29 abril, 2007

Las mariposas

Copiaré un trozo de capítulo del libro “El día que cambié mi vida” de Francisco Fernández-Carvajal, que me parece poético y sugerente


…el que persevere hasta el fin ese se salvará
Mt 10

“Llegaba una nube de mariposas de la otra orilla del río. En aquel lugar el Amazonas tenía una anchura de más de seis leguas y los soldados miraban la nube, que parecía una enorme mancha solar flotando en el aire. Predominaban en ella dos colores: rojo y gris.
“Volaban ya fatigadas según se podía ver, y Elvira y el paje Antoñico, que solían fijarse en esas cosas de la naturaleza, se decían : “No llegarán”: Elvira repetía : Seguro que no llegarán”. Se dolía de la suerte de aquellas lejanas mariposas que ponían en el aire un inmenso reflejo flotante que hacía que las brisas cambiaran de color. Seguramente habían salido de la otra orilla empujadas por algún céfiro y contaban con llegar al otro lado, pero perdieron la brisa a la mitad del camino y no podían más. Lope dijo: “Viven tan poco tiempo que no llegan a tener experiencia verdadera de nada y no pueden aprender lo que es la distancia entre dos orillas”.
“ Otros seres tenían no solo alguna inteligencia, sino experiencia también. Pero no las mariposas que vivían tres o cuatro días. En ese tiempo ¿qué podían aprender?. La nube luminosa fue bajando y, por fin, la mayor parte cayó en el agua. Iban las mariposas tan cerca unas de otras que el río, en un espacio de más de mil quinientas varas, cambió de color y parecía que habían puesto sobre él un tapiz de seda.
“En aquel momento se levantó otra vez la brisa y algunas mariposas, que no habían tocado el agua volvieron a elevarse, pero carecían de fuerzas y fueron a caer un poco más adelante. Lope sonreía un poco dolido. “Así son también las personas –decía entre dientes -, se equivocan en problemas de altura y distancia”.

e ("La aventura equinocial de Lope de Aguirre".J. Sender)

27 abril, 2007

Inmaculada

Cuando Inmaculada se quedó embarazada, de su último hijo, no se si era el séptimo o el octavo, tenía cuarenta y tres años. Al enterarse su marido, le dijo: “ Te llamaré Isabel, como la prima de la Virgen”. Pero en su caso no vino un varón, sino una niña a la que llamaban Copito. Ahora Inmaculada tiene setenta y cuatro años y Copito se casa en junio. Le cuesta, le cuesta mucho que se vaya. Por primera vez, vivirá sola en casa. Su marido, su único novio, aquel hombre bueno y de buen humor, hace muchos años que murió. Pero aunque se quede sola, trabajo no le falta: le dejan a una nieta de tres meses y todos los días tiene que ir a medio día a por otra al colegio, darle la comida y volverla a llevar. ¿ A que edad se jubilan las mujeres que han apostado por la vida? Además, a Inmaculada no le gustan los niños. Una vez me dijo: “Siempre me he visto rodeada de ellos. Soy la mayor de nueve hermanos”. Pero aunque así sea, ella tiene claro que lo suyo es servir: “cuando me canso pienso en los emigrantes, los traen, los llevan, a veces viven sin condiciones…” No le han faltado penas en la vida, y de las fuertes, pero siempre la he visto serena y sonriendo y con su poquito de cachaza, como quien está de vuelta de todo pero sigue yendo. También la he visto siempre arreglada, juvenilmente arreglada, como una hada madrina buena. Estos días la he visto en “La Lloma. Inmaculada es una mujer piadosa. Ella todo se lo pide a la Madre Sacramento (Santa María Micaela del Santísimo Sacramento). “Es como de la familia ¿sabes? El cuerpo de la Madre Sacramento vivió en mi casa los tres años de la guerra civil. Como vivíamos en Hernan Cortés, esquina Gran –Vía y mi padre que conocía mucho a las monjas, descoyuntó los huesos y su cuerpo, metido en una caja estuvo escondido en mi casa los tres años de la guerra.” Ahora está muy preocupada porque las monjas Adoratrices van a vender parte del convento, y ella está convencida que les van a tomar el pelo.

26 abril, 2007

Punto de Compoirtamiento

Cuando era niña, las monjas estaban empeñadas en que estuviéramos siempre calladas. No se podía hablar en la fila (entonces íbamos en fila a clase), no se podía hablar en clase, había que esperar al recreo. Solo en clase de labor, el conversar con la de al lado no estaba, por así decir penalizado. Y desde luego el silencio en la capilla era riguroso.
Resultaba transparente que en la capilla estaba el sagrario y Dios en él. Con tal interlocutor ¿Cómo podía una pensar en hablar con nadie? Esto nos lo metieron en la cabeza, con su actitud, de tal modo, que me desagradan profundamente el alboroto que a veces se produce en bautizos y comuniones. Recuerdo entonces la expulsión de los mercaderes del templo, porque aunque en esas ocasiones no se venda nada no pueden estar más claras las palabras de Jesús: “Mi casa, es casa de oración”. Pero a lo que iba: cuando una niña pequeña hablaba en clase con su compañera de pupitre, la monja, que por estar colocada en el estrado dominaba la clase, decía con voz fuerte: “Señorita Navarro (pongo por caso): Punto de Comportamiento”. Y la niña en cuestión sacaba su pequeña tarjetita naranja ( los puntos de comportamiento eran naranja y los de aplicación verdes) y la dejaba sobre la mesa de la profesora. Empezábamos la semana con una serie de puntos (como debería empezar la vida con un sueldo mínimo) que luego se iban aumentando o perdiendo, y se contabilizaban los sábados que además de ser el día de la Virgen, se repartían los premios: una según el número de puntos tenía derecho a banda de aplicación o de comportamiento o se iba a su casa sin pena ni gloria.

Con los años una ve lo bueno de ese hábito de silencio que tanto favorece la convivencia. “No hay mejor palabra que la que está por decir”, dice el refrán.
Leí en los escritos de Santa María Faustina kowalska que Dios, para trabajar en las almas, necesita del silencio, y que a Él, no le gustan las parleras. ¿Qué opinará de mi blog?

San Marcos

No se nada de San Marcos. Su evangelio, como los de Mateo, Lucas y Juan otros tres lo he leído muchas veces a lo largo de mi vida, gracias a Dios. Pero tengo la experiencia de que en la fiesta de algún apóstol ( aunque éste no lo sea uno de los doce) yo tengo un día estupendo. Hoy no ha sido una excepción. Dicho esto, como muestra de agradecimiento y camaradería, escribo en su honor dos cosas que estos días le oí contar a Inmaculada y que desde luego son apostólicas:

La Primera de ella fue recordarme un verso de Pemán, que no nos puede venir mejor en esta “Societat de consum” que cantaba Raimond en los sesenta y que no solo venimos disfrutando sino que la sufrimos. En realidad las cosas necesarias, muchas veces son gratuitas: el aire, el sol y las nubes, por poner algún ejemplo y desde luego son pocas:

“Casa limpia en que habitar / pan blanco para comer
un Cristo para rezar / y un libro para leer”

Inmaculada ha tenido a bien escenificarlas en su casa, poniendo en un atril, sobre una mesa camilla además de un crucifijo, un libro de poemas. Inmaculada es mucha Inmaculada.

La segunda se refiere al valor de la misa (el sacrificio del calvario realizado de forma incruenta) que leyó en una hojita impresa y que firmaba un religioso del Sagrado Corazón. Resulta que una viejecita iba habitualmente a la carnicería y un día después de despachada, le dice al carnicero: “Hoy no le puedo pagar, le pagaré con la misa”. Ante el asombro de éste, ella coge su paquete y se va. El hombre, que tenía un amigo con el que departía entre clienta y clienta , le dice: “¡ya ves, me paga con la misa..” y apunta en un papel: “Me paga con la misa” y lo pone sobre ee platillo de la balanza. El platillo se va abajo. El carnicero sorprendido, coloca sobre el otro platillo un trozo de carne y el del papel con la anotación pesa más. Lo repite aumentando la cantidad de carne. Pesa mas el: “me paga con la misa”. Quien firma el relato es uno de los hijos ( los dos se hicieron sacerdotes) del señor que, hablando con el carnicero, presencio el hecho.

23 abril, 2007

Aquí estoy

“La Lloma” estaba hermosa después de tanta llovida y pasear por sus jardines y sus campos de naranjos cubiertos de azahar una delicia. El vivir unos día bajo el amparo del Altísimo, aunque lo estamos siempre ( la presencia del Señor en el sagrario del oratorio) se nota. A veces de modo muy real: Mariló, una aguerrida viuda no por el tamaño, que es bajita sino porque como hija de militar, se ha criado en la disciplina: “orden y contra orden, desorden” al bajar del oratorio por la empinada escalera de granito que conduce a él, puso un pié en falso, dió una voltereta y cayó desplomada saliéndole sangre de la cabeza.(versión contada por Inmaculada, que es de su quinta y bajaba detrás de ella, porque las más lejanas nos enteramos del golpe por el ruido que produjo) Mariló tiene setenta y cuatro años y vive sola. No tiene ni hijos ni parientes que se ocupen de ella. Impresionaba verla tendida sobre la escalera sin poder levantarse. La llevaron a poner puntos y ya por la noche a que le hicieran una radiografía de la mano dem no sin antes labarle cuidadosamente la cabeza para que después no oliera mal la sangre seca sobre el cabello. Cada una de nosotras en silencio rezó lo que pudo. En mejor compañía no podía estar. Felizmente no solo no se rompió nada sino que a la mañana siguiente nos dijo que nada le dolía.

Allí empecé a leer un libro que me pienso comprar, tiene buena pinta: “Antes del alba”, la autobiografía de Eugenio Zolli, el rabino de Roma, en la que cuenta su conversión.
Contaré algo más de estos días.

18 abril, 2007

La Lloma

Me voy hasta el domingo a una convivencia a La Lloma.
Espero que sean dias fecundos. Habrá tiempo de rezar bastante. Deseo que parte de mi oración beneficie a mis amigos invisibles, a los que gracias a las redes de titanio están conectados conmigo.

Desvelo

Está noche me he desvelado y me he encontrado recordando ese salmo que dice (cito de memoria) “ Dichoso quien confía en el Señor / será como un árbol plantado al borde de la acequia / en tiempos de sequí no se marchitan sus hojas / y cuanto emprende, tiene buen fín”. Luego continúa: “No así los impíos, no así / serán como paja que arrebata en vinto ..” y luego me acordé de Joseph Conrad, quzá porque ayer, antes de devolverlo a la biblioteca, tomé unas notas de su libro “El copartícipe secreto” y del ensayo que sobre Joseph Conrad trae el libro. “El copartícipe secreto” me gustó y me quitó un poco el mal gusto que me produjo, hace tiempo, la lectura de “El corazón de las tinieblas”, obra que terminé por amor propio. Joseph Conrad, polaco nacionalizado inglés y escritor consagrado en esa lengua tenía un rostro noble. Además se quedó sin padre y sin madre desde los 11 años, ello y el tiempo a conocerle me hace sentir simpatía por él por eso me lamento estas palabras suyas en carta a un amigo:

“No hay moral, ni conocimiento, ni esperanza: solo la conciencia de nosotros mismos que nos empuja a un mundo que tanto si lo vemos en un espejo cóncavo, como en una convexo es impávida y fugaz apariencia”.
Los personajes de Joseph Conrad, que estuvo veinte años navegando, y mucha belleza tuvo que ver( “ Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento la obra de sus manos”) consideran este mundo como un simple espectáculo. No creen en el concepto ético del universo. Dando un salto en el tiempo me voy a nuestro Siglo de Oro y dentro de él a Calderón de la Barca: sí el mundo es un espectáculo, es “El gran teatro del mundo”, pero hay un Autor y unos intérpretes y al final un gran reparto de Premios, un Juicio. Mientras la obra se representa, los actores oyen la voz del apuntador bajo el tablado. Es la voz de la Gracia que repite: “Ama al otro como a ti / y obra bien, que Dios es Dios:”

16 abril, 2007

Cumpleaños del Papa

Benedicto XVI, el “abuelo del mundo” como se llamó a sí mismo, en la Ciudad de las Artes y de las Ciencias, cumple ochenta años el 16 de abril, y un 19 de abril sería Papa. En su libro “Mi vida (Recuerdos 1927-1977), nos cuenta de su nacimiento: “Nací el 16 de abril de 1927, Sábado Santo, en Marktl, junto al Inn El hecho de que el día de mi nacimiento fuera el último de la Semana Santa y fuese la víspera de la noche de Pascua de Resurrección, n ha sido frecuentemente recordado por mi familia; y más aún que fuese bautizado al día siguiente de mi nacimiento, con el agua apenas bendecida de la noche pascual –que entonces se celebraba por la mañana- ; ser el primer bautizado con la nueva agua se consideraba como un importante signo premonitorio.” Sus hermanos, por miedo a un constipado, no pudieron ir a su bautizo por estar la baja temperatura y estar todo cubierto de nieve. Éste manto blanco sobre la naturaleza ¿no sería premonitorio también? Había llegado al mundo un futuro Papa: un hombre vestido de blanco.
Benedicto XVI, en sus Recuerdos, habla poco de su intimidad, pero vale la pena rastrearla. Sobre la muerte de su madre, dice: “Su bondad era cada día más pura y transparente y continuó aumentando en las semanas en las que el dolor iba acrecentándose. El 16 de diciembre de 1963 cerró para siempre los ojos, pero la luz de su bondad permaneció y para mí se convirtió cada vez más en una demostración concreta de la fe por la que se había dejado modelar”. Si estas pocasveinte líneas ayudan a conocer un poco más al Papa y a rezar por él, habrán cumplido su misión.

Chocolate, visita y torta de pasas y nueces

Me fui a tomar un chocolate con una mujer de mi edad, su hija de treinta y cinco y el hijo de ésta de tres. Como a cierta edad cada vez se le pide menos a la vida, la verdad es que me hacía ilusión la cosa. La abuela, mujer piadosa – madre de hijos bautizados, no practicantes – quizá buscando apoyo o desahogo, me dice al poco de sentarnos en la mesa: “Pili no va a misa”. La tal Pili saltó como una hiena: “Ni voy ni iré”. Como conozco hace años su genio bravío porque es de mi sangre, le con rosatesté sin inmutarme: “Tú te lo pierdes”. Y acto seguido Pili, que me tiene cariño como yo a ella, se puso a jugar con su hijo y nos dejó hablar a su madre y a mí. Lo que ésta me contó me gustó: “Como por la noche no duermo bien, me pongo a rezar rosarios y como “éstos” no rezan, antes de cada uno de los misterios misterio digo: “éste lo reza Pili”, “éste lo reza Fernando” y así. Se me olvidó preguntarle quien reza el 5º misterio porque
ella solo tiene cuatro hijos.

Hoy después de la tertulia de sobre mesa, en esa hora en que puede visitarnos la morriña y nos espera la recogida de la cocina por todo consuelo, aunque a veces si lo es porque la actividad espanta musarañas – no en balde tristeza rima con pereza – he llamado a Mary Ángeles tratando de dar con ella una vuelta por los Viveros. Estaba en la cama. Aunque me ha dicho que no se encontraba bien yo me he barruntado que estaba tristona y me he acercado a verla. Mary Ángeles, que vive sola con su perra Luna, me ha dicho que con la edad, cada vez confía menos en la gente y más en Dios.
A mi vez, le he hablado de Pili y de tantas Pilis que cumplirán los cuarenta, los cincuenta, los sesenta…y no he podido evitar el decir: “se van a morir de asco” . “Quizá entonces piensen de otra manera”, me ha dicho. Y yo he pensado aquello de San Pablo:
“Y ¿Cómo van a creer si nadie les predica?”.

El domingo de Resurrección, fui alegremente al horno a comprarme una torta de pasas y nueces, que compensara los rigores de la cuaresma. También me compré en el supermercado bombones de licor. Los Mon Cherie” que me encantan. Además me enteré de que quien los fabrica se enamoró en Holanda de una chica que iba en bicicleta, volvió con intención de buscarla, la encontró se casó con ella y son un matrimonio feliz. Quizá por eso son tan buenos los bombones. La torta de pasas y nueces no valía nada. Recordé lo de Santa Teresa: “Esta vida es una mala noche en una mala posada”.
¿Y quién me quita a mi la ilusión de haber estado idealizando la torta durante cuarenta días?. Se mire como se mire y como mucho mejor diría Chesterton, solo dentro del cristianismo es posible la alegría.

12 abril, 2007

Ángeles

Hace muchos tiempo que conozco a Ángeles. Vino a mi casa de asistenta, natural de
Palma del Río (Córdoba) sin estudios, pero sabia, como cabría esperar de la tierra de Séneca. Eran ocho hermanos y a los nueve años ella estaba trabajando en el campo con el pequeño agarrado a su cadera. En Masamagrell, ya casada y madre de tres hijos se ganaba la vida bordando a máquina juegos de sábanas y mantelerías, pero lo dejó. La gente cada vez encargaba menos ajuares de novia y el cobro de ellos era problemático. Era más rentable limpiar casas por horas. En nuestra convivencia de señora y doméstica, cada una midió a la otra: “¡Que poquita fuerza tiene usted¡” me dijo un día. No me hizo gracia pero me callé, pensé: “Bastante más de la que tu te piensas”. Con los años me gané su respeto y su cariño y hoy somos amigas. Ángeles, quizá como buena andaluza tiene un fino sentido de la piedad, sensibilidad religiosa. Nuestras conversaciones a veces cumplen el consejo de San Pablo: “exhortaos mutuamente” Y ocurre que muchas veces ella, como para zanjar un tema en el que ambas estamos de acuerdo, dice de modo convincente: “Dios es infinitamente misericordioso”. Entonces a mí me gustaría poder filmar su expresión y su voz porque contarlo no es lo mismo. Entonces echo de menos el cine, su inmediatez y su capacidad de transmisión, cuando consigue dar en el clavo. .

Anoche volví a ver y disfrutar “El festín de Babette”. La amistad de Babette – en otro tiempo Chef de un afamado restaurante de París: “se que puedo hacerlos felices cuando doy lo mejor e mi misma” – con las dos hijas de un pastor protestante a quienes, por circunstancias, sirve de criada en un pueblecito de Jutlandia en la costa oeste de Dinamarca, está llena de religiosidad, de respeto, de cariño y de encanto. Babette que se ha dejado enseñar pacientemente por ellas a desalar bacalao y hacer pan de cerveza las sorprende, a sus expensas, con un banquete increíble en el que no falta ni la sopa e tortuga, ni las codornices en sarcófago, ni los vinos de marca, ni el más refinado servicio de mesa que ha hecho traer expresamente de París.

11 abril, 2007

La mirada

Alguien se alegró, y me lo hizo saber, al ver mi entrada de “Martes Santo” y comentó algo muy cierto: si nos alegramos al recibir una mirada de cariño, cómo debe ser la mirada de Jesucristo sobre nosotros…Y digo yo, que las miradas de cariño que a lo largo de la vida hemos ido recibiendo de unos y otros y las nuestras, que torpemente hemos intentado que lo fueran, son como vehículo de su aprobación, un “me alegró de que existas, por eso te cree. Desde antes de la creación del mundo ya estabas en mi mente. Dispuse una serie de causas y efectos, de acontecimientos de toda índole, de aparentes azares que son providencias, para que tu pudieras venir. Te fabriqué una historia para que la vivieras y espero que la aceptes. Que te guste. Que me veas a Mí detrás de ella. Que interpretes bien tu papel en el gran teatro del mundo y tengas paciencia, porque desde antiguo está escrito que al despertar, te saciaras de Mí semblante.”

Hace años, muchos años me dijo Sabina, pausadamente: “Hay miradas que crean y hay miradas que matan”.Yo entonces iba demasiado deprisa por la vida como para tener en cuenta como eran mis miradas. Ahora una de mis hijas, que tiene unos hermosos ojos azules capaces de mirar con infinito cariño, mira a veces con enojo. Seguro que no le faltan motivos pero entonces yo le recuerdo ese madrigal que aprendí de colegiala:
“Ojos claros, serenos / si de un dulce mirar sois alabados/ ¿por qué cuando miráis airados? / si cuando más piadosos / más bellos parecéis a aquel que os mira / no me miréis airados /porque no parezcáis menos hermosos”.

10 abril, 2007

Mi abuelo Gregorio

“Este Carmelo sabe mucho pero es muy puñetero” le oí decir a mi abuelo Gregorio, estando todos a “la fresca”,sentados los mayores en los sillones de mimbre pintados de verde formando corro, una noche clara de agosto en la Plaza de Santo Domingo, de Samper de Calanda.. Carmelo era mi padre y mi abuelo, su suegro, lo quería. Pero quizá quisiera también, tenerlo a raya. Dejar las cosas en su sitio. Mi abuelo había tenido cinco hijos y mi padre dos. Aquel había combatido en la guerra de Cuba, alistado como soldado y vuelto como sargento. Mi padre, como ya dije, había estado en Belchite durante la guerra civil y vuelto con la Cruz Laureada de San Fernando y otras cruces al mérito militar. Era Comandante Médico y mi abuelo un hombre espabilado que un día cargó sus enseres y su familia en un carro y se fue para Teruel, recaló en Alcañiz donde consiguió regentar la Tabacalera y sacar adelante a los suyos, con desahogo. No solo pudo comprar una buena finca en Molinos para los veranos sino que en su casa lucían los muebles que tuvo que vender el Marqués de San Braulio. Dió carrera a sus hijos: un médico y un abogado, sin tener él estudios y casó bién a sus hijas con hombres trabajadores y honestos. Si un hombre se mide por la siembra que deja…, como de alguna manera decía Unamuno.. No se si entre los hombres ocurre como con las mujeres, que nos medimos unas a otras: “¿Cuál de las dos va mas mudá, yo u ésta?” O: “Espejito espejito…”

Mi abuelo Gregorio, me iba a comprar una bicicleta cuando fuera mayor pero se murió antes. Lo hizo a los 83 años, rodeado de sus hijos, sin miedo, con total confianza en la misericordia de Dios, del que se sabía hijo. Después de confesar y comulgar, pidió alegremente “cigarrico” para quitarle yerro a la despedida. No pudo acabarlo. Mí tío César llevó, durante mucho tiempo en su cartera, el resto de ese cigarro.

Mi abuelo, que ya vivía entonces el mito de ´”el progreso” me enseñó una poesía sobre él, aquí está:

“¡Alto el tren¡ / Parar no pude / Ese tren, ¿a dónde va? / Caminando por el mundo, en busca de un ideal / ¿Quién lo dirige? / Dios mismo /¿Quién va en él? / la humanidad / ¿ ¿Cómo se llama? / Progreso / ¿Cuándo parará? / Jamás.”

Poco podía imaginar mi abuelo Gregorio que lo que le enseñaba a esa niña iba
a trascender los aires….

06 abril, 2007

Viernes Santo

No me mueve mi Dios para quererte,
el cielo que me tienes prometido.
Ni me mueve el infierno tan temido,
para dejar por eso de ofenderte.
Tu me mueve Seño, muéveme el verte
clavado en una cruz, y escarnecido.
Muéveme el ver tu Cuerpo tan herido.
Muevenme tus angustias y tu muerte.
Muéveme en fin tu amor, y en tal manera
que aunque no hubiese cielo, yo te amara.
Y aunque no hubiese infierno, te temiera.


Por la mañana visita a los Monumentos con Pier. Por la tarde, Oficios de Viernes Santo y después Vía Crucis por el barrio. Gente, tras el crucifijo y los sacerdotes cantando entre estación y estación: “Sí, me levantaré. Volveré junto a mi Padre”y “Victoria tu reinarás… Oh cruz tu nos salvarás”. He vuelto a casa contenta. Sin la nostalgia del Viernes Santo. El hombre está diseñado para rezar mucho y también para rezar en compañía.

03 abril, 2007

Martes Santo

Me Dijo: “Si no vienes,
si no te quedas,
si no sonríes,
si no mueres”.
He venido,
me he quedado,
he sonreído,
he muerto.

Nazim Hikmet

Ya está ahí el Gran Triduo Pascual. Algunos nos quedaremos en la ciudad para acompañar a quien por nuestra salvación, bajó del cielo, y para nosotros serán dias de Iglesia, de Oficios, de Visitas a los Monumentos, de Procesiones y Pasos.
El año pasado, por estos días leí el magnífico Vía crucis de Joseph Ratzinger, este año disfruto el de Pilar Urbano, del que procede la cita anterior. Durante muchos años he cogido el de San Josemaría pero es bueno cambiar, meditar al compás de otro corazón, que vierte en su escritura lo mejor de sí misma. Pilar Urbano tiene “garra” y es una mujer. Vale la pena escucharla cuando se adentra en esos días que a tanta gente, durante tantos siglos, ha encaminado su vida. Días en que mas que nunca nos sentimos hermanos de los santos, miembros de la familia de Dios. Algo que ensancha como nada el corazón, porque aunque aunque hay mucho de bueno aquí y ahora sigue siendo verdad la frase de Chesterton: “La Iglesia es lo único que salva al hombre de la servidumbre de ser hijo de su tiempo.”

“ Se puede llegar a la cruz – a cualquier cruz – como un canalla y morir en ella como un santo.(…) Dimas (el buen ladrón) sabe leer.Y en el rótulo de la condena lee las dos palabras que necesita: “Iesus…Rex.”Lee el nombre de Jesús el nombre que salva. Y deletrea el título de su realeza. De aquí a poco lo llamará por su nombre y lo reconocerá como Rey…Qué espabilado alumno.Con que avidez aprende en ese libro abierto de los leños cruzados la ciencia de la cruz . Es el momento cenital de su conversión. Se decide (…)
“Jesús”
Ya ha dado el primer paso: perder el miedo a llamar a Jesús por su nombre.
Jesús vuelve los ojos a él. Se prenden las miradas. Dimas se envalentona.Pide con ambición. A lo grande: “Acuérdate de mí…”. Con esa mirada tuya , Jesús me siento descubierto. Ya no podría ocultarte nada. Sé que sabes quien soy. Quién verdaderamente soy.
Y sé que me quieres.
Ningún amigo, ninguna mujer, ni mi madre, nadie me ha mirado nunca así. Yo quiero ir donde Tu vayas.
“¡Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino¡”

( “La Madre del Ajusticiado”, Pilar Urbano )

02 abril, 2007

En el día de hoy...

“En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. Españoles: la guerra, ha terminado”.
Siempre, el 1 de abril: “Día de la Victoria”, como se decía cuando yo era niña, me acuerdo del parte de Franco.
Mi padre (que de corazón era carlista : “Dios, Patria y Rey ) fue voluntario del 18 de julio y tomó parte en la defensa del Seminario de Belchite, punto neurálgico para la defensa de Zaragoza. Él y algunos otros, cuando durante el asedio, rompieron el cerco, en el bolsillo exterior de su guerreras asomaba el título del libro de Thomas Kempis : “La imitación de Cristo”. Me gusta contarlo porque hoy se tiende a olvidar que muchos de los que combatieron al lado de Franco lo hicieron para defender las raíces cristianas de España. Tacharlos sin mas de “fascistas” es una flagrante injusticia. A la que a veces no me acostumbro. Con Franco lucharon también el poeta ingles Roy Campbell ( que se convirtió Altea, en parte impresionado por la vida plácida y feliz de que llevaban los campesinos católicos) y el novelista Evelyn Wauhg, también converso.

Desde el año año 82 en España estamos sufriendo, quienes nos criamos bajo el régimen de Franco, un bombardeo sistemático en TV contra quienes no estuvieron en el lado de lo que hoy es “políticamente correcto”, por eso me ha alegrado leer este alegato de Christopher Dawson sobre nuestra guerra civil:
“…La victoria del comunismo en España representaría la victoria del comunismo en su aspecto mas peligroso, porque no significaría la victoria sobre el capitalismo, relativamente poco importante en España, sino sobre el catolicismo, que es la auténtica raíz de la tradición española.
Si España fuera capaz de volver a encontrarse a sí misma desdpués e este siglo de desunión y debilidad (…)no significaría solo la victoria de España, sino la de Europa. Esto devolvería a la sociedad un elemento esencial sin el cual la sociedad europea está incompleta y falta de equilibrio”

No voté a los Populares. A los Socialistas tampoco podía hacerlo. A los primeros, perdonando, (¿qué podía hacer si se vendían como los otros a las rebaja en su concepto del hombre ) que ya es mucho, concesiones en temas vitales, no pude perdonarles que iniciaran la guerra de Irak.

Mañana 2 de abril: aniversario de la muerte de Juan Pablo II… Me parece estar oyéndole gritar en el estadio Bernabeu “No os dejéis enrolar en la espiral de la violencia”.