31 diciembre, 2007

Nochevieja

Belén encendido y ordenador abierto. La pasaré sola, pero sé que sola no estoy nunca. Mañana vendrán a comer Fe, Nacho, los niños y Quino. Antes, solemne “Te Deum” en la catedral. Acción de gracias por el año que termina, muchos se han ido con él. También petición de volver a cantarlo al año que viene, bien acompañada, y muchas cosas más, la principal “que cada caminante siga su camino”. Algunos dan bastantes rodeos inútiles, pero lo importante es llegar: aterrizar en Belén de Judá, llevando algo en las manos.

Acabo de llamar a la Mengotti para felicitarle el año y contarle la breve conversación con la madre Pilar, ( nuestra profesora de sexto de bachillerato) la he llamado a Zaragoza para felicitarle el año. Se oía cantar el Aleluya. Tras saludarme alegremente, me ha dicho que no se quería perder la misa. A sus más de ochenta años, su intervención no ha podido ser más jugosa : “¿Trabajas mucho? ¿Crees que el Señor estará contento de ti?” Le he dicho que sí a la primera pregunta y que creía que un poco a la segunda. Y entonces me dice: “pues pide al Señor por mí para que me abra las puertas, que ya es hora”. Nos hemos despedido con cariño y al volver a la cocina para seguir trabajando he ofrecido ese trabajo para que el Señor abra las puertas del cielo a la Madre Pilar, que se quiere ir.

La Madre Pilar de Felipe Palacios es monja Teresiana desde su juventud. Químico por la Universidad de Zaragoza, en los tiempos que Iñiguez en un examen oral, suspendía a ocho alumnos seguidos con una integral. Creo que es la única confidencia que nos hizo en todo el curso. Madre Pilar sonreía siempre y jamás le oímos alzar la voz. Por cariño a ella, por aquel entonces empecé a firmar Rosipi y el pi, era la letra griega, el 3,1416 (aunque me llamo Rosa Pilar, siempre me llamaban Rosita)

Por aquel entonces, cuando me sabía la lección besaba, discretamente, una Virgen del Pilar de hierro que tenía y siempre me preguntaban. Por aquel entonces en mi perfil psicotécnico, que mandaban a casa, la madre Pilar lo empezó así: “ Franca, sincera, movida y charlatana. Con magníficos deseos de formarse lucha Rosita contra su temperamento flojo y muelle…”.
Continúo en pie de guerra.

Mañana: 1 de enero del 2008. Santa María Madre de Dios.

27 diciembre, 2007

La postal

Anoche, abriendo mi caja de estampas para encontrar una que señalase dónde me quedo en el libro que estoy leyendo, cogí una postal de la gruta de Lourdes, escrita por mi tía Josefina y, en la que como siempre, firma mi tío Gregorio, éste hermano de mi madre. Ahora los dos con la Virgen en persona porque eran buena gente y muy devotos suyos. Y prueba de ello es que tenían un huertecillo en el que solo se plantaban flores, para que no le faltaran en su altar a la Virgen de Pueyo, patrona de Albalate del Arzobispo, en donde vivieron, en la calle de Mártires 8, ejerciendo él su profesión de Médico Titular, y ella dedicada a sus labores como la mujer del Médico y por lo tanto perteneciendo, en frase de la tía Josefina, “a la gente más principal”. Él, además de “principal” tenía que levantarse a las tres o las cinco de la mañana y coger la caballería, trasegando malos caminos a veces helados, si se ponía de parto una señora en una masada alejada o en un publecito a su cargo. Mi tío Gregorio fue mi padrino de boda pues mi padre había muerto e hizo su buen papel vestido de chaqué, porque era un tío alto y “bien plantao”.

De aquellos tiempos diré que una vez mi madre quiso que yo arreglara un búcaro de flores recién traídas del huerto, añadiendo para ello un: “Rosita tiene mucho gusto”. Lo hice fatal y vine a correrme, cuánto más que entonces yo estaba en la edad del pavo. Todo tiene su tiempo y los años traen el dominio volumétrico, sino en el propio cuerpo – aunque en mi caso también – en el arreglo de centros y belenes.

Albalate tiene para mí el recuerdo del cólico que cogía todos los veranos y las magníficas comidas, langostinos incluidos cuando la ocasión lo merecía, que acababan siempre con helado de heladora o garrapiñera. Lo que añadía al disfrute, el rito.

La postal de Lourdes tiene la fecha (bendita tía Josefina)23-8-58, poco antes de que conociera a quien sería mi marido. Mi última hija se casaría un 11 de febrero, festividad de la Virgen de Lourdes. He ido dos veces a Lourdes, una a los 17 años con mi madre y otra con mi marido y cuatro niños pequeños. La Virgen no ha olvidado nuestra visita.

26 diciembre, 2007

Tarde con Marta,

He salido con Marta: ocho años, rubia, despierta, monísima y movidísima. He ido con ella a misa de 6 a la catedral “¿Abuela a misa?”, me ha dicho con tono disuasorio. Pero no me he dejado conmover: “la misa es lo más importante que puede hacerse en el día – le he dicho – y además ir a la catedral es un privilegio porque es preciosa” y allí ha estado formalita a mi lado en el primer banco frente a la preciosa Inmaculada de la capilla de la comunión. Ha salido contenta, a los niños también les serena la liturgia cuando el marco en que se realiza es solemne. Me gusta que en esas ocasiones me acompañe porque además, el sentido estético del hombre tiene en ella un buen alimento. Que lo diga, que lo dice, Pedro Antonio de Alarcón que cuenta, profusamente, que el aprendió a disfrutar la belleza con el incienso y el oro de las dalmáticas de ceremonias litúrgicas de la Catedral de Guadix.

La vista de un cuadro del martirio de San Andrés, le ha sorprendido: “abuela ¿que le están haciendo?”. “ Lo están matando”. “¿ Y por qué lo matán?”. “ Porque es cristiano”. Aunque he tratado de explicarle esto, no la he convencido. “Abuela yo no entiendo como alguien no puede querer que se crea en el único Dios verdadero”. Salía ya el sacerdote con casulla roja y he podido decirle que iba de rojo porque hoy es San Esteban que también murió apedreado. Por la mañana había leído estas palabras de San Agustín:

“Todos los tiempos son de martirio. No se diga que los cristianos no sufren persecución; no puede fallar la sentencia del apóstol (…) “Todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución (2 Tim 3,12) Todos,dice, a nadie excluyo, a nadie exceptúo. Si quieres probar si es cierto ese dicho, empieza tu a vivir piadosamente y verás cuánta razón tuvo para decirlo.”

Día de Navidad

Comida con Quino y Juan, sobremesa, siesta cuando se han ido – cansancio de buen cenar y buen comer, de los nervios de la preparación, de la preocupación porque no salte esa chispa entre los comensales, porque donde la mujer pone amor el demonio mete el rabo – y después la cocina hecha un zafarrancho y antes que la pereza y la melancolía, presenten batalla: rezar el rosario ante mi acogedora cueva de Belén. Yo sigo con excelentes resultados el consejo del Apóstol Santiago: “ ¿Hay entre vosotros alguno triste? Haga oración”. Lo sigues, y se ven las cosas de otra manera. No en valde los discípulos le dijeron al Señor: “Señor, enséñanos a orar”. Él era Dios y ellos veían su cambio cuando venía de estar a solas con su Padre.

“Y sucedió – nos dice San Lucas - que estando allí se le cumplió la hora del parto. María envolvió a Jesús con inmenso amor en unos pañales y le recostó en el pesebre.
“La Virgen tenía la fe más perfecta que cualquier otra persona antes o después de Ella. Y todos sus gestos eran expresión de su fe y de su ternura. Le besaría los pies porque era su Señor, le besaría la cara porque era su hijo. Se quedaría mucho tiempo quieta contemplándolo.” (“Hablar con Dios”, Fernández Carvajal, tomo 1)

Y así me quiero quedar yo. Mirando a Jesús sobre las pajas. San Josemaría decía que “hay que entender las lecciones que nos da Jesús desde Niño, desde que está recién nacido, desde que sus ojos se abrieron a esta bendita tierra de los hombres”.

Me voy a recoger la cocina antes de bajar a misa de 8. Cantraré villancicos mientras lo hago.

20 diciembre, 2007

Cuando se pone orden…

Cuando se pone orden encuentra uno muchas cosas. Entre los innumerables ( como los mártires de Zaragoza) papeles que he escrito en esta vida, muchas veces difundiendo lo que otros acertadamente han dicho, he encontrado uno que publiqué en el Diario de Teruel el 3 de septiembre de 1996. Se trata de un soneto de Carlos Murciano. Aquí está:

SOY UN MUÑECO QUE SE MUEVE
EN LA PALMA DE TU MANO

Las cosas claras, Dios, las cosas claras
¿Acaso te pedí que me nacieras,
que de de dos voluntades verdaderas,
de barro y llanto, Dios, me levantaras?

¿Acaso bte pedí que me dejaras
en mitad de la calle –en las aceras
se apiñaba la vida – y que te fueras
y que con tu desdén me atropellaras?

Palabra que no se por lo que peco.
Palabra que procuro, más en vano,
llenar tu hueco, rellenar mi hueco.

Pero soy nada más Carlos Murciano.
Ni hombre ni nada, Dios, solo un muñeco
que se mueve en la palma de tu mano.

(Desde la carne al alma. Hablando claro)

Habría que decirle a Carlos Murciano que Dios no se fue, que siempre estuvo allí. Pero probablemente, él lo sabe.

De todas formas no renuncio a transcribir algo de interés:
“¿Puede una madre olvidarse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvidare, Yo no me olvidaré de ti”. Lo dice Isaías no se donde. No va una a saberlo todo.

19 diciembre, 2007

Dos libros para recomendar

Han vuelto a editar, después de mucho tiempo sin hacerlo “DIOS Existe (yo me lo encontré)” de André Frossard. Es un relato delicioso en el que Frossard nos cuenta su conversión desde, el socialismo ateo, inesperada e instantánea. Describe así su caso: “Habiendo entrado a las cinco y diez de la tarde en la capilla del barrio Latino en busca de un amigo, salí a las cinco y cuarto en compañía de una amistad que no era de la tierra”.

André Frossard – de la Academia Francesa, fallecido en 1994 – ha sido uno de los intelectuales más influyentes de Francia durante el presente siglo.

El libro al que me refiero ha alcanzado 22 ediciones y mereció el Gran Premio de la Literatura Católica en Francia.

El otro libro, también de RIALP es “El hecho extraordinario” en el que García Morente nos cuenta en unas pocas páginas su conversión. Fílosofo antes y después de ella. “El hecho extraordinario” es la carta que en 1940 escribió al doctor D. Jose María García Lahiguera y que fue hecha pública después de su muerte.

El libro figura desde hace años en mi biblioteca. Me costó mil pesetas y el Doctor García Lahiguera, fue luego Arzobispo de Valencia y quien ordenó sacerdote al párroco de mi Parroquia ( “Hogar de las almas, parroquia querida” que cantaba mi suegra cuando iba con nosotros en el “600”. Tiempos felices, aunque éstos lo son también)

17 diciembre, 2007

Más, de Max Jacob

Ayer no conté acabé de contar la muerte de Max Jacob y vale la pena hacerlo, valiéndome como ya lo hice del libro de Carlos Pujol “Siete escritores conversos”

El día 5 de marzo murió de bronconeumonía en Drancy (campo de concentración) atendido por un médico judío que ha contado sus últimas horas:
“ Decía: Estoy con Dios. Casi no hablaba, no pedía nada. No sufría. Estaba tan lejos de nosotros que no tenía nada que decir. Rezaba.Sólo me manifestó un deseo, quería morir católicamente, y con qué tacto, con que discreción me lo pidió, para no ofender a los que éramos judíos. Compréndalo, he dado mi vida a esta Pasión, murmuraba. No se rebelaba, no hacía ningún reproche, parecía feliz. Sí, creo que era feliz”.
“Tratábamos de animarle para que viviera. Le decíamos que iban a ponerle en libertad, que sus amigos se ocupaban de él, que Tristan Bernard, por ejemplo ya estaba libre. Él respondía con voz queda: Estoy con Dios. ¿A qué hora murió? Al amanecer, cuando se apagan las lámparas. Era mucho más que resignación, era una adhesión completa a una partida, y con una sencillez y una grandeza insólitas.”
En su bolsillo se encontró un rosario, y los judíos que lo habían cuidado se lo pusieron entre los dedos.

Mañana 18 de diciembre, Nuestra Señora de la Esperanza. De momento me invitan a comer en un sitio estupendo.

16 diciembre, 2007

Max Jacob

El 17 de diciembre de 1914 por la mañana Max hace una buena acción, reconciliar a la portera con su hijo, luego está invitado a cenar en casa de una señora ( la necesidad obliga a ser un poco gor.rón) y hace el horóscopo a todos los asistentes. ¿Dónde cenará? Por la calle come unas patatas fritas y se mete en un cine en las entradas de 95 céntimos. Ponen “La banda del traje negro”. Y en la pantalla como en una sobreimpresión, aparece Cristo protegiendo bajo su manto a los hijos de la portera.
“Por qué a mí y no a otros? No es posible y sin embargo es verdad. En el cine, hace un rato, estoy seguro, era Él con una túnica blanca, los cabellos largos y negros, ondulados, recogidos sobre la nuca. Las Escrituras no mienten, ¡oh Dios mío como te amo¡ ¡Qué bueno eres conmigo¡ No comprendo nada de todo eso, soy demasiado tonto. He llorado mucho hasta en el descanso, la gente me miraba, yo fumaba.”
“He salido para escuchar lasa voces que me hablaban y oara llorar en la calle. ¡Oh Dios mío, lo perdono todo a todos¡ Soy demasiado feliz, no he merecido un honor semejante”

Max Jacob había tenido otra visión de Jesucristo el 7 de octubre de 1909. Esta vez sobre un paisaje pintado por él en la pared de su cuarto. Él era judío, desde entonces buscaba el bautismo. Le hicieron esperar mucho. Lo consiguió el 18 de marzo de 1915 Su padrino fue Picasso ( al que él por español suponía católico) y se le impone el nombre de Cipriano, elegido por su padrino, quien le regala un ejemplar de “La imitación a Cristo”. Al día siguiente recibe la primera comunión.

En enero de 1920 fue atropellado en la place Pigalle, y luego estuvo al borde de la muerte a consecuencia de una neumonía. “Gracias a eso descubrí como era un automóvil visto por debajo”. Pero el accidente le hizo meditar: “La muerte en la calle, sin sacerdotes, sin parientes sin personas anónimas. ¿O sea que es así como nos vas a buscar? ¿ Qué hubiese hecho delante de Dios con todo el peso de mis pecados?”. Montmartre, el escenario de sus locos años de juventud va a quedar atrás.

En junio de 1921 se retira a Saint- Benoît-sur-Loire, no para vivir como monje sino mitad huésped, mitad sacristán. La gente iba allí en peregrinación no a ver la Basílica sino a verlo a él.

El 24 de febrero de 1944 la Gestapo detenía para llevarlo al campo de concentración de Drancy; desde París escribía al canónigo Fleureau: “Estoy trabajando en unas conversiones, confío en Dios y en mis amigos, le doy gracias por el martirio que empieza. No olvido a nadie en mis continuas oraciones”. Murió el 5 de marzo en Drancy de bronconeumonía, atendido por un médico judío que ha contado susúltimas horas.

Si ellas no rezan…

Si ellas no rezan, ellos se desorientan. Es algo en lo que he pensado muchas veces y he dicho también de una u otra forma. Es viejo como el mundo: “Eva comió del fruto prohibido y le dio a comer a Adán..” Que la mujer es la estrella del hombre, además de una imagen poética, rtesponde a la realidad. Es su buena o mala estrella. Y todo esto viene a cuento porque he leído una pequeña semblanza de León Bloy, del que hace tiempo quería saber algo y me he encontrado con estas palabras que le dijo su madre, cuando tenía algo menos de veinte años: “ Sufres, eres desgraciado; ¿por qué has rechazado la fe de tu niñez?. Tu corazón necesita un centro que nunca encontrarás en la tierra”

León Bloy, que moralmente se define como “bobo, tímido, ambicioso, meláncolico y brutal” “casto como los prisioneros y los marineros”, con ansias enormes de mejorar el mundo, socialista anárquico y anticlerical, encontró su centro, le ayudó a ello un amigo, Barbey d´Aurevilly. El día de San Pedro de 1869, en la Iglesia de Santa Genoveva, se arrodillaba ante un confesor. Era el retorno. En una novela suya “La mujer pobre”, hablaría de él : “Alguien más fuerte que él lo había cogido por el cuello a una casa de fuego. Se le había arrancado el alma y machacado los huesos…se había hecho de él como una álmaciga, una especie de arcilla que un Obrero, suave como la luz amasó de nuevo. Por fin se le arrojó de cabeza a un viejo confesonario cuya madera crujió bajo su peso”. Encontrar su centro no impidió que llevara una existencia dura. Su conversión, como suele pasar trajo otras: la de Jacques Maritain y su esposa Raisa. León Bloy dice en algún lugar de su obra: “ Una alma entregada a su propia nada no tiene más recurso que la imbécil gimnasia literaria de formularlo”.

(“Siete escritores conversos” Carlos pujol Ed. Astor)

15 diciembre, 2007

Los amigos

Ayer festividad de San Juan de la Cruz, acabó el día de una manera bonita.

Hace tiempo, durante dos años consecutivos, ese día 14 de diciembre, me di una buena “toña” ( no se si la palabra está en el diccionario) pero se explica sola diciendo que una de las veces tuve que ir al Hospital Clínico a que me curaran. Querían hacerme una radiografía de la nariz, por si me la había roto, no me la hicieron. Se dejaron convencer por mí que aseguré que no tenía ningún hueso roto. Desde el primer momento, no dudé de que el Señor había protegido mi cara, como así fue. Eso sí: dejándomela llevar durante un tiempo con un monumental hematoma. que yo vigilaba ante el espejo a diario a ver cuando pasaba del rojo al amarillo hasta desaparecer por completo y dejarme mi cara blanca de siempre. Como al año siguiente se repitió el trompazo, aunque esa vez sin derramamiento de sangre. Resulta que cada 14 de diciembre mire a San Juan de la Cruz con una cierta desconfianza.

Por la mañana acabé de poner el Belén que me ha quedado precioso. Conseguí iluminar muy bien la cueva que tiene hasta pesebre con paja. Frente a ella, con sus figuras réplica de un belén de Salcillo, se puede rezar muy bien. Cuando un rato antes de cenar, día me proponía escribir, vino a verme Asun, que pasaba por la puerta de casa y subió. Adiós escritura. Pensé en eso que una vez leí no se donde: los amigos son ladrones de tiempo. Como la charla se prolongaba, la invité a cenar. Mientras lo hacíamos llamó Amparo que quería que subiera un momento a ver su belén. Le dije que primero bajara ella a ver el mío. En mi acogedor y bien iluminado cuarto de estar, tuvimos las tres una magnífica tertulia hasta las doce de la noche. A esa hora subimos Asun y yo a ver un belén con campos de coles, mujer que sacude ramas de olivo, herrero que le dá al yunque, niños columpiándose en un balancín … la intemerata.

11 diciembre, 2007

El corazón del hombre

El corazón del hombre está hecho para cosas grandes y los que no abren la Biblia y leen en ella, se pierden mucha belleza y mucho regocijo. Y para muestra un ejemplo que contaré a continuación.

Al acercarse la Navidad, las mujeres vamos “corriendo corriendo”, pues son muchas las cosas que hay que atender y no es la menor de ellas que la casa esté limpia y ordenada, antes de adornarla (qué mejor momento para desembarazarse, regalando o tirando según convenga, tanto trasterío inútil como arrastramos), pero como lo primero es lo primero y tengo larga experiencia de que si se empieza haciendo oración el tiempo se multiplica, he abierto la Biblia al azar, que nunca es azar, y eh aquí que he caído al principio del capítulo 62 de Isaías:

Por amor de Síón no he de callar,
por amor de Jerusalén no he de estar quedo,
hasta que salga como resplandor su justicia,
y su salvación brille como antorcha.

Pues eso, no callemos que hay por ahí quien confunde la Navidad con los grandes almacenes y los villancicos con cajas con grandes lazadas.

La liturgia estos días es grandiosa, enardecedora y no es para menos

10 diciembre, 2007

La pata quebrada

“La mujer casada, la pata quebrada y en casa” decía un refrán cuando yo era niña. Seguro que hoy está obsoleto y ya no figura en los manuales. Sin embargo hoy, día de Nuestra Señora de Loreto, recuerdo del hogar de la Virgen María, que si estaba en casa y si se dedicaba a sus labores, he mirando, mientras cuidaba a mi nieta pues había salido su madre, un libro de Vermer. Que hermosas y entrañables esas escenas hogareñas en las que siempre encontramos mujeres. Mujeres jóvenes, respetables matronas, mujeres embarazadas, otras mirándose al espejo, bordando en grandes bastidores, mujeres entre barreños en su cocina con cofias y delantales blancos, o recibiendo un pálido rayo de sol junto a un bello ventanal emplomado… Mujeres en fin caldeando y dando vida a las suntuosas o humildes estancias. Nos gusta verlas. Nadie diría que su presencia allí es inútil y carece de valor. Nadie, con sentido común.

Ahora las cosas no son así. A veces los niños tienen la llave de casa porque su madre no está y por compañía el televisor… ¿es eso progreso? ¿hacia dónde? Quienes hemos disfrutado de la presencia materna en el hogar y además hemos podido ver crecer día a día a nuestros hijos, a los que hemos podido contar cuentos, llevarlos al parque y aburrirnos con ellos – que también el aburrimiento educa - , darles un cachete cuando lo estaban pidiendo a gritos, y un achuchón cuando se habían caído al suelo, hemos contribuido a criar chicos sanos, alegres, estudiosos o deportistas. Hombres y mujeres de bien, con los que se puede vivir y a los que es mucho más difícil manipular. Ah¡ y hemos ahorrado mucho, mucho dinero a la Seguridad Social

09 diciembre, 2007

Películas interesantes

He visto últimamente dos películas de Dreyer. “El amo de casa” una película muda con subtítulos, del año 25, que compensa el esfuerzo que puede suponer verla y que todos los hombres casados deberían ver y “Dies Irae”, en cuya visión hay un fuerte disfrute estético y el reconfortante sentimiento de no haber perdido el tiempo viéndola, y si uno afina más, incluso se saca el impulso de ser mejor para tratar de compensar el gran dolor del mundo. Esta noche espero disfrutar viendo “El gran Dictador” y comprobaré, si es adecuada o no para ponérsela a mi nieto de nueve años cuando viene a verme los viernes.

Hoy les he dicho a mis yernos que “El amo de casa” deberían verla. Las mujeres sabemos mucho de su temática. Pero el varón, incluso el varón bueno (marido e hijos) puede estar toda su vida en la inopia de el infinito esfuerzo físico y mental que su presencia puede suponer en la vida de una mujer. No solo las imágenes son, como era de esperar tratándose de Dreyer, profundamente expresivas sino que los subtítulos son elocuentes y merecedores del agradecimiento femenino. En una ocasión dice que los hombres cuando conquistan a una mujer ( antes era así porque la mujer, si tenía respeto de sí misma no era fácil) la adoran y la ven como un ángel ( estamos en el año 25) y cuando se casan con ella, tiene hijos y pasan los años empiezan a tratarla mal y a insultarla y es entonces, por su dedicación a los suyos, cuando deberían hacerle un homenaje. Bueno, contaría más, pero debe verse.

La de en medio y la pena

Esta mañana me he encontrado con Pilar. Me ha contado que al alborear del día de la Inmaculada se ha muerto su tía Trinita a los 92 años… Me ha gustado la fecha: llamarse Trinidad y morirse el día de la Inmaculada, no deja de tener su sentido:

Dios te salve María Hija de Dios Padre
Dios te salve María Madre de Dios Hijo
Dios te salve María Esposa del Espíritu Santo

Pilar tenía los ojos arrasados en lágrimas. Ha vivido con su madre, que murió a los 93, y su tía Trinita toda su vida. Y si en alguna ocasión le he oído quejarse de que el cuidado de su madre y de su tía le quitaba libertad, esta mañana me ha dicho que su tía se ha ido derecha al cielo porque ha vivido para los demás y nunca ha perdido el sentido del humor. Al preguntarle, recientemente, que a que cuidadora quería mas a Raquel ( la de los días de labor) o a Alicia ( la del fin de semana), ella ha sonreído y ha dicho: “a la de en medio”.


Salió la otra noche un poeta en TV al que no conocía pero al que escuché con gusto. Hablando del cante andaluz, y su desagarro, recitó

En la torre está el reloj,
el mochuelo en el olivo,
en mi corazón la pena.
Cada cosa está en su sitio.

Me gustó, y se lo recité a Juan. Me dijo: “no es gran cosa y además filosóficamente peligroso”. Me gustó también la respuesta que me dio.
Yo la traduciría así: “¿luchas con fiereza contra la tristeza?” porque debemos hacerlo.

08 diciembre, 2007

Había una vez...

Había una vez una mocita que frente a una imagen de la Virgen con el Niño Jesús en brazos, le preguntaba cada noche: “Virgencita, ¿casadita o monjita?”. Aunque no obtenía ninguna respuesta, no dejaba de hacer la pregunta todos los días. Pasaron años y ella seguía preguntando: “Virgencita ¿casadita o monjita?”. Hasta que una noche, tenía ya cuarenta y cinco años, al hacer otra vez la misma pregunta, al Niño Jesús le dio pena y decidió contestarle: “monjita, monjita”. A lo que ella airadamente respondió: “Tú cállate que estoy hablando con tu madre”

Hay veces que no oímos lo que el Señor espera de nosotros porque no queremos hacer su voluntad ( como pedimos en el Padrenuestro) sino que Él haga la nuestra.

Lo que ahora cuento, es real. Pasó en Lourdes. Una madre con su hija fueron allá para que la Virgen curara a ésta. La madre le había dicho a la niña, que Jesús nunca dejaba de atender lo que le pedía su madre. La niña cuando en la Bendición de los enfermos el sacerdote pasó por su lado bendiciendo con la custodia la niña gritó: “¡Si no me curas, se lo diré a tu madre¡”. El sacerdote, al oírla, se sintió conmovido y cuando acabó de pasar por la hilera de enfermos, volvió donde estaba la niña para bendecirla otra vez. Ella volvió a decir: “¡Si no me curas, se lo diré a tu madre¡”. La niña se curó.

Son cosas que estos días he oído en la novena de la Inmaculada y que no me resisto a dejar de contar.

06 diciembre, 2007

Sefa

A veces, a lo largo de estos años, sentadas en “Sal y pimienta” a la hora del aperitivo o al caer la tarde - las mujeres tenemos las confidencias a flor de piel - le oí decir : “No me preocupa nada la muerte. A mi no me ata nadie. Muchas veces le digo al Señor: cuando Tu quieras”. Y resulta que ha querido ayer. Sefa, viuda y sin hijos, vivía sola y se ha ido sin dar la lata. De repente, en su casa, de modo impensable. Como murió mi padre, después, como él, de una vida de trabajo y honradez en la que Dios tomaba buena parte. Le agradecía haber podido traerse a sus padres a vivir con ella y haber podido cuidarlos hasta edad avanzada, que hubieran muerto en su casa y poder así “cubrir aguas”, en ese mandamiento dulce y costoso que es “honrar padre y madre”. Recuerdo muy bien el funeral, en San Alberto Magno, de Isabel, su madre y veo a Sefa en primera fila, contenta, sonriente, agradecida; no solo porque la Iglesia se llenó, siempre presumió de tener muchos amigos, sino porque todo había sido de ley. Algunas mujeres, de edad parecida a la suya, de la parroquia y del barrio, estamos conmovidas. Es un aldabonazo, que sin duda nos mejorará. Pocos días antes Esther, una de ellas me decía por teléfono: “Yo a Dios ahora me lo tomo muy en serio porque cada vez conozco a mas gente que la ves un día y al otro está muerta”. Reconocí la sensatez de sus palabras. Lo que ninguna de las dos podía imaginar es lo proféticas que pronto iban a resultar. Sefa, ex alumna de teresianas, ha muerto dentro de la novena de la Inmaculada que con tanta solemnidad se hacía en nuestro Colegio, y dos días antes, como todos los lunes, estaba por la noche en la parroquia en la “Catequesis de Adultos”.

05 diciembre, 2007

Lo que imprimió la impresora

He recibido en el correo un archivo con la nueva encíclica del Papa sobre la Esperanza. Me pongo a imprimirla y al poco se acaba la tinta y además la impresora sigue imprimiendo sin que consiga pararla. Es algo que me supera siempre. Pero he aquí que algo destaca en estupenda negrilla entre los folios gris pálido. Lo leo y lo encuentro precioso. Aquí está:


María, estrella de esperanza

“49. Con un himno del siglo VIII/IX, por tanto hace más de mil años, la Iglesia saluda a María, la Madre de Dios, como “estrella del mar”: Ave maris estella. La vida humana es un camino. ¿Hacia qué meta? ¿Cómo encontramos el rumbo? La vida es como un viaje por el mar de la historia, a menudo oscuro y borrascoso, un viaje en el que escudriñamos los astros que nos indican la ruta. Las verdaderas estrellas de nuestra vida son las personas que han sabido vivir rectamente. Ellas son luces de esperanza. Jesucristo es ciertamente la luz por antonomasia, el sol que brilla sobre todas las tinieblas de la historia. Pero para llegar hasta Él necesitamos también luces cercanas, personas que dan luz reflejando la luz de Cristo, ofreciendo así orientación para nuestra travesía. Y ¿quién mejor que María podrá ser para nosotros estrella de esperanza, Ella que con su “sí” abrió la puerta de nuestro mundo a Dios mismo; Ella se convirtió en el Arca viviente de la Alianza, en la que Dios se hizo carne, se hizo uno de nosotros, plantó su tienda entre nosotros.”

Carta Encíclica “SPE SALVI” de Benedicto XVI sobre LA ESPERANZA CRISTIANA

04 diciembre, 2007

De estos días

En un compartimento de tren de asientos encarados de los de otro tiempo, en los que los viajeros, pasados esos minutos de observación mutua, se refugiaban tras el libro o el periódico o trataban de tantear una conversación que de ser grata hiciese el viaje más llevadero, un señor de edad respetable sacó un rosario y se dispuso a pasar sus cuentas en silencio.
Frente a él, una universitaria pedante con el arrojo propio de la edad le abordó con palabras parecidas a éstas: “¿ Pero cómo es capaz de creer en cosas tan antiguas como esas?, Hombre tire usted el rosario por la ventanilla y dedíquese a leer libros de ciencia”. El caballero, pausadamente
contestó que sí creía en cosas como esas. Ella insitió: “Mire, si me da usted su dirección, le puedo mandar una lista de libros interesantes, que le vendrá bien leer”. Sacó el hombre una tarjeta de visita de su bolsillo y ella leyó:
“Louis Pasteur – Instituto de Investigaciones Científicas – París”. Sin comentarios.

En nuestros días, en la Coruña había un joven de 23 años, sonrisa contínua y que tenía una novia encantadora y una moto. Después ya no tenía la moto, seguía teniendo la novia y él iba en una silla de ruedas. Un día su novia le dijo: “Mira, tenemos que hablar. Mis padres no dejan de decirme que tengo que dejarte. Si lo hiciera, tu y tus padres lo entenderían. Mis amigos también me machacan con lo mismo. Estoy harta de tanta presión así es que hoy no me marcho de aquí hasta que no fijemos para ya, la fecha de la boda.” Se casaron. Una bonita historia ¿no? Por la pareja sabemos que habían vivido limpiamente su tiempo de noviazgo. Creo que no hacía falta saberlo, era de cajón.

02 diciembre, 2007

En la novena de la Inmaculada

Acaba de venir Virginia. Una mujer pequeñita,de cara dulce que cuida a una mujer de noventa años. Me ha regalado una estampa argentina de la Virgen de Schoenstatt. Al reverso de la misma, una alegría: el ofrecimiento del día, que mi madre me enseñó a rezar todas las mañanas de niña. Pequeña alegría en este segundo día de la novena de la Inmaculada, que todos los años hago desde el Coloegio y a la que ella iba en Alcañiz de moza, cuando los estudiantes volvían por vacaciones y las chicas estrenaban abrigo.

Mi madre, cuando joven, adornaba el altar de la Virgen para la fiesta, haciendo flores de papel de seda. Leyendo estos días Riconete y Cortadillo me encontré que ya Cervantes hace mención de los florones de papel con los que Cortadillo podría conseguir que el Sacristán le diera la ofrenda de Todos Santos haciéndolos para el Monumento.

Ayer la predicó en San Juan y San Vicente, D. Manuel Molinero, que la arrancó con los últimos versos de un poema de Lope. Le cogí apuntes, a toro pasado: “ Ésta es María, sin llegar al centro /que solo del todo, retratarla puede / pintor que estuvo, nueve meses dentro”.
D. Manuel nos recordó que la Sangre del Señor, que en la comunión recibímos, es toda Sangre de María.

Hoy, en San Andrés, la ha predicado Don Javier Santo, santo baturro.
Ha contado la anécdota del “Bendita sea tu pureza”, que yo no recordaba bien, hace días, a propósito de la catequesis a los niños. Se trata de un profesor de Literatura de la universidad que recita una Décima espinela
que es una “marranada”. Invita a sus alumnos otra que conozcan ( típico del hombre suficiente y apabullante) y entonces se levanta un alumno ( D. Javier ha dicho que era alumna ) y ante toda la clase recita alto y pausadamente el “Bendita sea tu pureza” que es una décima espinela. El catedrático, después de oírla, pliega sus papeles y dice: “la clase ha tereminado”.

La misa de la novena estaba hoy hasta la bandera, y la Iglesia de San Andrés es grande, de mozas universitarias o no.

Veremos que nos cuenta mañana D. Jose María Boza, sevillano y poeta.