22 enero, 2009

Jane Austen

En tres noches consecutivas he visto tres películas de Jane Austen: “La abadía de North…”, “Mansfield Park” y “Persuasión”. Para mi la mejor, con diferencia, es la segunda. Ya había visto “Emma”, “Orgullo y Prejuicio” y “Sentido y Sensibilidad”. De éstas, prefiero la última.

Me encantan las películas de Jane Austen. Me encanta sumergirme después de cenar, en uno de esos hogares ingleses, de casa de campo rodeada por un gran jardín con mucho césped, muros de piedra gris cubiertos de hiedra, amplias ventanas, casi a ras de suelo, de cristales emplomados…, salones espaciosos de techos altos, bellos cuadros y elegantes muebles, y en las que sus moradores, se puede decir que no dan un palo al agua. Pasan la vida haciéndose compañía unos a otros, visitando a los vecinos de su misma clase, cenando en mesas de manteles de hilo y candelabros de plata, o tomando el té en exquisitas porcelanas, mientras planean bodas ventajosas en las que es indispensable que los futuros cónyuges tengan los dos buena renta. Algo vital para seguir manteniendo el tren de vida que gastan, ya que los miembros de la numerosa familia y el abundante servicio que las habita, viven todos de la buena renta del padre de familia.

Además, en las películas de Jane Austen, y ello contribuye a su moralidad intrínseca, el amor triunfa siempre. Si en la pareja los dos o uno de ellos no tiene recursos, llega a tiempo una herencia que les permite casarse o la protagonista sin dote puede hacerlo con un modesto clérigo del que siempre ha estado enamorada. Nunca se ve a un viejo que consiga casarse con una bella joven porque él tiene dinero y ella no. Y, para mayor placer, las protagonistas de las novelas de Jane Austen, no solo son bonitas, recatadas, tal como la época exigía, sino también mujeres inteligentes, capaces de ser amadas por sus almas. Y para que la cosa sea aún mejor: muchas de sus protagonistas escriben.

Gracias Jane Austen, por contarme algunas noches un hermoso cuento, antes de irme a la cama a soñar con los angelitos.