Mi prima Pilar ( 1 )
El 12 de agosto de 2001, escribí
Mi prima Pilar, se casará en otoño, un día cualquiera, vestida de calle, traje de diseñador.. Mi prima Pilar es alta, morena, atractiva. Con uno ojos muy negros a veces desafiantes y guerreros como cuando me dijo: “Me caso en Zaragoza, en El Pilar pero sin misa, solo la boda”
Me dolió que en su boda se perdiera la misa, pero no me extrañó. Los jóvenes de hoy, son tan ignorantes…Pilar, como tantas otras, no sabe que la misa es el gran banquete de la Palabra de Dios y de Dios mismo, que se nos entrega inerme, más que en Belén, bajo las especies de pan y vino. O a lo mejor si lo sabe, pero lo mismo que sabe el primer principio de la Termodinámica. Conocimiento éste, que a pesar de su nombre, no le da ni frío ni calor. Que ni le va ni le viene.
“El matrimonio es difícil – le dije – ya te darás cuenta”.
Y pensé como Cristo construye con los conyuges, desde dentro, ese amor capaz de resistir la prosa diaria, con sus estíos, heladas, y “calma chicha” y como con ´¨el, acaba siempre llegando el buen tiempo. Luce el sol y sopla la brisa. Porque se mete en nuestra nave, y si no le echamos, navega con nosotros e hincha las velas. Nos da la capacidad de perdonar, cuando hay que hacerlo, para que ese amor no se rompa y a su sombra crezcan los hijos, alegres y sin traumas. Seguros. Y ello no es ningún tópico sino realidad. comprobada. Basta abrir los ojos, porque ejemplos hay.
Quise decirle a Pilar muchas cosa, si me hubiera dejado. Pero no me dejó.
( este texto me he encontrado a manuscrito arreglando un cajón y lo lanzo al viento antes de romperlo)
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