31 octubre, 2006

Gloria

Gloria

Hace mas de treinta años que conozco a Gloria. Desde joven la admiraba y no he dejado de hacerlo. Ella entonces era una mujer madura, supernumeraria del Opus Dei, con ocho hijos, las piernas llenas de varices y viviendo todos del sueldo de su marido, Químico de profesión y hombre también ejemplar. Encontrármela a veces por la calle a las cuatro de la tarde – sin concesiones ni a la televisión ni al sofá – y que ese breve encuentro, dada la diferencia de edad, siempre fuera discreto, alegre y animador, no caía por lo que a mi respecta en modo alguno en saco roto. Me caía muy bien. ¿No se debería ello, además de lo ya dicho, a que desde que me veía de lejos se encomendaba y me encomendaba a mi ángel custodio? ..

El caso es que me la encontré el sábado en misa de 12 en la Catedral y salimos juntas. Al instante me coge del brazo y me dice: “Rosa, ¿no se te ha ocurrido nunca dar clase de Religión en los Institutos para sacar todo eso que tu llevas dentro?. Le contesté que sí, que lo había pensado pero que para ello habría tenido que hacer tres años de Teología y yo ya sabía mucho para tener que pasar por ahí y siempre lo había dejado estar. Añadí que ahora tenía más de sesenta años. “¡ Qué importa - me dijo – yo tengo ochenta y uno y si me dejaran iría. ¡Tú sabes lo desorientados que están¡” Para consolarla y consolarme, arguí que escribía lo que podía y me resultaba muy fácil hablar de Dios haciéndolo. Al saber que el año que viene tendré, Dios mediante, el bautizo y la primera comunión de dos nietos, me enseñó, ilusionadamente ésta comunión espiritual : “Jesús, sal de tu casita/ ven a la mía, te espero / mi corazón necesita/ decirte cuanto te quiero". Gloria ha dado catequesis a niños toda su vida. Hay hoy muchos buenos profesionales en Valencia,que han tenido esa suerte.

26 octubre, 2006

La fachada

De la casa de la calle de Ruzafa nº 26 donde viví desde los seis años hasta que me casé, solo queda la fachada. Es una impresión fuerte contemplar, desde la acera de enfrente, el cielo a través de los barrotes de los balcones de lo que era nuestro cuarto de estar y de lo que era el despacho de mi padre. Detrás de ellos, el vacío. De toda la historia vivida en las habitaciones de esa casa espaciosa de techos altos, no queda un solo vestigio. Pero mucha está concentrada, mientras tenga memoria, en la única superviviente de toda ella. Imposible no ver, aunque no estén, la antesala donde, bajo la panoplia con la espingarda y el Avemaría con su reja de latón farolillo, se agolpaban, los días de consulta, los enfermos del Seguro Obligatorio de Enfermedad; el destartalado comedor de paso, con ventanas al “deslunao” por el que llegaban los cantos de las “tatas”, mientras las hubo, las broncas del fotógrafo y su mujer cuando éste llegaba algo borracho, las radios de los vecinos, transmitiendo las novelas de Guillermo Sautier Casaseca; el “cuarto de atrás”, con galería a la Plaza de Toros, que servía de cuarto de juego, de plancha, de estudio…;las tres alcobas interiores y pequeñas.. la esmirriada cocina, con tabla de lavar y cocina de carbón primero y lavadora y encimera de gas después…Una casa de clase media en la “España gris”,según algunos, y algo más coloreada para los que entonces éramos niños o jóvenes. De esa casa salimos dos niñas vestidas de Primera comunión, en esa casa murió mi padre.. Luego, de allí volvimos a salir de blanco, mi hermana y yo, para nuestras bodas. Caben tantas cosas en una casa…

24 octubre, 2006

Sobre Santo Tomás de Aquino

Quería ayudar a mi amiga Mary Luz en la preparación de su clase sobre Santo Tomás de Aquino, que tiene que explicar a adultos. Para ello he ido a mi pequeña biblioteca a por el “Santo Tomás de Aquino” de Chesterton, publicado hace muchos años en la colección Austral. Ha desaparecido de allí. En este caso, el escrutinio de mi biblioteca, se debe, pura y claramente, a que uno de mis hijos ha arramblado con cuanto libro mío podía interesarle. En fin… No se lo reprocho en exceso, después de todo fui yo quien le indujo a amar los libros. El libro de Chesterton sobre Santo Tomás es delicioso, como muchos suyos. Como lo es su “San Francisco de Asís”. En vista de la imposibilidad de releerlo he ojeado brevemente el Catecismo de la Iglesia Católica para encontrar alguna cita suya. He aquí una sobre el Padrenuestro:

“La oración dominical es la más perfecta de las Oraciones…En ella, no solo pedimos todo lo que podemos desear con rectitud, sino además el orden en que conviene desearlo. De modo que esta oración no solo nos enseña a pedir, sino que también forma toda nuestra afectvidad”.

Santo Tomás de Aquino me es especialmente simpático, no solo por su clara inteligencia y su amor a la verdad sino porque en su fiesta, 28 de enero, tomé yo una buena decisión en la vida. Era, yo no lo soy, un hombre reservado que no se prestaba a la confidencia. Poco sabemos de él pero lo poco es bastante: el Señor mismo le dijo al acabar la Suma Teológica: “Bien has escrito de Mí, Tomás”, y cuando Cristo le preguntó que es lo que quería, le contestó: “A ti solo, Señor”.

“Lo mismo que el que poseyese un libro en el que estuviera toda la ciencia, no buscaría sino saber aquel libro, así también nosotros no necesitamos buscar más que a Cristo”,porque en Cristo como dice el apóstol, “están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.”

23 octubre, 2006

"El peregrino ruso"

Muchas veces mi amiga Amparo – que pertenece al Camino Neocatecumenal, dicho de otra forma a los “Kilos” me había ponderado las excelencias de “El peregrino ruso”, con la idea de que lo leyera. Yo siempre la oía como quien oye llover. Puestos a recomendar lecturas: el vector direccional era – pensaba – de mí a ella y no a la inversa. En esa ocasión, como en tantas otras, el amor propio jugaba su baza. Así quedaron las cosas.

Mi amiga Amparo es “una niña bién”. O por mejor decir, era. Porque sus tres hijos la han hecho sufrir mucho. Pero yo tengo un título universitario y ella no y también se lo que es sufrir en la vida, así es que… Pero he aquí que ha pasado mucho tiempo desde que ella me habló del libro y hace solo tres días ha venido a verme Angeles, mi antigua asistenta, con la que mantengo una magnífica relación. Y ella, que sin haber ido casi a la escuela, jugando jugando, lleva leídos unos cuantos libros de lectura espiritual, va y me dice: “Rosa: he leído un libro precioso: “El peregrino ruso”. El que dos mujeres, madres ambas de tres hijos y abuelas ya, de tan diferente estrato social coincidan en la bondad de un libro ha hecho que me haya decidido a comprármelo. Ha valido la pena hacerlo. Hablaré de él

20 octubre, 2006

Más sobre los cuentos de hadas

“También Chesterton, con su habitual conocimiento de la realidad, nos dice: “En los cuentos e hadas la felicidad está siempre basada en una condición incomprensible. Se abre una caja y de ella surgen los males. Se olvida una promesa y las ciudades perecen. Se enciende una lámpara, y el amor se ausenta volando. Se arranca una flor y las vidas humanas son castigadas. Se come una manzana, y la esperanza desaparece. La dulce visión de un bien pende siempre de un veto. Todas las cosas deslumbrantes y magníficas están a merced de una pequeña cosa rehusada.” (Ortodoxia).
“El cristianismo exige creer, aún en contra de las apariencias. Exige que aceptemos que hay una realidad divina, aún cuando los ojos y la razón afirmen que no la hay. Exige que creamos que ese Niño pequeño, apenas nacido, es el Dios eterno.En una palabra, el Cristianismo está basado en un acto de fe, y la fe, como dice San Pablo, “es la firme seguridad de las cosas que no vemos” (Heb, 11,1”. ( “Por qué la cruz”, Edward Leen)

Los cuentos de hadas a veces pueden también “prologar” que aún no hemos vivido, o prepararnos para ella. Me explicaré: uno de los primeros cuentos de hadas que mi padre me regaló era :”Los diez mejores cuentos eslavos”. La mejor novela de cuantas he leido, que leí con veintiséis años, apenas empezada mi vida de casada, es “Los hermanos Karamazof ”, de Dostoievski. Pues bien, como ya he dicho en alguna ocasión, mis dos primeros nietos son rusos.

Como antes oíamos cantar en la tele: “todo está en los libros…todo está en los libros…

16 octubre, 2006

Contando mi mañana

Una vez más, un libro magnífico me acompaña durante 15 minutos al empezar el día. Se trata de “La Virgen Nuestra Señora” de Federico Suárez,
Ed. Patmos y que ha alcanzado ya su 24 edición. Este libro, que leí cuando era joven lo dejé a una amiga y no me lo devolvió aunque repetidamente se lo pedí. Ahora lo estoy volviendo a leer en un ejemplar nuevecito. D. Federico Suárez, sacerdote del Opus Dei, era Catedrático de Historia de la Universidad de Madrid. Tiene una prosa estupenda.

He llamado por teléfono a la Madre Pilar que ahora no está en Calahorra sino en Zaragoza. Tiene ochenta y tantos años y estudió Químicas en Zaragoza cuando Iñiguez, catedrático de Matemáticas, se cepillaba a ocho alumnos seguidos con una integral. La Madre Pilar nos explicaba Matemáticas, Física y Química y raramente contaba nada suyo. Pero sonreía de un modo habitual en tiempos de la “España gris” sin locutoras de tv, que tienen que sonreír por oficio. La Madre Pilar es monja teresiana
de las de San Enrique de Ossó. De niñas rezábamos por su canonización.
La Madre Pilar, al final de su vida, está junto a la Pilarica y el “Padre Fundador” no solo es santo, sino en Zaragoza le han dedicado una calle y en ella vive.

A las 12 he quedado un rato con Virginia. Virginia es una mujer joven. Hemos hablado de la amistad entre hombres y mujeres en estos tiempos revueltos que se precian de despreciar lo elemental, lo obvio. Le he dicho dos refranes que me enseñó mi madre: “Entre santa y santo, pared de cal y canto” y “El hombre es fuego y la mujer estopa, viene el diablo y sopla”. No los conocía y le han gustado.

14 octubre, 2006

La riada

El 14 de octubre de 1957 hubo una gran riada en Valencia. Como ya había pasado otras veces a lo largo de la historia de la ciudad, el Turia se desbordó. Yo tenía 17 años y estaba con gripe en la cama. Mis compañeras de Colegio iban a quitar barro y allí se encontraban con los estudiantes de Medicina que también iban. El nivel de agua en el casco viejo, o colina sagrada, por la densidad de Iglesias en torno a la catedral, alcanzó una altura suficiente para indundar completamente las plantas bajas. Eso ocurrió con la del Parque de Sanidad Militar, del que mi padre era Director. El agobio que le produjo, dado su gran sentido de responsabilidad, el ver echarse a perder, sin poder evitarlo, gran parte del material sanitario guardado allí, por no contar ni con local ni con mano de obra suficiente para evacuarlo, hizo de mi padre fue otra de las víctimas de la riada del 57. Murió al mes siguiente, en acto de servicio de un derrame cerebral. Pero murió en su cama. Vuelto hacia el Sagrado Corazón de Jesús, que estaba sobre la mesilla y recibió lo que entonces se llamaba La Extremaunción. Tenía 50 años recién cumplidos. Por estos pagos han ido hoy parte de mis pensamientos.

Acabo de oír la misa de mañana y entre la gran riqueza oída en las lecturas
en las lecturas, riqueza que siempre lamento no poder compartir, un versículo con garra: “Señor, enséñanos a calcular nuestros años para que adquiramos un corazón sensato.”

13 octubre, 2006

Cuentos de Hadas

Chesterton en Ortodoxia, hace una hermosa apología de los cuentos de hadas, su lectura en la infancia, es para él, una estupenda preparación para la vida. En esta línea se expresa Edward Leen cuando dice:

“Existe una profunda analogía entre el cuento popular de hadas y el evangelio. El Padre Faber, en su admirable libro sobre Belén, ha hecho observar que la entrada e los Reyes Magos en la escena de la Naividad es como una página sacada de un cuento oriental. Del mismo modo puede decirse que la historia de los pastores es como un cuento de hadas, y a pesar de que muchos educadores modernos, de manera equivocada, consideran que estos cuentos – que son la delicia de la infancia – perjudiciales para las mentes infantiles, un alma religiosa que piense puede encontrar en ellos una pintoresca y bella representación imaginativa de una importante verdad cristiana.
En los convencionales cuentos de hadas se promete siempre un destino de un esplendor maravilloso basado en unas condiciones inexplicables a primera vista. Ese destino ha de alcanzarse tras un considerable esfuerzo, que al parecer no está en proporción con la grandeza que ofrece como recompensa. Mas el favorecido por las hadas ha de tener fe y seguir adelante, sin temor a los peligros y sin fiarse de las apariencias. Si es constante y triunfa, alcanzará una felicidad como nunca la pudo soñar.”
(“¿Por qué la cruz? De Edward Leen)

10 octubre, 2006

El milagro de Calanda

"Miguel Pellicer / vecino de Calanda,
tenía una pierna /muerta y enterrada

Dos años y cinco meses / cosa cierta y aprobada,
por médicos cirujanos / que la tenían cortada "

Hasta aquí llega mi memoria. Memoria gozosa que me trae el canto de mi madre, cuando, de excelente humor, la emprendía con la “Oración a María Santísima del Pilar” que cuenta el “Milagro de Calanda”. Las madres deberíamos cantar más, para futuro regocijo de nuestros hijos. Trataré de relatar brevemente dicho milagro. Para ello me serviré del libro que sobre dicho milagro escribe Miguel San, perteneciente a la biblioteca de mi padre salvado, quizá para poderlo contar ahora el milagro, de los sucesivos escrutinios que sufren las bibliotecas al pasar de padres a hijos.
Hay también una versión moderna del mismo: “Tres milagros para el siglo XXI” de Francisco Ansón, libro que tras leerlo regalé a las Carmelitas Descalzas de Caudiel, por lo que me valdré solo del libro del catedrático de Zaragoza

El 25 de marzo de 1617 nació en Calanda, de Miguel Pellicer, el primer hijo de Miguel Pellicer y María Blasco, labradores que luego tuvieron cinco hijos más. La pobreza de su casa le obligó a salir de ella a los 19 años para ganarse la vida en Castellón, en casa de su tío Jaime Blasco. Allí la rueda de un gran carro le pasó por la pierna derecha y se la fracturó. Su tío le envió al hospital de Valencia, su ingreso consta en el archivo del mismo. Después de una corta estancia en él, fue enviado con pasaporte y de limosna, al Hospital General de Ntra. Sra. de Gracia en Zaragoza donde ingresó a primeros de octubre de 1637. El Licenciado Juan de Estanca, “que es – dícese en el proceso- uno de los más prácticos de dicha ciudad y hospital”, visto el estado de la pierna decidió su amputación, cortándosela cuatro dedos más abajo de la rodilla. Salió del hospital con una pierna de palo, que por no haber hecho callosidad la herida le molestaba mucho, y una muleta yendo como pudo al templo del Pilar a darle gracias a la Virgen de haber salido con vida. Dos años y medio permaneció en Zaragoza pidiendo limosna en una de las puertas del Pilar, la cercana al altar de Ntra. Sra. de la Esperanza. Miguel Pellicer, Se encomendaba a la Virgen y le pedía que pudiera ganarse la vida, además se ungía a diario el muñón con el aceite que ardía en la lámpara de la Santa Capilla. El cirujano lo supo pero aunque ello podía impedir la cicatrización de la herida, no le disuadió de hacerlo por no quitarle la devoción a la Virgen.

Cansado Miguel de aquella vida miserable y deseando ver a sus padres, llegó en carro, de limosna hasta Fuentes, a pie y con gran trabajo hasta Quinto a y luego en borrico hasta Samper de Calanda. Allí, ya sin fuerzas, avisó a sus padres para que fuesen por él. Llegó a Calanda el mes de marzo de 1640. El 29 de marzo de ese año después de ayudar, como podía en el trabajo de labranza de sus padres, entre las diez y las once de la noche, estando a la lumbre Miguel con sus padres y dos vecinos, Miguel Borrachina y su mujer, dijo que estaba muy cansado y le dolía la herida y se fue. Se Quitó la pierna de palo, Miguel Barrachina y su mujer vieron una vez más tocaron la cicatriz de la pierna cortada. Arrastrándose llegó hasta el dormitorio de sus padres donde a los pies de su cama le habían puesto un camastro (la cama de Miguel estaba ocupada por un soldado de los muchos que el pueblo había tenido que alojar).Al entrar sus padres a acostarse vieron estupefactos, a la luz del candil,, que salían dos piernas con sus correspondientes pies, fuera del camastro del mozo. Los vecinos Miguel Borrachina y su mujer fueron entre otros testigos en el proceso de aprobación del milagro.

El hecho aparece referido en un “Acto Público” en los folios del 66 al 73 del Protocolo notarial de Miguel Andreu, vecino de Mazaleón, que el 5 de abril de 1640 fue a a Calanda requerido por el Rvdo. Doctor Marco Seguer, Rector Parroquial de la Iglesia de Mazaleón. No habían pasado más que dos meses cuando el crítico e historiador Dr. D. José Pellicer y Tovar en su Aviso de 4 de junio de 1640 hace mención de que “buscada la pierna en el sitio que se enterró –el cementerio del Hospital de Ntra.Sra de Gracia en Zaragoza –no se halló señal alguna de ella”.
En 1642 se imprime en Madrid este milagro escrito en latín por Petrus Maurath, médico alemán y ese mismo año se imprimió en francés en los Países Bajos y lo hizo publicar en Munich el Conde de Peñaranda, dando el siguiente testimonio:”Santa y religiosamente juro que vi con mis ojos al joven nombrado; que le dí limosna, toqué las piernas y en él veneré la potencia y misericordia de Dios, ,etc. Y lo firmo así –Gaspar de Bracamonte, Conde de Peñaranda.

Muchos mas testimonios aduce el autor del libro del Proceso de aprobación del milagro de Calanda, así como publicaciones en distintas lenguas aludiendo al hecho. Baste lo dicho y sea en honor y gloria de la Virgen del Pilar, que según la tradición, la tierra aragonesa se dignó visitar

08 octubre, 2006

Impresiones

He leído a prisa y corriendo, porque más atención no requería, los recuerdos de una escritora, de cuyo nombre no quiero acordarme, nacida en el 26 a la que publica Alfaguara. Me he aburrido bastante salvo en la lectura de los recuerdos de su niñez, parecidos a los de la mía, que nací en el 40. Me he enterado de alguna anécdota de gente importante a la que tuvo ocasión de conocer. Nada a dos platos. Es una mujer aburrida. Dice que no tiene fe. Se le nota. Los libros de escritos por mujeres de fe tienen vida. “Garra”. No hay tristeza en su escritura. Interesan.

Leí la vida de Teresa de Jesús, escrita por ella misma, cuando tenía 19 años y la disfruté bastante. Para nada me paró el que estuviera escrita en el castellano del siglo XVI.
Como octubre, que el día 15 celebra a Teresa de Jesús, empieza con la fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús, he vuelto a coger “La historia de un Alma”, su vida escrita por ella. La Madre Paulina, su hermana y como ella carmelita descalza, le mandó escribirla y gracias a eso tenemos ese libro estupendo. Invito a su lectura a las nuevas generaciones.

Teresa de Jesús nace en 1515 y Teresita del Niño Jesús y la Santa Faz en 1877. A la española y a la francesa les entusiasmaba la lectura.