28 enero, 2011

28 de enero del 2011

He tenido un día bonito, tal como esperaba. Se lo pedí a la Virgen ayer. Es mi aniversario de una gran decisión: Hoy, festividad de Santo Tomás de Aquino – no puede gustarme más la coincidencia por muchas razones – hace muchos años, pedí la admisión al Opus Dei .

He oído misa en Guadalaviar, en el oratorio donde de universitaria, conocí la Obra, el colegio de mis hijas y de mis nietas. Una hermosa misa con niñas adolescentes que se dejan la melena hasta la cintura. Ha habido canciones bonitas. De una de ellas se me ha quedado:
“La tierra el aire y sol son Tu regalo / y mil estrellas de luz / sembró Tu mano / el hombre puso su amor / y su trabajo…” Hasta aquí ha llegado mi retentiva. Lástima no poder cantarlo, porque pierde bastante.

Pero lo que más me ha gustado, lógicamente han sido las lecturas de la misa. Aquí va algo:

De la carta de San Pablo a los Hebreos:
“No perdáis pues vuestra confianza que tiene una gran recompensa. Porque tenéis necesidad de paciencia, para que, cumpliendo la voluntad de Dios, alcancéis la promesa. Porque aún un poco de tiempo y el que ha de venir, llegará sin tardar. Mi justo vivirá de la fe, pero no se complacerá ya mi alma en el que cobarde se oculta”. Pero nosotros no somos de los tímidos, para perdición, sino de los que perseveran fieles para ganar el alma.”

Del Salmo 36:
“Ten confianza en Yaveh y obra el bien, / vive en la tierra y crece en paz, /ten tus delicias en Yaveh , / y Él te dará lo que pide tu corazón. / Pon tu suerte en Yaveh, / confía en él, que el obrará; / hará brillar como la luz tu justicia, / y tu derecho igual que el medio día”.

El evangelio era el grano de mostaza….diecinueve años y novio, madre de cuatro hijos y abuela de diez nietos…

Al salir de misa he encontrado en la escalera del jardín a mi nieta Marta. Estaba orgullosa de su situación: era la alumna de guardia, me ha enseñado con orgullo en su brazo el brazalete rojo que lo acreditaba. Se comía el mundo. Rubia, rusa, mi nieta de 11 años.. y aquí, en Guadalaviar. Yo salía contenta y le he contado por qué. No se hasta que punto me habrá entendido, pero seguro que lo entendido se le queda en el corazón.

He comido con Marta su madre, que le ha dado un buen metido a mi cocina. La tarde bonita, escribiendo, planchando y hablando por teléfono con las amigas. Esta noche: “Lágrimas en la lluvia”, el programa de J.M. Prada…. Gracias a Ti Señor, gracias a Ti.

El puntero

Un recuerdo tira de otro, como el hilo tira del ovillo; las clases de latín de de la madre Digna, trajeron el recuerdo del puntero de la madre Felisa.
Cuando llegué al Colegio de Valencia – las teresianas –, desde el Colegio de “La Enseñanza” de Zaragoza – en el que la madre Plana me daba recortes de obleas como premio cuando subía al estrado a leer el “tilín- tilán”, enseguida me di cuenta que la madre Felisa era muy buena. Tenía un gran puntero con el que señalaba hitos de la Historia Sagrada dibujados en grandes carteles de suelo a techo: la expulsión de Adán y Eva del paraíso, la torre de Babel.. a veces los dibujos a buen tamaño y a todo color, nos concernían más de cerca, como el que representaba un niño que se disponía a cruzar un puente de madera hecho con tablones y a los que faltaban algunos. Su ángel de la guarda iba tras él. La madre Felisa nos explicaba: los diez mandamientos de la ley de Dios son como esos tablones que forman el puente – decía señalando con el puntero - . Es necesario cumplirlos todos para poder cruzar el puente que lleva al cielo. Mensaje captado. Con el puntero también se señalaban en los mapas, países lejanos.

Un día la madre Felisa: dijo a mis padres: “ésta niña se echa mucho hacia delante”, al tiempo que ella procuró corregir la situación. Me puso de pié en un extremo de la clase y agarrando el puntero lo pasó por detrás de mi espalda, haciéndomelo sujetar con los codos. A la vez que decía: “ ésta niña no está castigada, estará así un ratito para que mantenga recta la espalda”. Al cabo del tiempo mis padres me pusieron paletillas. Recuerdo con cariño el interés de la madre Felisa. Así con el puntero, de alguna manera parecía un crucifijo. Buen comienzo para una cristiana.

Crecí pronto y mucho. A los doce años, alguna vez me dijeron por la calle: “¿Qué tiempo hace por esas alturas?” o me llamaban Giralda. Cuando fastidiada por ello se lo contaba a mi madre – que era bajita – me decía:
“ No te preocupes, de mayor tendrás un tipo estupendo.” Y, sin falsa modestia tengo que reconocer que así fue.

27 enero, 2011

La madre Digna Villabriga

La madre Digna, magnífica profesora de latín, tradujimos con ella grandes trozos de “La guerra de las Galias” y disfrutamos con ello y en el Examen de Révalida del Instituto, la nota más baja de la clase fue un notable, era además una monja con “garra”. A veces conseguíamos no dar clase a base de que alguien sacase hábilmente un tema, en el pudiera explayarse a gusto. Si lo lográbamos, lo que creíamos un triunfo nuestro, era en realidad un triunfo suyo. He olvidado ya el “hablativo agente,” el “sujeto paciente” y todo lo demás y sigo recordando mucho del “material humano” que introdujo en sus clases. Una de estas veces alguien le preguntó: “madre, cuéntenos algo de su vocación”. Y ella, paseando por entre los pupitres, que así daba sus clases – en ellas no ni se dormía nadie, ni hacía monigotes en el cuaderno - nos contó: “A mi la primera que le echo el “gancho” fue mi madre. Sacó sacaba un crucifijo, y me dijo: “Mira: Éste, es quien más te va a querer”. Teníamos entonces catorce años, leíamos a Bécquer y mirábamos por las ventanas del aula a los chicos de la casa de enfrente que les daba por afeitarse de modo que pudiéramos verlos.

Una vez nos dijo: “las verdaderas amigas, las que duran toda la vida, se hacen en el Colegio”. He podido comprobar que tenía razón. Si Dios quiere – ya hemos pedido plaza en dos ocasiones y no había – me iré de curso de retiro el 31 de marzo con mi amiga Maritina. Llevo invitándola toda la vida a venirse conmigo, al menos una vez, y siempre me decía: “Rosi, cuando me jubile”. Ya se ha jubilado… Dios es paciente. No quiero ni pensar cuando me la vea en el banco del oratorio a mi lado, oyendo hablar de Dios a un sacerdote que sabe lo que se lleva entre manos, que ama a Jesucristo y a los demás por Él. Maritina y yo hablábamos en la hora y media de estudio mucho – salíamos del Colegio a las 7,30 de la tarde - más de lo conveniente. Al final nos separaron. A mi me colocaron con una sosa que no abría la boca en todo el día.

Una vez la Madre Digna escribió en mi perfil psicotécnico: “Es capaz de armonizar sus conocimientos bajo una sola idea”. Se lo agradezco. Y no puedo menos de pensar en mi blog, me ha venido bien. Disculpen.

25 enero, 2011

Diocleciano

El nombre de Diocleciano, me recuerda a la madre Felisa, no se bien por qué, puesto que aún no habíamos estudiado las persecuciones a los primeros cristianos. Seguro que nos contó algo de ellas y la enjundia del relato hizo que se me gravara el nombre del emperador romano. Este domingo, el sacerdote empezó su homilía diciendo: “Estos días hemos celebrado las festividades de San Sebastián, Santa Inés y San Vicente Mártir, los tres murieron en la persecución de Diocleciano…” Luego nos habló un poco de éste último santo: año 305, diácono del obispo Valero y que fue martirizado en Valencia y es patrono de la misma y de su archidiócesis.

Apenas celebrada la Navidad, ya está ahí la lapidación de San Esteban por los judíos, y las persecuciones de los emperadores romanos.. El año empieza con fuerza. El tiempo es breve y conviene ponerse las pilas: estar en la realidad. No era mal asunto que a las niñas nos hablaran pronto de los mártires, para ir sabiendo a que atenernos. Luego sería fácil enseñarnos a luchar contra nosotras mismas: no quejarse, dominar la sed, cortar una conversación inconveniente.. El principio de una vida debe estar asentado en la verdad.

Abriendo “Forja” al azar suelo encontrarme con este punto:

“Desde que Jesucristo Señor Nuestro fundó la Iglesia, ésta Madre nuestra ha sufrido continua persecución. Quizá en otros tiempos las persecuciones se hacían abiertamente, y ahora se organizan muchas veces de modo solapado; pero hoy como ayer se sigue combatiendo a la Iglesia.
- ¡Que obligación tenemos de vivir, diariamente, como católicos responsables¡

24 enero, 2011

El crucifijo

En el dormitorio de mis padres, como en el de mis abuelos y tantos otros de los matrimonios de entonces, sobre la cama de matrimonio había un crucifijo. El de mi casa, con la cruz ancha de madera de nogal, y el Cristo de níquel, era bonito. Los había con el Cristo de pasta, para mi inadmisible. O talla de madera o escultura de metal, que desde luego no podía ser dorado. El material tenía que ser noble, la escultura hermosa. La presencia del crucifijo allí, no era baldía. Ayudaba a poner las cosas en su sitio: el matrimonio debe estar abierto a la vida, por ello la cama matrimonial, en palabras claras de San Josemaría – baturro al fin - es un altar, no un lecho de mancebía. El crucifijo, ayudaba también a no pedir peras al olmo. Es decir: a no sacar la sexualidad de sus casillas. El amor entre marido y mujer, estaba muy por encima de ella. Ambos, eran ciudadanos del cielo.
Ante el crucifijo del cuarto de mis padres, rezábamos todos incluida “la Francisca”, la tarde del Viernes Santo a las tres de la tarde, de rodillas, treinta y tres credos: uno por cada año de la vida del Señor. Mi padre murió en esa cama, bajo ese crucifijo. Luego en mi generación – los que nos casamos durante los sesenta – empezaron a desaparecer los crucifijos de los dormitorios. Quizá mucho llanto - de mujeres y niños - se hubiera evitado si los crucifijos no hubieran desaparecido de nuestras casas..
Me contaron hace poco, que acudió a la Clínica de la Universidad de Navarra una pareja. Al ver el crucifijo en la habitación, la mujer dijo: “ese crucifijo hay que quitarlo”. La enfermera, se negó a hacerlo. “Pueden recoger si quieren sus cosas e ir a otra clínica”. Se fueron. Al cabo de dos horas volvió solo el hombre: “Me quedo”. La enfermera: “ ¿Y su esposa?”.
Él contestó: “ No era mi esposa, era mi secretaria. Sin comentarios.

23 enero, 2011

Del libro “Diálogos con Pablo VI” de Jean Guitton

PabloVI …Todos vivimos, más o menos (el mismo Renan lo decía) de lo que nos ha enseñado una mujer en el orden de lo sublime. Y los hijos lo sienten más que las hijas a causa de la diferencia de las naturalezas. Y los hijos sacerdotes, más que los demás hijos porque están llamados a la soledad.

J.G. La madre de un papa es un caso aparte entre las madres.

Pablo VI. La madre de un papa nunca ha sabido que lo era, pero su hijo si que lo sabe. Y sufre de no poder decirle su agradecimiento, de no arrodillarse ante ella para recibir su bendición.

J. G. Toda madre se parece a Moisés. No entra en la tierra prometida. Prepara un mundo que no verá. Creo que para comprender el destino habría que ahondar ese primer misterio: ¿por qué estoy aquí y no ahí ¿ ¿por qué he aparecido en este momento de la historia? ¿ Por qué he surgido de este hombre y esta mujer? Con razón decía Simona Weil: “La meditación que hizo encontrarse a mi padre y a mi madre es más saludable aún que la en la muerte.”

¿A que es bonito?

22 enero, 2011

Alegría del viernes noche

Escribí a “lagrimas en la lluvia” el programa de cine que lleva J.M.Prada los viernes a las 9,30, programa – claramente interesante – dos e- mail para comentar el correspondiente al viernes 14 de enero. Les había escrito:

“En el programa “lágrimas en la lluvia” de J.M. Prada, ví “El Séptimo Sello”, una vez más. El coloquio tras la película fue estupendo. Tres clérigos y un seglar sabio. Se habló del Apocalipsis. Lamenté que al que era de la Obra, J.M. de Prada no le diera más cancha – su razón tendría- porque no perdía comba. “Los sacerdotes solo deben hablar de Dios”, decía San Josemaría. También quería que pidiéramos que los sacerdotes fueran “santos, sabios, alegres y deportistas”. Éste de mediana edad, tenía unos ojos inteligentes y una expresión alegre, solo verlo hacía bien. Seguro que era también deportista. Un plató es una buena palestra.”

El otro e- mail:

“Por favor pónganle una silla a María Cárcava.. Todo el programa de pie y con tacones y cinco caballeros cómodamente sentados... Una chica que sabe tanto y castigada de pie en plan de florero.. Disfruto el programa, pero todo es mejorable.”

Pues bien, anoche, comentando los correos recibidos empezaron con el mío. Dijeron algo así : “Rosa Navarro nos escribe diciendo lo mucho que disfrutó - y así fue – el coloquio tras la película de “El séptimo sello”. Es grato estar dulcemente sentada en un sillón orejero y oír tu nombre en televisión. Tras el resto de comentarios, María Cárcava, sonriente, agradeció el que “alguien” se preocupara por su “salud”, y se preocupara porque estuviera de pie durante todo el programa. Y añadió que “nadie se lo había impuesto que era decisión suya, porque así seguía mejor las incidencias del programa” J.M.Prada, agradeció la aclaración, y apostilló algo así : ¡menos mal¡ que porque si no, me acusan a mi de machismo”.

Tras escuchar esto me alegré doblemente: a mi modo de ver, impecable el modo de hacer las cosas.

A por cierto el seglar sabio al que me refería era Miguel Ayuso – que también formaba parte del coloquio de ayer, creo recordar perteneciente al Cuerpo militar de Juristas y Profesor de la Universidad Pontificia de “Comillas”. Da gusto oírle.

20 enero, 2011

Entre libros anda el juego

Acabo de leer un párrafo del “Diario de la Divina Misericordia” de Santa Faustina Kowalska, que no puedo menos que transcribir. En esté está puesto en “negrilla” lo que el Señor decía a Faustina, a veces viéndolo y a veces no. Es fuerte eso de que conozcamos textualmente el diálogo del Señor con una monja. Ti sino para las almas Aquí está:

Hoy no he tenido ganas de escribir; de repente he oído en mi alma una voz: “Hija mía no vives para las almas. Escribe para el bien de ellas. Conoces mi voluntad en cuanto a escribir, te la han confirmado muchas veces los confesores. Tú sabes lo que más Me agrada y si tienes alguna duda sobre Mis palabras, sabes a quien debes preguntar. Le concedo luz para que juzgue Mi causa, Mi ojo lo protege. Hija mía frente a él tienes que ser como una niña, llena de sencillez y sinceridad, antepón su opinión a todas mis peticiones, él te guiará según mi voluntad; si no te permite cumplir Mis solicitudes, quédate tranquila, no te juzgaré por ello; este asunto quedará entre yo y él. Tú debes obedecer.”

¡Menudo párrafo, como para leerlo despacio dos veces de vez en cuando¡

He cogido el libro de Santa Faustina, porque Juan Pablo II la canonizó, difundió los escritos de la santa polaca: sobre la gran Misericordia de Dios, e instituyó la fiesta de la Divina Misericordia: domingo siguiente al Domingo de Resurrección. Él, murió el 2 de abril del 2005 la víspera de esta fiesta, que cayó así ese año. Y este año, cae el 1 de mayo. Además empieza el mes de la Virgen y es San José Obrero – y Juan Pablo II lo fue. Benedicto XVI, que quería entrañablemente al Papa anterior, está en todo.

19 enero, 2011

Sobre Dante y la Divina Comedia

Dice Jean Guitton, hablando de los gustos literarios de Pablo VI:

“Imagino que Dante es para él lo que Goethe para un alemán, Sakespeare para un inglés, Cervantes para un español – lo que es Pascal para nosotros los franceses -: el que resume, el que expresa el espíritu de un pueblo entero; más aún, el que lleva esa esencia misteriosa hasta lo universal, sin quitarle sin embargo, el sabor de la tierra, el encanto de un lenguaje carnal y particular.
La tierra italiana, la tierra de Virgilio, que ha hecho germinar tantos genios en las artes del volumen, la figura y el color, no tiene artista que pueda compararse a Dante. Y Dante por añadidura, resulta ser el único poeta que merece en la plenitud de su sentido el nombre de “católico”. No veo – decía yo a Pablo VI – como esa reunión de azares tan poco probable, que ha hecho a Dante y a su poema podría reproducirse en Europa”
- Es verdad – respondió él con gravedad – que el laurel que corona esa frente no se ha secado nunca. Y, en cierta manera, bajo diversos modos, ese laurel sigue floreciendo. Es que la “Divina Comedia” abraza todo lo que le es posible concebir, y al amor humano amar. El cielo y la tierra. La eternidad y el tiempo. El misterio escondido en Dios y los acontecimientos de la historia de este mundo. La teología y las ciencias (tal como eran en la época que escribía Dante). En resumen, diré que todo lo que se había pensado antes que existiera Dante, él lo llevó a su mas alto grado de sencillez, de profundidad, de enlace con la totalidad. Así las Ideas de Platón, la síntesis hecha por Aristóteles, la asombrosa intuición que tuvo San Agustín, de la historia en cuanto fluir de los tiempos, la síntesis hecha por Santo Tomás, ese espíritu angélico hecho de firmeza y medida; y no debo olvidar el fervor de San Buenaventura, el ardor de Santo Domingo, el puro impulso de Francisco de Asís, la ternura ascética y regia de San Bernardo.
Unir en así en sí todo lo que haya habido de válido antes de uno mismo; disponer esas luces en la propia luz, en nuestra unidad íntima; no sentirse con eso inquieto ni deslumbrado, ni abrumado. ¡Qué ingenuidad, qué genio, que tipo de inocencia ( al principio dada, luego adquirida), supone eso¡”

Y siguen hablando de la Divina Comedia esas dos mentes preclaras, pero como es lógico no puedo copiarlo todo.

16 enero, 2011

¡No tengáis miedo¡

Ha sido una alegría enterarnos de que el 1 de mayo beatifican a Juan Pablo II. Habrá que comprarse el libro de Joaquín Navarro Valls, que cuenta sus vivencias sobre el tiempo que fue portavoz de la Santa Sede. Seguro que recordamos cosas estupendas de las que hemos tenido la suerte de ser contemporáneos. Son muchos los papas santos que hemos conocido. No es malo pensar que a esta generación se nos pedirá cuenta de ello. Nos han dicho cosas claras, con lucidez, valentía y acierto y hace mucho tiempo que se inventó la imprenta. Las primeras palabras de Juan Pablo II, aquel 16 de octubre de 1978 fueron algo que todos necesitábamos oír: “ ¡ No tengáis miedo¡. ¡Abrid las puertas a Cristo¡”. Él lo hizo, durante su larga y dura vida. Se nos metió en el corazón, y hasta hay quien se convirtió solo porque se sintió personalmente aludido – señalado - cuando en el viaje del Papa a España en el 82, vio a través de la televisión a Juan Pablo II, y le oyó decir, con el índice de la mano derecha extendida, “Tú, ¡tienes que ser santo¡”. Encontró un amigo que le ayudara, y se puso a la faena. Nos lo cuenta – ya piloto jubilado - en uno de esos DVD que circula por ahí de testimonios bonitos. El miedo está siempre ahí agazapado, esperándonos. “Aunque camine por cañadas oscuras nada temo, porque Tú vas conmigo”, quienes frecuentamos la misa, tenemos la oportunidad de oír este salmo, muchas veces al año. Siempre es oportuno .

(carta enviada a Levante)

Con orden y concierto

Esta mañana he ido de funeral, al Tanatorio de Tarongers. Una amiga perdió su única hermana el 9 de octubre y el 13 de enero ha perdido a su marido: su único novio. Sus lágrimas han mojado mi mejilla, al saludarla al salir de la misa. Ésta misa ha sido bonita. La han celebrado dos sacerdotes del Opus Dei – ambos eran de la Obra- y he dado gracias por ellos. No tiene precio oír una misa dicha con respeto, piedad, sencillez. Sin improvisaciones, sin lucirse, sin emplear más tiempo y sobre todo más palabras que las necesarias. Como siempre que alguien bueno se va a al cielo he acabado contenta. Al llegar a casa, he vuelto desayunar bien para celebrarlo. Lo necesitaba.

Ayer, otro cura del Opus Dei – espero ver a muchos y que me saluden cuando llegue al cielo - me alegró la noche. En el programa “lágrimas en la lluvia” de J.M. Prada, vi “El Séptimo Sello”, una vez más. El coloquio tras la película fue estupendo. Tres clérigos y un seglar sabio. Se hablaba del Apocalipsis. Lamenté que al que era de la Obra, J.M. de Prada no le diera más cancha – su razón tendría- porque no perdía comba. “Los sacerdotes solo deben hablar de Dios”, decía San Josemaría. También quería que pidiéramos que los sacerdotes fueran “santos, sabios, alegres y deportistas”. Éste de mediana edad, tenía unos ojos inteligentes y una expresión alegre, solo verlo hacía bien. Seguro que era también deportista.
Un plató es una buena palestra.

14 enero, 2011

La tía Pilar

Si no soy capaz de saber estar con mis nietas con esa laboriosidad mesurada y amable igualdad de ánimo, que tanto agradecen los niños, no será porque no he tenido un buen ejemplo, viendo verano tras verano durante infancia y adolescencia la eficaz y bienhechora presencia de la tía Pilar. Los niños, como el lobo de Caperucita tiene unos ojos grandes… ¡Para vernos mejor¡. A un niño, aunque se pretenda, no se le engaña nunca. Saben ver más allá de las apariencias y eso es un gran responsabilidad para los mayores. Un niño, con su presencia está ayudándonos a ser mejores. Como ellos esperan que seamos. Los veranos en Samper, en casa de la tía Pilar, con su estupenda y bien servida comida y su aburrimiento – saludable y controlado por el buen hacer de los adultos – han sido una de las mejores cosas de mi vida.
Por eso cuando vienen mis nietas, a la salida del Colegio a pasar la tarde conmigo es para mi además de un placer, un reto. Y no me resulta difícil evocar la entrañable figura de la tía Pilar – hermana de mi madre - que casada y sin hijos con el Médico Titular de Samper de Calanda, pasó allí su vida, querida por todos, acariciando cuando algunas veces hablaba con mi madre en esas largas tertulias que podían tener pocos días al año, el sueño de una imposible vida en Zaragoza, que solo se cumplió cuando ya viuda, pasó hasta su muerte sus últimos años - más allá de los noventa – en la Residencia de las Angélicas, al ladito mismo de la Basílica del Pilar.
Y no es que la tía Pilar, no tuviera defectos, como todo el mundo. Los tenía. Ya he dicho que los niños lo ven todo. Pero nos dio, a mi hermana y a mí, ejemplo y cariño; y al menos yo, se los perdonaba. Pensando vagamente, que era cuestión de tiempo que se desprendiera de ellos. Posiblemente fue así, Creo que al final de la vida, Dios nos libera de ellos y se desprenden de nosotros – arrugaditos como tortugas – como una vieja piel.
Las abuelas hoy, con tiempos que todos conocemos, tenemos, una gran misión por delante y somos más necesarias que nunca.

11 enero, 2011

Comentario

La verdad es que se le puede dar más de una vuelta a eso que nos dijo Benedicto XVI, el 6 de enero del 2008 y que transcribí en mi última entrada. Por mi parte de ella he sacado veinte líneas que es lo que se puede escribir en cualquier periódico, lo he titulado “Globalización” y lo he mandado a “Las Provincias”. El blog a veces me sirve de taller y de estudio, porque al copiar algo uno se lo aprende y luego lo puede contar con más agilidad. Al menos es lo que me ha dicho esta mañana Virginia cuando le he leído un parrafazo de la Encíclica. Afortunadamente me he dado cuenta que no se había enterado mucho y le he dicho: “te lo voy a contar en lugar de leerlo” y ha sido un acierto. “Me he enterado mucho más con lo que tu me has dicho”, ha comentado. Pero, amén de que es más cómodo copiar que redactar, no solo es la pereza lo que me impulsa a ello sino el deseo ferviente de que cada cual pueda sacar del texto copiado – en toda su riqueza – aquello que él, según personalidad y carácter, debe sacar.

Me entusiasma leer al Papa. Lo copiaría todo. Parecía imposible tener un Papa que pudiera estar a la altura de Juan Pablo II, y aquí está. Al comentarlo con Amparo me ha dicho: “¡Y lo humilde que es¡. Lo he visto muy cerca en Roma y es enternecedor ver como acoge a la gente”. Yo le tengo mucho cariño – un cariño supletorio como lectora que disfruta sus hallazgos – y me encanta cuando me meto en la cocina a limpiar y recoger los cacharros – llevo toda la vida haciéndolo y pese a su dureza era más divertido estudiar Electricidad - sentirme estimulada diciéndome a mi misma mirando el reloj: “una hora de trabajo ofrecida por el Papa”. El ofrecer a lo tonto a lo tonto muchas horas de trabajo, lleva como es natural a querer aún más al Vice Cristo en la tierra, como le llamaba Santa Catalina de Siena. Eso de ofrecer el trabajo, molesto o gozoso es un chollo.

10 enero, 2011

Para leer atentamente

De Benedicto XVI: ( a cerca de la globalización)

“… sigue siendo siempre válida la palabra de Dios revelada por medio del profeta Isaías: “ La oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, más sobre ti amanece el Señor y su gloria sobre ti aparece (Is 60,2). Lo que el profeta anuncia a Jerusalén se cumple en la Iglesia de Cristo: “ A tu luz caminaran las naciones, y los reyes al resplandor de tu aurora” (Is 60,3)

“ Con Jesucristo la bendición de Abraham se extendió a todos los pueblos, a la Iglesia universal como nuevo Israel que acoge a la humanidad entera. Con todo, también hoy sigue siendo verdad lo que decía el profeta: “Espesa nube cubre a los pueblos” y nuestra historia. En efecto, no se puede decir que la globalización sea sinónimo de orden mundial; todo lo contrario. Los conflictos por la supremacía económica y el acaparamiento de los recursos energéticos e hídricos y de las materias primas, dificultan el trabajo de quienes en todos los niveles, se esfuerzan por construir un mundo justo y solidario.

“ Es necesaria una esperanza mayor, que permita preferir el bien común de todos al lujo de pocos y la miseria de muchos. “Esta gran esperanza solo puede ser Dios, (…) pero no cualquier dios, sino el Dios que tiene un rostro humano” (Spe salvi,31), el Dios que se manifestó en el Niño de Belén y en el Crucificado Resucitado.

“Si hay una gran esperanza se puede perseverar en la sobriedad. Si falta la verdadera esperanza, se busca la felicidad en la embriaguez, en lo superfluo, en los excesos, y los hombres se arruinan así mismos y al mundo. La moderación no solo es una regla ascética sino un camino de salvación para la humanidad.

“Ya resulta evidente que solo adoptando un estilo de vida sobrio, acompañado del serio compromiso por una distribución equitativa de las riquezas, será posible instaurar un orden de desarrollo justo y sostenible.
Por esto, hacen falta hombres que alimenten una gran esperanza y posean por ello una gran valentía. La valentía de los Magos, que emprendieron un largo viaje siguiendo una estrella, y que supieron arrodillarse ante un Niño y ofrecerle sus dones preciosos. Todos necesitamos una gran valentía, anclada en una firme esperanza.
Que nos la obtenga María, acompañándonos con su protección de madre en nuestra peregrinación terrena”

( Homilía en la Basílica de San Pedro el 6 de enero de 2008 )

08 enero, 2011

Tarde de Reyes

La tarde de Reyes, fue bonita. Querría gravar en mi memoria las caritas de Belén, Juan y Vega, y a ratos Nacho: dos años y medio – que a veces se acercaba al grupo que formaban estos alrededor del belén y cantaban villancicos por su cuenta sin que nadie les hubiera propuesto que ,lo hicieran. Y es que Nacho se sabe de cabo a rabo, de oírselo a sus hermanos: “En un pueblecito pequeño”. Sus padres estaban sentados de tertulia un poco más lejos. Decidí enseguida a que grupo me incorporaba.
Me fui con los niños. Me dejaron cantar con ellos. Recordé, oyéndoles, parte de la letra de un villancico que ya cantaban sus madres: “Ya no tengo tristeza, porque ha nacido mi Rey / Todo son alegrías y regalos para Él. Mi corazón no está solo, porque lo tengo con Él / Ay Jesús cuánto te quiero, yo se que tu a mí también.”. Como el belén está puesto sobre el arcón que está bajo un gran espejo dorado, las niñas – siete y cuatro años - al cantarle al Niño Jesús frente a la cueva, no dejaban de mirarse en él. No es que no cantaran con dedicación, pero se quedaban subyugadas por su propio rostro. Juan – seis años- cantaba, sin mirarse, con alma corazón y vida.
Agradecí al Señor lo bonitas que son. ¿Cómo no iban a mirarse, si el mejor regalo de Reyes que recibimos todas de niñas es nuestra propia cara? No hay nada más bello en el mundo que el rostro de un niño cuando éste ha sigo acogido con cariño y respeto. Esa primera mirada complacida de una
niña frente a un espejo, hará posible otras muchas… Creo que es esa primera mirada suya condicionará la elección del que luego será el padre de sus hijos. Creo que es una mirada pura el mejor piropo que puede recibir una mujer.

Aunque estos días son muy densos y nos tranquiliza el tiempo ordinario,
me da pena quitar el belén. Ahora he bajado la radiante estrella desde las alturas y está sobre la cueva. También he cambiado los Reyes. Éstos ya han dejado los camellos se encaminan hacia el portal…Aún me queda por saborear junto a él mucho de lo que el Papa nos dice sobre la Navidad. estos días.

07 enero, 2011

Para andar derechitos

Uno de mis nietos que tiene una cierta desviación de columna, va por la vida con un corsé que es una verdadera armadura. No se ha quejado jamás. Es mi nieto ruso. Cuando sea mayor seguro que tiene un tipazo. De momento es guapo y bueno, aunque un poco vago a la hora de estudiar. Entonces bendecirá a su madre haberle puesto la armadura. Hay otra armadura moral, necesaria en la vida para ir derechitos y ser felices: cumplir los diez mandamientos de la ley de Dios. Para ello hay que saberlos en unos casos, y recordarlos en otros. Voy a hacer esto último, que ya quería haber hecho antes de acabar el 2010 – sus últimas siglas y el “estado de la nación” lo hacían más que oportuno – pero la vida en el tiempo navideño, no deja tregua. Aquí están:
1º Amar a Dios sobre todas las cosas.
2º Santificar las fiestas
3º No tomar el nombre de Dios en vano
4º Honrar padre y madre
5º No matar
6º No cometer actos impuros
7º No hurtar
8º No levantar falsos testimonios, ni mentir
9º No desear la mujen obligados a una especial gratitudr de tu prójimo
10º No codiciar los bienes ajenos.

Estos diez mandamientos se encierran en dos: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. ¿Existe enseñanza como ésta?

Como tantos me compré cuando salió el “Catecismo de la Iglesia Católica”.De vez en cuando leía, aunque no de manera sistemática. Hace pocos, lo leo con continuidad. ¡Cuánto mejor nos iría a todos si lo conociéramos¡,

Dentro de la exposición del 4º mandamiento podemos leer:

2220 Los cristianos están obligados a una especial gratitud para con aquellos de quienes recibieron el don de la fe, la gracia del bautismo y la vida en la Iglesia. Puede tratarse de los padres, de otros miembros de la familia, de los abuelos, de los pastores, de los catequistas, de otros maestros o amigos. “Evoco el recuerdo de la fe sincera que tu tienes, fe que arraigó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y se que también ha arraigado en ti” (2 Tim1,15)

La lectura del Catecismo de la Iglesia Católica, nos auyda a estar en forma y a disfrutar con el “resplandor de la verdad”, si tenemos hambre de que nuestras obras sean buenas.

05 enero, 2011

“Diálogos con Pablo VI”de Jean Guitton

PabloVI …Todos vivimos, más o menos (el mismo Renan lo decía) de lo que nos ha enseñado una mujer en el orden de lo sublime. Y los hijos lo sienten más que las hijas a causa de la diferencia de las naturalezas. Y los hijos sacerdotes, más que los demás hijos porque están llamados a la soledad.

J.G. La madre de un papa es un caso aparte entre las madres.

Pablo VI. La madre de un papa nunca ha sabido que lo era, pero su hijo si que lo sabe. Y sufre de no poder decirle su agradecimiento, de no arrodillarse ante ella para recibir su bendición.

J. G. Toda madre se parece a Moisés. No entra en la tierra prometida. Prepara un mundo que no verá. Creo que para comprender el destino habría que ahondar ese primer misterio: ¿por qué estoy aquí y no ahí ¿ ¿por qué he aparecido en este momento de la historia? ¿ Por qué he surgido de este hombre y esta mujer? Con razón decía Simona Weil: “La meditación que hizo encontrarse a mi padre y a mi madre es más saludable aún que la en la muerte.”

02 enero, 2011

Panettone

Me han regalado un "panettone", que en lugar de tener pasas y pequeñas cortezas de naranja, tiene trocitos de chocolate. Un chasco. Yo quería el de siempre. Sin embargo, el deshacerse el chocolate en el café con leche es placentero y además me ha recordado a mi madre. También me la recuerda el que en Navidad acostumbro a hacer oración junto a su belén. Ella, lo puso con arte, año tras año hasta su ancianidad, en un hueco de la estantería del cuarto de estar - que en otro tiempo ocupó nuestro magnífico aparato de radio “Telefunken”, que nuestro vecino Cristóbal trataba de oír, a la hora de las noticias, pegando, la oreja al tabique de su casa. A él, incondicional de Antonio Bienvenida, le interesaba mucho la “información taurina”, que daban después de las noticias . Cristóbal y su mujer Adelaida acabaron siendo amigos nuestros y pasaban a última hora de la tarde a hacer tertulia.. , en la que no se sacaba ni un cacahuete, bastaba la holganza de la conversación. Entonces, cuando ya eran amigos nuestros, Cristóbal nos contó que justo, cuando acababan las noticias, mi padre apagaba la radio… Mi padre, en su fuero interno, no tenía demasiado respeto a Cristóbal; porque éste, aún siendo buena persona se pasó toda la guerra civil, escondido en un pajar. Y lo que son las cosas, más tarde fue Cristóbal quien le traería a un sacerdote para que le diera la extremaunción, cuando mi padre se moría. Yo por mi parte al ver que se moría eché a correr para traerle un dominico para lo mismo. Vine con él, pero Cristóbal me ganó en tiempo y el sacerdote que el trajo ya se la había dado. Nunca, hasta que he escrito esto había caído en la cuenta de la deuda de gratitud que tenía con él. ¿Y el “panettone”, qué pito toca en todo esto? Pues los trocitos de chocolate… Mi madre, que me tuvo a los 38 años - después de dos años de casada- , y se imaginaba que por la edad ya no podría tener hijos, me contó un día que me ponía trocitos de chocolate en la papilla para que me los encontrara…La crianza de uno, no es cosa nuestra.

01 enero, 2011

1 de enero de 2011

Un año por delante.. “Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.” (Salmo 185)

1 de enero: Santa María Madre de Dios. Jornada por la paz.
Fue un Papa, quizá Pablo VI, quien quiso que iniciáramos así el año: de la mano de la Virgen. Feliz idea. Todo cuadra: enero viene del latín “jánua” – puerta – porque era el mes con que empezaba el año, y a la Virgen la llamamos en la letanía del Rosario: “Puerta del cielo”.
Peregrinos somos, hacia allá vamos… Creo que nada es más sensato que empezar estas entradas, lanzando a la red, por todos nosotros, la oración a
la Virgen que compuso San Bernardo de Claraval (1090-1153)

“Acordaos oh¡ piadosísima Virgen María, que jamás se oyó decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, haya abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, oh Virgen, Madre de las vírgenes.No desechéis Santa Madre Dios nuestras humildes súplicas; antes bien dignaos acogerlas favorablemente. Amén”

Las dos últimas siglas de este año 2011, también hacen referencia a ella :
el 11 de octubre, celebramos siempre la festividad de “la Maternidad divina de María”. Festividad que San Josemaría, siendo baturro, prefería a la de la Virgen del Pilar. Buen augurio.

Me voy a la cocina, dentro de un rato que hoy viene mi gente a comer.
Contar que una señora, a propósito de las guisadas de estos días, exclamó desde lo hondo del corazón: “Señor: Tú en la “creu”, y.. yo en la “cuina”. No respondo de la corrección del valenciano.
Un año por delante.. “Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.” (Salmo 185)

1 de enero: Santa María Madre de Dios. Jornada por la paz.
Fue un Papa, quizá Pablo VI, quien quiso que iniciáramos así el año: de la mano de la Virgen. Feliz idea. Todo cuadra: enero viene del latín “jánua” – puerta – porque era el mes con que empezaba el año, y a la Virgen la llamamos en la letanía del Rosario: “Puerta del cielo”.
Peregrinos somos, hacia allá vamos… Creo que nada es más sensato que empezar estas entradas, lanzando a la red, por todos nosotros, la oración a
la Virgen que compuso San Bernardo de Claraval (1090-1153)

“Acordaos oh¡ piadosísima Virgen María, que jamás se oyó decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, haya abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, oh Virgen, Madre de las vírgenes.No desechéis Santa Madre Dios nuestras humildes súplicas; antes bien dignaos acogerlas favorablemente. Amén”

Las dos últimas siglas de este año 2011, también hacen referencia a ella :
el 11 de octubre, celebramos siempre la festividad de “la Maternidad divina de María”. Festividad que San Josemaría, siendo baturro, prefería a la de la Virgen del Pilar. Buen augurio.

Me voy a la cocina, dentro de un rato que hoy viene mi gente a comer.
Contar que una señora, a propósito de las guisadas de estos días, exclamó desde lo hondo del corazón: “Señor: Tú en la “creu”, y.. yo en la “cuina”. No respondo de la corrección del valenciano.