17 diciembre, 2018

Victor Frakl


Recogí hace años estas palabras de Victor Frankl, hablando del sentido del amor y el proceso normal de maduración sexual:

“ El tópico de “indigencia sexual”se emplea a veces exhaustivamente, al servicio de una propaganda sexual, aprovechándose de que una  falsa concepción y una interpretación vulgar del psicoanálisis  de que el impulso sexual insatisfecho – y no precisamente el impulso sexual desafortunadamente reprimido – conduce necesariamente a la neurosis. Dejándose llevar de esta falsa consideración, se predica a los jóvenes  la conveniencia de huir de la abstinencia sexual como de algo nocivo, con lo solo se consigue causar daños reales, ya que estas prédicas no hace más que crear la neurosis de la angustia expectante. De este modo se preconiza un comercio sexual “a todo trance”, en vez de dejarlos madurar tranquilamente y progresar por sus pasos contados hacia aquellas relaciones eróticas sanas y valiosas, las únicas dignas del ser humano, en las que lo sexual es siempre la expresión y el remate de una relación auténticamente amorosa. El joven que entra prematuramente en una relación exclusivamente sexual, consumiendo sus energías sexuales antes de tiempo, jamás encontrará el camino que conduce a la síntesis armónica de lo sexual y lo erótico”

Esto es de sentido común ¿verdad? Desde siempre hemos sabido que así como la bestia satisface el  impulso sexual al producirse, en el hombre, dotado de razón, debe someter sus impulsos a ésta si pretende funcionar humanamente.

No he  presentado a Victor Frankl, lo supongo suficientemente conocido.  Para quienes no sea así, hay un libro clave suyo: “El hombre en busca de sentido”