30 junio, 2014

Pido disculpas..por no escribir

Pido disculpas por no escribir, pero me enmendaré. Siempre, hay mucho que contar, que a alguien puede ayudar o al menos acompañar (me ha salido un pareado, sin haberlo preparado). Ayer festividad de San Pedro y San Pablo : ¡ahí es nada¡. Recé por el Papa, por mi yerno Pablo, mis sobrinos Pablo y Pedro y mi nieto Pablito que con sus seis años va para terrorista..(por los niños pequeños hay que rezar, lo van a necesitar). Todos los domingos de junio, doblemente gloriosos: la Ascensión, Pentecostés, Santísima Trinidad, Corpus Cristi, San Pedro y San Pablo.., y como diría Antonio Gimenez, amarrado, no al duro banco de una galera turquesa sino al cascabel que intentan ponerle al gato, un final de mes de lujo. El día 24 la Natividad de San Juan Bautista – a mí hijo Juan todo el mundo le felicita ese día y a mí me fastidiaba porque el día de su santo es el 27 de diciembre festividad de San Juan Evangelista, santo y escritor de los muy leídos. Pero he llegado a la conclusión de nombrar también a San Juan Bautista, protector de Juan Arnau. No le irá mal tener dos protectores. Además algo tienen en común, porque Juan también estuvo de mozo en el desierto ( africano) y conoció el hambre, la soledad (y el desamparo) en los Himalayas, El 25 de Junio fue el aniversario de la ordenación de los tres primeros sacerdotes del Opus Dei, dos de ellos en proceso de beatificación y el tercero Don Álvaro del Portillo, será, Dios mediante, beatificado en Madrid el próximo 27 de septiembre. El día 26 fue la fiesta de San Josemaría y el 27 el Sagrado Corazón de Jesús, día en que el pensamiento se va a Santa Margarita María de Alacoque ( creo que del siglo XVII) y a Santa Faustina Kovalska que luchaba por serlo en el año 36, cuando en España se luchaba en la guerra civil, y faltaban cuatro años para que naciera yo. Hoy 30 de junio, leo en el calendario: Protomártires de la Iglesia de Roma. La vida es lucha, aceptémoslo.

23 junio, 2014

Las casas de techos altos

Siempre he creído y sobre todo sentido, que como decía Dostoieski, las casas de techos altos propician los altos pensamientos. Uno respira en ella a sus anchas, está hecha a su medida. Creo que el hombre fue creado para la intemperie y por ello se encuentra tan a gusto en el campo o en su defecto en la calle: las terrazas. Las casas con techos bajos agobian. Por eso, me acuerdo de Miguel Fisac, y no para bien, que proyectó mi casa que aunque bien diseñasa por dentro y por fuera adolece, por la maldita especulación del suelo, de altura de techo. Esto hace que conectara con algo que se dice en “La casa de los siete tejados”, y que puede arrojar una cierta luz a la manía actual de querer tener piso propio y no de alquiler “… Para mí está tan claro como el sol que las piedras más peligrosas que el hombre encuentra en su camino hacia la felicidad son esos montones de ladrillos y piedras consolidados y esas vigas con clavos que los hombres levantan para su propio tormento y que llaman casas y hogares… El alma necesita aire, frecuentes cambios de aire (….) Estoy convencido de que esos límites de tejas y piedra sillar que durante tanto tiempo se ha supuestro que significan algo sagrado acabarán por desaparecer de nuestras vida cotidiana y serán olvidados. Imagine por un momento cuanta maldad humana desparecería con este cabio. Lo que llamamos bienes inmuebles.. Lo que llamamos bienes inmuebles..el terreno para construir una casa… es la base para casi todos los delitos de este mundo. El hombre está dispuesto a cometer todas las vilezas, a cometer crimen tras crimen solamente con el fin de contruir un edificio grande y sombrío en el cual podre morir y en el que sus descendientes serán desgraciados… “. No sé donde leí algo que me gustó: “hubo un tiempon feliz en que no existían arquitectos”. Es curioso que dee niña entre las profesiones, nunca pensé en la de arquitecto…Luego, me casé con uno..

novela: "La casa de los siete tejados"

“La casa de los siete tejados” es el título de una novela que he empezado y contribuye a alegrar mi vida, de momento. No porque sea especialmente alegre sino por el descanso del alma que supone leer una buena historia de r alguien que sabe contarla, aunque quizá con un estilo demasiado discursivo. La novela distrae, aunque se agradecería algo menos de intensidad en el aspecto lugubre de la casa, verdadera protagonista de la historia y que tiene algo de autobiográfico. El que ésta, esté vinculada a un jardín con gran olmo, enredadera de rosas rojas con pulgón, fuente con leyenda, huerto con calabazas y gallinero,en que viven famélicos el gallo “Cantaclaro” y dos gallinas y que además sea una casa familiar en la que han vivido generaciones siempre resulta evocador. Porque ¿quién no ha conocido al menos la casa que los abuelos tenían en el publo, ha subido al desván a explorar y ha conocido en ella, durante los veranos, una galería de tipos sobre los que le hubiera gustado escribir o recordar? Así han vuelto a mi mente a mi memoria, allá por el año 1955, la estampa de Don. Ignacio, el arrogante, y quizá non santo – malas lenguas decían que se entendía con Doña María, la maestra - veterinario de Samper, siempre acompañado de su gran perro “Sultán”, marido de la insignificante y triste Doña Patro, que tenía una tienda en el recodo de la “cuesta de Azaila”, provista de rampa a la puerta, siemre con algún crío del pueblo deslizándose por ella. Don. Ignacio y Doña Patro no tenían hijos y eran amigos “inevitables” de mis tíos Pilar y Luis que tampoco los tenían. Con ellos pasábamos los veranos. Aunque Don Luis Bueno - Médico del pueblo- y que hacía honor a su apellido tocando el armonio ewn la Iglesia y siendo muy amigo del bendito Monsén Jesús – que nos hacía a las niñas en agosto ir a misa con calcetines y manga larga - nunca tuvo simpatía a Don Ignacio ¿Cómo no iban a tratarse en un pueblo el veterinario, el médico, el farmacéutico y el cura?..Bién, el caso es que “La casa de los siete tejados” de Nathaniel Hawthorne, considerado el primer gran novelista norteamericano y un magistral intérprete de las tradiciones de Nueva Inglaterra, según reza la contraportada, está bellamente editada por Rialp. Y de lo que va de las primeras líneas de esta entrada a las últimas, me la he leído enterita y no he perdido el tiempo con ello.

09 junio, 2014

Gilbert K.Chesterton

Gilbert K.Chesterton nació un 29 de mayo y, a toro pasado, quiero contar, en su honor y en nuestro provecho, dos cosas suyas que me parecen entrañables. La primera son unas palabras de su madre, de 1895, en una nota que le envía a Oxford junto con un poco de dinero, cuando cumple 21 años: “Tengo el corazón lleno de agradecimiento a Dios por el día que naciste y por el día que has llegado a la mayoría de edad. Te deseo una vida larga, útil y feliz. Que Dios te la conceda. Nada de lo que yo diga o haga podría expresarte mi amor y el gozo de tener un hijo como tú.” Así fue: Chesterton (1874 – 1936) no pudo tener una vida más útil. Chesterton, buscador infatigable de la verdad y de la justicia, defendió como nadie la institución familiar, tan maltratada hoy, y aunque Dios no le dió hijos, los tuvo del espíritu porque supo hacerse querer de sus lectores,Borges entre ellos, su por su lucidez que enseña y divierte y por su hombría de bien. La segunda cita, sacada de su “Autobiografía” y también es tierna y lúcida, dice así : “ Entre los versos juveniles que empecé a escribir había uno titulado “El niño por nacer” en el que imaginaba a una criatura no nacida que ruega por su existencia y promete ejercer todas las virtudes si se le permite tan solo tener la experiencia de la vida” Me alegró saber que Chesterton empezó a escribir defendiendo la vida, no podía sr de otra manera porque la amaba y supo sacarle todo

Con la mirada baja

En trayectos de autobús, esperas en los hospitales, en los tiempos muertos puede verse, y algunos lo lamentamos, que hombres y mujeres pasen mucho tiempo con la mirada baja. Se concentran jugueteando con el móvil. Antes se veía a alguno que otro absorvido por un libro, con riesgo de pasarse de parada. Sé de quien leyó “Los Novios”de Manzoni, empalmando trayectos del Metro madrileño. Como sé de un sacerdote que escribió un libro estupendo. “La Virgen nuestra Señora” utilizando, según dijo, “colillas”, de tiempo; entre trabajo y trabajo. Hoy el panorama es otro, pero a mí me sigue apenando la casi habitual la vista baja de mis congéneres. Como también, ver a muchas mujeres salir de casa con sus gafas de sol oscuras, encasquetadas, aunque el día esté completamente nublado. La mirada de los otros: amable, preocupada, triste o chispeante es algo importante para sentirse vivos. Ocultar la mirada, no es un dato baladí para la convivencia. Algunos recordamos esa canción mejicana, que decía: “¡Qué bonitos ojos tienes, debajo de esas dos celas¡ / debajo de esas dos cejas, qué bonitos ojos tienes.., ” y aquella española que piropeaba: “De tanto mirar al cielo, tienes los ojos azules..” En fín, otros tiempos. Pero, sin nostalgia, y haciendo un quiebro, creo que cuando oímos en los medios, por activa, pasiva y perifrástica que “aquellos tiempos, eran tiempos grises”, quienes así hablan o han perdido la memoria, o no dicen la verdad.

01 junio, 2014

Me gustó y lo cuento

Lo cuento para aquellos que no leen como yo, libros estupendos y si están dispuestos a leer un correo o entrar de vez en cuando en un blog. Lo que sigue es ameno y estimulante, escribe San Juan Pablo II: “También la llamada al matrimonio es una vocación. Un don de Dios. Nunca olvidaré a un muchacho, un estudiante del politécnico de Cracovia, del que todos sabían que aspiraba seriamente a la santidad. Ese era el programa de su vida, sabía que había sido creado “para cosas grandes”, como dijo una vez San Estanislao de Kotska. Y al mismo tiempo ese muchacho no tenía duda alguna de que su vocación no era ni el sacerdocio ni la vida religiosa, sabía que tenía que seguir siendo laico. Le apasionaba el trabajo profesional, los estudios de ingeniería. Buscaba una compañera para su vida, y la buscaba de rodillas, con la oración. No podré olvidar una conversación en la que después de un día especial de retiro, me dijo: “Pienso que ésta debe ser mi mujer, es Dios quien me la da”. Como si no siguiera loas voces del propio gusto, sino en primer lugar la voz de Dios. Sabía que de Dios viene todo bien e hizo una buena elección.” ¡Cuanto para comentar de esta oportuna cita: rezar de rodillas y no lanzarse frenéticamente al banco, a penas se pisa una iglesia en la que Dios está en el sagrario (no es ninguna tontería lo que digo), ver en la mujer una compañera de la vida, la madre de los propios hijos… que si no lleva al Dios, comno Santa Mónica y tantas otras mujeres a lo largo de la historia, al menos no apartan de Él ( ¡Ojalá se diera esta posibilidad , pero “El que no está conmigo, está contra Mí”. En fin…