24 enero, 2009

En la entraña

Hoy es San Francisco de Sales.Patrono de periodistas.Lo celebro enviando la siguiente carta a "Las Provincias"


“Yo creí en Dios, antes de creer en el cielo”, dijo C.S.Lewis, en su libro “Si Dios no escuchara”. En el cual, seguro el autor de la existencia de Dios, contesta a preguntas como : “¿es la oración un soliloquio que nadie escucha?”. Creo que por lo general, en la entraña del ser humano, radica la convicción de que Dios existe y se preocupa de nosotros. Prueba de ello es el ¡Ay Señor¡ que exclamamos en esos angustiosos apretones de barriga, o de muelas. Si el dolorido individuo en cuestión, tiene familiaridad con el evangelio es posible que la exclamación, sea sustituida por la del ciego Bartimeo “¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí¡”. ? Como prueba de lo que digo, véase lo ocurrido en una reunión de anarquistas, en la uno de ellos llega rezagado y al entrar, saluda a los concurrentes: “¡Con Dios¡”. Al oírlo, contesta el presidente: “¿Cómo que con Dios? ¿No hemos quedado en que Dios no existe y que cada uno está solo consigo mismo?.Haz el favor de salir y volver a entrar como Dios manda”. Relato que “se non vero, è ben trovato”. Todo esto viene a cuento de la especulación sobre si nos visitarán o no, los dos autobuses en el que uno afirma la existencia de Dios y el otro que lo probable es que no exista. La presencia de ambos, no hace más que resaltar que de Dios no se puede prescindir. Y no se puede, porque toda vida depende de la posición que adopte frente a Él. ¿ No fue Sartre quien dijo: “Si Dios no existe, todo está permitido”? Y me preguntó ¿Cómo acabar estas líneas sin citar el delicioso libro de André Frossard “Dios existe, yo me lo encontré”?