29 marzo, 2016

La Pascua

“¡Cristo ha resucitado¡, esa buena noticia que interesa a todo hombre que viene a este mundo habría que decirla incesantemente con la palabra y la pluma, con el telégrafo, el teléfono y la radio, con el libro y en el teatro, desde las cátedras y en las reuniones populares, en las ciudades y en los caminos, en la televisión y en los cines, en los cinco continentes y en todas las lenguas, en verso y en prosa…para que ni un hombre escape al rumor enorme de esa noticia: ¡Cristo ha resucitado¡ Después de todo es posible porque ha ocurrido así. En los tiempos de la catedral de Chartres, los vidrieros, los tapiceros, los escultores, los pintrores, los arquitectos, tanto como los predicadores y los teólogos, los poetas también, repetían cada cual en su lenguage la buena noticia. ¿Qué ha pasado? (…) Somos los depositarios del más alto mensaje de esperanza dirigido a los hombres.” ( “ La Historia de Jesucristo”, R.L. Brucberger ,O.P. )

20 marzo, 2016

Bruckberger: lecturas que marcan

Decía Brukberger en 1964 en su apasionada y magnífica “Historia de Jesucristo”, que tuve la suerte de disfrutar en el 68: “En mi niñez aprendí en los bancos del catecismo que el mundo se acabaría un día. Esta proposición me la enseñaron como un dogma, y sobre la autoridad de los evangelios y de la Iglesia. El positivismo se reía de ese dogma como de todos los demás. Pues bien después de la bomba de Hirosima ya no se ríe en absoluto. Se ha tragado sus sarcasmos. El fin del mundo ha bajado del cielo de los dogmas a la tierra firme de la posibilidad y su descenso ha hecho mucho ruido (…) Para los creyentes la profecía evangélica no tenía necesidad de la ilustración científica. Su fe estaba segura de aquello que no se atrevían a mirar la ciencia y la filosofía del siglo XIX. Era mi curita de pueblo que me enseñaba catecismo, el que estaba al día y no la Sorbona. Eran las ciencias y la filosofía de ese tiempo las que se equivocaban y no él. La ficha que he copiado fué escrita con una Hispano Olivetti y está un poco arrugada y manchada de azul porque le cayó agua se destiñó la tinta.Es una ficha querida.Todas las Semanas Santas, lo mksmo que volvemos a ver Ben-Hur yo cojo "la historia de Jesucristo" y repaso lo que un día hace muchos años subrayé

10 marzo, 2016

Hablemos de libros

Si fuera hada madrina y con la varita mágica pudiera, al nacer los niños, repartir dones,. golpearía suavemente la frente de cada uno mientras decía: “Que lea, que los libros acompañen su vida”. Éstos se encargaran, si el niño es bueno, a irle enseñando a escoger los mejores y el final de su vida, ésta será más dulce si su buena vista le permite seguir leyendo, si ha sido capaz conservar el niño que fue. “ El nombre de Dios es Misericordia”. (Planeta) es un libro alucinante, de los que duermen en casa porque si no peligran, de los que se recomiendan, de los que alegran la vida porque nos hace mejores. En él, Francisco habla con sencillez y amenidad con Andrea Tornielli, en su habitación de Santa Marta sobre el papel que la misericordia de Dios, ha jugado en su vida y en su experiencia como pastor. “El mundo de ayer” ( Memorias d un europeo) con de Stefan Zweig (Acantilado), lo disfrutarán quienes siendo amantes de la cultura, amen y les preocupe Europa. Y “Olas”, Edurd von Keyserling, (minúscula) es una bonita novela ambientada en una playa nórdica. Bergman la hubiera podido llevar al cine. Hablemos de libros

De Maribel en noche de insomio

Maribel no se nos va de la cabeza a las amigas. Su alegre sonrisa, su acogida, su porte impecable.., con ese tono humano que hace tan grata la convivencia y que se transmite a las hijas. Siempre mantuvo la guardia de la imagen que a la postre va a dejar uno en la memoria de quienes se quedan. De niña, su abuela le decía: “Maribel: tu siempre, serena como un lago”. La recuerdo a los pocos días de la muerte de su hija Mabel venir deprisa, acentuada en ella por edad y volumen, hacia la terraza en que habíamos quedado las amigas. La encontramos bien. “¡ Mabel, está en el cielo¡”, dijo. Y citó El Eclesiastés que recomienda hacer un gran duelo ( según la dignidad del deudo), pero corto, “Porque de la tristeza sale la muerte y la tristeza del corazón enerva las fuerzas. No des tu corazón a la tristeza.” Le gustaba El Eclesiastés, lo que no dejaba de sorprender en ella. Mabel murió un 18 octubre, fiesta de San Lucas. El día anterior se había confesado y había ido al retiro. Murió de repente, mientras tomaba café con su marido. Estaba embarazada de seis meses y dejó cinco hijos y como su madre, un gran rastro de bondad y simpatía. También le gustaba mucho a Maribel citar el principio del capítulo 13 de la 1Carta a los Corintios: “ Aunque hablara las lenguas de los hombre y de los ángeles, si no tengo caridad soy como bronce que resuena o címbalo que retiñe (…) la caridad es longánime, es bondadosa; no es envidiosa, no es jactanciosa, no se hincha…”. Descansen en paz.

09 marzo, 2016

Maribel Campa

Mi amiga Maribel, con la que durante más veinticinco años he rezado muchos rosarios, murió el 1 de marzo, gracias a Dios en su casa, a los 84 años y rodeada del cariño y la oración – que a veces contestaba - de sus siete hijas y su hijo Nacho. Su corona. Incluso en la tarde del día 29 que pasaron sus nietos a despedirse de su abuela, alguno le cantó una canción de las que le gustaban. Aunque el apellido de Maribel era Santiago, todos la llamábamos por el de su marido porque su vida era su familia, la que le dio Aquilino, que murió cuando ella tenía 52 años. “Maribel tu no tienes una familia, tienes un pueblo”, le dije algunas veces. Sonreía, estaba muy orgullosa de sus: 8 hijos, 30 nietos y un biznieto. Una gran siembra. Como diría Unamuno, los dos hicieron intrahistoria. Fue intrépida, alegre y festera, presumida, acogedora y cercana. Maribel tenía una gran humanidad, pero sobre todo mucho sentido sobrenatural. “Dios sabe más”, “Estamos en manos de Dios” eran frases frecuentes en ella. La vi por última vez el 19 de febrero, arregladita y guapa como siempre. Me dijo: - “Aquí estoy, en el banco de la paciencia”. - “Maribel que quieres ¿hablar o que recemos el rosario?”. - “Rezar”. Esta vez el rosario lo lleve yo, pero ella añadió como siempre, un padrenuestro “al Patriarca San José patrono de la buena muerte”. La tuvo