12 enero, 2019

Gorki


El día de año nuevo uno de mis hijos me dejó “Gorki”, un libro escrito por Henri Troyat, lo que ya era una garantía porque había leído su magnífica biografía en tres tomos de León Tolstoi.   Celebro haberlo leído. Se coge cariño al protagonista porque es apasionado, ingenuo,  buena persona y llevó una vida muy dura en su juventud.

Luego se metió en la revolución rusa y fue amigo de Lenin… Acabó siendo un instrumento del partido, aunque no formó parte de él. Gorki se dio cuenta de los “errores” del comunismo pero prefirió engañarse y seguir trabajando por el pueblo. “El denunciante de todos los errores del antiguo régimen, quería ocultar los del nuevo. El furibundo anarquista de antaño se colocaba vidrios de color de rosa..”

“Una velada Tolstoi sorprendió a Gorki, preguntándole a quemarropa:
-         ¿Por qué no cree en Dios?
-         No tengo fe
-         Eso no es cierto; usted es por naturaleza un creyente y no puede prescindir de Dios. Lo advertirá muy pronto. Si no cree es por testarudez y por despecho de que el mundo no sea  como a usted le gustaría…La fe como el amor, exige valor, temeridad. Es preciso que se diga “Creo” y todo irá bien…”