18 enero, 2009

México lindo y querido

Mucha buena gente está hoy en México, con la Guadalupana, rezando por la familia. Alegrémonos porque la oración mueve montañas y a la familia, vital para el hombre, se hace lo posible muchas veces por dinamitarla.

Me contó la superiora de las Carmelitas Descalzas de Caudiel, que la Madre Maravillas, Santa Maravillas de Jesús, canonizada en Madrid por Juan Pablo II, murió oyendo una canción a la Virgen, con la música de “México lindo y querido”. Fue ella quien se la canto, porque la atendió en su agonía y fue testigo de la alegría que tuvo la santa cuando le dijeron que se iba al cielo. La Madre Marta, que así se llama en religión, tiene una voz preciosa y antes de meterse carmelita había querido ser cantante y conoció a Lola Flores, Manolo “caracol” y otros folclóricos. La Madre Marta, eso no nos lo dijo ella, pertenecía a la nobleza española y se crió con la reina Fabiola.

A esa edad en que una adolescente es princesa que cantar (antes así sucedía y para eso estaban los aspirantes a poetas) cantaba yo a voz en grito cuando estaba contenta “Mexico lindo y querido” y todas las rancheras de Miguel Aceves Mejía, como recuerdo haber dicho aquí. Y ya de abuela, le oí cantar a la Madre Marta la canción con que agonizó, después de sacramentada, la Madre Maravillas. ¿No es ello maravilloso?.

Casi veinte años años antes la Madre Marta no era superiora, sino la encantadora Madre Amelia de los Sagrados corazones y fue ésta quien ella, le pidió, para hacernos fiesta, que nos cantará “El Senderito”. No se a las demás ( iba con cuatro amigas) pero a mí se me puso la carne de gallina oyéndola. La transcribiré. Aunque había que habérselo oído a ella.