recordando el número de cristianos que fueron martirizados en el siglo IV, por haber desobedecido la ley que les prohibía reunirse los domingos para el culto divino:“Fue significativa entre otras la respuesta que un cierto Émerito al procónsul que le preguntó por qué habían transgredido la severa orden del Emperador. Respondió: “sine domenico, non possumus”,es decir,sin reunirse en asamblea el domingo para celebrar la Eucaristía, no podemos vivir. Nos faltarían las fuerzas para afrontar las dificultades diarias y no sucumbir “. Después dee atroces torturas, estos cuarenta y nueve mártires de Abitinia fueron asesinados. Así con la efusión de su sangre, confirmaron su fe. Murieron poero vencieron; ahora les recordamos en la gloria de Cristo resucitado”. Y continuó diciendo el Papa: “El precepto festivo no es un deber impuesto desde fuera, un peso sobre nuestros hombros. Al contrario, al participar de la celebración dominical, alimentarse del pan eucarístico y experimentar la comunión con nuestros hermanos y hermanas en Cristo, es una necesidad para un cristiano; es una alegría; así el cristiano puede encontrar la energía necesaria para el camino que debemos recorrer cada semana. Por lo demás no es un camino arbitrario: El camino que Dios nos indica con su Palabra, va en la dirección inscrita en la esencia misma del hombre. La Palabra de Dios y la razón van juntas. Seguir la Palabra de Dios, estar con Cristo significa para el hombre realizarse a sí mismo.” ¿Seremos capaces de vivir y transmitir con claridad lo único que vale la pena?

05 noviembre, 2013

Ntra. Srª de la Medalla Milagrosa

Mi hijo y su mujer se van a París unos días. Me gustaría que fueran de mi parte a la Rue du Bac a pedir a la Milarosa. Aprovecho para recordar y transmitir lo que de Ella sé: En la Rue du Bac en París, en pleno corazón de París está la capilla a la desde 1830 acuden los fieles a pedir a la Virgen, según el mensaje que Ella le dió a Santa Catalina Labouré el 19 de julio de 1830. Catalina tenía 24 años y había empezado el noviciado de Hijas de la Caridad, institución fundada para ocuparse de enfermos y ancianos, fundada por San Vicente de Paúl. La Virgen le indicó el remedio para los tiempos malos que se avecinaban: “Venid al pie de este altar: Aquí las gracias serán derramadas sobre las personas que las pidan con confianza y piedad.Se derramarán sobre grandes y pequeños.” Durante la segunda aparición 27 de noviembre de 1830, sábado víspera del primer domingo de Adviento, Catalina ve a la Virgen y alrededor de Ella un halo sobre el que aparece escrito en caracteres de oro: “Oh, María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.” Y un deseo de la Virgen :”haz grabar una medalla según este modelo. Las personas que la lleven recibirán grandes gracias; las gracias serán muy abundantes para todos aquellos que tengan confianza.” Santa Catalina Labouré muere a los 70 años el 31 de diciembre de 1876. Pío XII la canonizó el 27 de julio de 1947. Su fiesta se celebra el 27 de noviembre. La Capill, en la que la Virgen se apareció repetidas veces, es hermosa. Y guarda el cuerpo de Santa Luisa de Marillac, fundadora con San Vicente de Paúl de las Hijas de la Caridad. Y un relicario con el corazón de San Vicente de Paúl. Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa La primera aparición de la Virgen a Catalina Labouré fue el 19 de julio de 1830. Catalina era una joven de 24 años que acababa de entrar en las “Hijas de la Caridad”, institución fundada por San Vicente de Paúl. Lo que la Virgen le dijo en esos momentos lo escribió Catalina en 1876, pocos meses antes de morir: “El buen Dios hija mía quiere encargarte una misión. Será causa de muchas tribulaciones, pero las superaras pensando que lo haces pol la Gloria de Dios. Te perseguirán pero no te faltará mi gracia, no tengas miedo. Verás ciertas cosas de las que tendrás que informar, pero yo te inspiraré en la oración el modo de hacerlo.” “Los tiempos son malos (…)En el mundo entero ocurrirán desgracias de toda clase. Venid al pie de este altar. Aquí las gracias serán derramadas sobre todas las personas que las pidan con confianza y piedad. Se derramarán sobre grandes y pequeños.” Durante la segunda aparición , el 27 de noviembre de 1830, sábado, víspera deel primer domingo de Adviento, Catalina ve a la Virgen y alrededor de Ella un halo sobre el que aparece escrito con caracteres de oro: “Oh, María sin pecado concebida, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos. Y la Virgen le dice: “”Haz grabar una medalla según este modelo. Las personas que la lleven recibirán grandes gracias; las gracias serán muy abundantes para todos aquellos que tengan confianza. Las primeras medallas son difundidas en mayo de 1832 y a partir de ese momento, se atribuyen a la “Medalla Milagrosa” – así llamada por la devoción popular – numerosas curaciones y conversiones. La vida de Catalina después de las apariciones es discreta y escondida. Vive 46 años en un asilo – hospital en las afueras de París, encargándose siempre de humildes menesteres. Muere el 31 de diciembre de 1876,a los setenta años. Pío XII la canonizó el 27 de julio de 1947. Su fiesta se celebra el 28 de noviembre.

04 noviembre, 2013

Del Papa Francisco

EL PELDAÑO DE LA RIQUEZA CONDUCE A LA VANIDAD PRIMERO Y A CONTINUACIÓN AL ORGULLO Hay algo “en la actitud de amor hacia el dinero que nos aleja de Dios”. ES más, “la codicia del dinero, de hecho es la raíz de todos los males”, aseguró el Papa en la homilíua de la misa matutina en Santa Marta. “El dinero también enferma el pensamiento y la fe y la hace ir por otro camino. Esas palabras ociosas, discusiones inútiles…Y va más adelante..Esto da lugar a las envidias, las poeleas, las calumnias, las malas sospechas, los hombres corruptos en la mente, y privados de la verdad que consideran la religión como fuente de ingresos. “¡ El dinero corrompe¡ No hay salida”, aseveró el santo Padre LA ESCALERA PERVERSA “No se puede servir a Dios y al dinero”, dijo citando el Evangelio, y reiteró “O uno, u otro¡ Y esto no es comunismo, ¿eh? ¡Esto es Evangelio puro¡ ¡Estas son palabras de Jesús¡” El dinero, decía, te ofrece un cierto bienestar al inicio pero después te sientes algo importante y llega la vanidad. “Y de la vanidad se va a la soberbia, al orgullo. Hay tres peldaños: la riqueza, la vanidad y el orgullo” indicó el Papa Francisco. También recordó el Papa Francisco que el demonio toma siempre este camino de tentaciones:”la riqueza para sentirse suficiente; la vanidad para sentirse importante; y el final el orgullo, la soberbia; ese es precisamente su lenguaje, la soberbia”. (20- 9 ) ( la Voz del Papa, Octubre 2013)