30 octubre, 2012

En Kotzebue: Nochebuena 1940

El P. Llorente, S.I. al calor de su estufa puesta “al rojo” de su casita de misionero perdido entre hielos y nieves en Kotzebue, más arriba del estrecho de Bering, a caballo sobre el Círculo Polar, nos cuenta que ha preparado para sus eskimales una cálida Nochebuena: un pobre Nacimiento, el árbol (que en E. U. no falta en ningún sitio)cantos,payasos que él ha ensayado…, los ha oído en confesión.. Oigamosle: “Al terminar la última escena repartimos los regalos con mucha algazara de voces, y a las diez y media salen todos y me dejan solo y fatigado, en un silencio que me restaura paulatinamente al mundo de los vivos(…) Cabeceando junto a la estufa, preparo el sermón y luego echo un vistazo al altar para cerciorarme de que no falta nada. La estufa de la Iglesia necesita dos paletadas más de carbón. Me da gusto estar solo ante el altar y meditar los misterios de la Nochebuena. “¿Qué hice yo en mi juventud atolondrada para merecer ser escogido por Dios para venir a celebrar la Misa deel gallo en Kotzebue, al norte deel Cículo polar entre eskimales primitivos? “ Por qué estoy tan contento en este remotisimo punto del globo sin oír hablar español, sin turrones, sin la presencia de amigos veteranos, sin una alma que entienda mi presencia en este lugar peregrino? ¿Cómo es que no me desaliento entre tanto estrangerismo? “Ahí, a dos metros en el sagrario, está Jesucristo tan lejos dee Belén como yo de España. Tan solo en el sagrario como yo en la Iglesia. Con un corazón infinitamente más sensible que el mío. “y Jesucristo y yo nos miramos y nos hallamos solos en este islote lejano. Inmediatamente se establece una corriente de simpatía e inteligencia mutua entre los dos. Ya no está solo Jesucristo puesto que le estoy haciendo compañía yo; ni estoy solo yo puesto que me hace compañía Él. “Por desgracia ya son las once y media y tengo que hacer la primera señal con la campana. Quisiera como San Pedro en el Tabor, levantar una tienda junto al sagrario y morar allí hasta el día del juicio. ES una lástima que haya que interrumpir por fuerza se mejante conversación y compañía” El libro “En las lomas del Polo Norte”, (1956) una escrito por el P, Llorente ( artículos mandados semanalmente a la revista “El siglo de las Misiones” (1956), no puede ser más estimulante. yo tenía cinco meses y lo leo a los 72 años

28 octubre, 2012

El túnel metacarpiano

La tenía frente a mí, la había invitado a un café y le pregunté por su mano derecha. Contestó: “Me la tienen que abrir porque se ha salido un tendón del túnel metacarpiano”. No pude menos de echarme a reír no por la salida del tendón, que por otra parte ella llevaba con despreocupación y señorío, sino por oír a Ángeles, que nunca ha ido a la escuela y sabe leer ella sabrá cómo, una frase de ese corte. “A ver, repite eso del “metacarpiano” que suena muy bién, para que me lo aprenda”, le dije alegremente. Ángeles vino a mi casa de asistenta cuando mis hijos eran niños. En seguida me dí cuenta que era inteligente, que sabía estar. Ella cogió onda y con el tiempo y sus avatares nos hicimos amigas, había admiración mutua: la una había pasado su juventud estudiando en serio y la otra, en Palma del Río (Córdoba), a los nueve años iba a trabajar al campo, con su hermano pequeño colgado a la cintura. Su padre murió dejando siete hijos y uno en camino que nació cuatro meses después. Ángeles es una mujer buena y piadosa, que escucha asiduamente “Radio María”. La conversación se prolongó más tiempo del previsto: ella contaba con nostalgia recuerdos de su niñez y yo la escuchaba con gusto. Entonces se acercó a nuestra mesa uno de mis hijos, buen profesional, con el que había convivido muchos años de niño. La animé a que siguiera contando, porque Ángeles es sabia, “Hemos pasado mucho, Quino – dijo al ver que los dos la oíamos con interés – pero a nosotros nos educaron en el temor del Señor”. Lo dijo con cariño, sin dar lecciones a nadie. Me alegró que lo dijera. Ángeles sabe siempre lo que tiene que decir, no en balde es cordobesa, como Séneca.

24 octubre, 2012

La cocina

Como madre de cuatro hijos y abuela de diez nietos – apenas ejercí mi carrera universitaria - he pasado, como tantas otras mujeres, muchas horas de mi vida en la cocina. Cosa de que a veces he lamentado porque guisar, con lo que esto lleva aparejado, es un trabajo abnegado y con escaso reconocimiento, sobre todo hasta que los hijos tienen los suyos propios, y es además, de un realismo feroz en el que una se juega a diario su prestigio ante quienes más le importan. Además, en la mesa a la que se llega cansada, sin mucho ánimo y con traje de estar por casa hay con frecuencia que torear . Y para torear, los toreros llevan traje de luces. Nada como poder trabajar arreglada, con traje de calle. Pero, ya se sabe: lo que entra en la cocina, no luce en la esquina. Una mujer torea mucho en la mesa: en esa lidia, se forman los hijos. Por cuanto antecede, y para consuelo de muchas mujeres, que abuelas siguen en la brecha - dando de comer al hambriento y posada al peregrino - contaré que, en la primera residencia de estudiantes, del Opus Dei, San Josemaría a última hora de la tarde, cuando volvía de confesar, visitar enfermos, o de dar clases, se encontraba el despacho y los demás cuartos ocupados por estudiantes. Derrengado por el cansancio se sobreponía. Y refugiándose en la cocina del piso, recibía allí a muchos jóvenes, y tantos eran los penitentes que desfilaban por ella que bromeando decía que aquella cocina era toda una catedral. Me conmovió saberlo.

22 octubre, 2012

Nuestros pobres corazones

Me ha gustado la expresión: “nuestros pobres corazones”, que San Josemaría empleó el 26 de octubre de 1952 cuando hizo la consagración del Opus Dei y de todos sus miembros al Sagrado Corazón de Jesús. pique”. Sí, a poco que uno se conozca se da cuenta que su corazón es, “un pobre corazón”: resentimiento, envidia, soberbia, pereza, sensualidad, cobardía.. Pero entonces “¿Quién puede salvarse?” le preguntan los discípulos al Señor cuando Él les advierte de lo díficil que le será a un rico entrar en el reino de los cielos. Y les contesta: “para los hombres es imposible, pero no para Dios. Dios lo puede todo”. Así pues, ánimo: “Sursum corda” (¡Arriba los corazones¡). He aquí porque nos confesamos: para purificar nuestro corazón.Por eso hacemos el examén de conciencia. Y por eso decimos: ¡Dios nos coja confesados¡ por lo que es iunsensato dejarlo para última hora en la que no sabemos si estaremos conscientes o no. “Especialmente te consagramos – rezaba la fórmula - nuestros pobres corazones, para que no tengamos otra libertad que la de amarte a Ti, Señor” Según cuenta Vazquez de Prada para subir al oratorio para hacer la consagración “ desde la planta baja de la Villa era preciso lanzarse al asalto. Y al salto se lanzó don Josemaría como valeroso guerrero. Cuando escribe a los de Madrid días más tarde, todavía se le nota claramente satisfecho de la azaña:trepar por tres escaleras hasta alcanzar el oratorio y hacer allí la consagración: “Contento: hice la consagración, subiendo por tres escaleras de mano – ¡una detrás de otra¡ - para llegar al oratorio. ¡Vendrá la paz en todos los terrenos¡ Estoy seguro.”. En 1952, San Josemaría tenía 50 años. La edad en que murió mi padre.

19 octubre, 2012

En honor de los Santos Ángeles Custodios

Es tan estupendo, y lo pensamos tan pocas veces, que Dios nos haya dado a cada uno un Ángel Custodio que nos protege y acompaña en la vida y nos ayuda a llegar al cielo, y en concreto mi ángel de la guarda es tan espectacular, y le estoy tan agradecida, que no tengo más remedio que copiar esto, sacado del Catecismo de la Iglesia Católica, pág 81: “ Desde la creación (cf Jb 38,7, donde los ángeles son llamados”hijos de Dios”) y a lo largo de toda la historia de la salvación, los encontramos, anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y sirviendo al designio divino de su realización: cierran el paraiso terrenal (cfGn 3, 24), protegen a Lot (cf Gn 19), salvan a Agar y a su hijo (cf Gn 21, 17), detienen la mano de Abraham (cf Gn22,11), la ley es comunicada por su ministerio (cf Hch 7,53); conducen al pueblo de Dios (cf Ex, 20-23), anuncian nacimientos (cf Jc 13) y vocaciones (cf Jc 6, 11-24); Is 6,6), asisten a los profetas (cf 1R 19,5), por no citar más que algunos ejemplos. Finalmente el ángel Gabriel anuncia el nacimiento del Precursor y el de Jesús (cf Lc 1, 11.26) Luego el nuevo Testamento está también salpicado de la presencia de los ángeles. Y muchos podríamos contar como notamos su protección muchas veces. Deberíamos leer la Sagrada Escritura, oí decir a un hombre de Dios, por lo menos una vez en la vida. En lo que toca a “los Hechos de los Apóstoles”, esta lectura no puede ser más amena. La festividad de los Ángeles Custodios se celebra el 2 de octubre. Ese día, el año 1928, mientras sonaban las campanas de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles en Madrid en la calle García de Paredes, Dios quiso que en la tierra naciera el Opus Dei

Me ha parecido bien

Un cuarto de hora al día, estoy leyendo un pequeño manual sobre Doctrina Social de la Iglesia. ( “Cristianos en sociedad”). No siempre hay que leer cosas amenas, como en la comida no solo comemos chocolate. Leyendo éste, me acabo de encontrar este párrafo: “Atentar contra la vida – homicidio de cualquier clase, genocidio, aborto, eutanasia y el mismo suicidio deliberado – violar la integridad de la persona humana, como: en las mutilaciones, las torturas morales o físicas, los conatos sistemáticos para dominar la mente ajena; ofender la dignidad del hombre con condiciones infrahumanas de vida, detenciones arbitrarias, deportaciones, esclavitud, prostitución, trata de blancas y de jóvenes; o condiciones laborales que degradan y reducen al operario al rango de mero instrumento de lucro, sin respeto a la libertad y responsabilidad de la persona humana, son prácticas en sí misma infamantes, degradan la civilización humana, deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al honor debido al Creador.” (“Gaudium et spes”, sobre la Iglesia en el mundo; Concilio Vaticano II) Como es sabido acaban de cumplirse cincuenta años del inicio del Concilio Vaticano II y veinte de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, bueno será pues, de vez en cuando, ir haciendo memoria de uno y otro

14 octubre, 2012

Si Dios quiere

Si Dios quiere podré ecribir algo (gracias Misael por tu último comentario), para ello tendré que controlar la presión de mis dedos sobre el teclado, fruto del apasionamiento con que escribo siempre que lo hago. Comprendo muy bién a los “Hijos del Trueno”. En fin, genio y figura… Ayer intenté hacerlo pero lo dejé porque me fatigaba. He tenido una arrímia y he estado ingresada dos días y medio... He tardado a reducirse porque no fuí a urgencias ( en parte por culpa del médico que al diagnosticarla no me dijo que me fuera enseguida y en parte por cobardía y por no molestar a mis hijos ) sino que me quedé varios días en casa… La última noche de la clínica casi me la pasé rezando porque a la mañana siguiente saliera normal el electro, si no…Salió. Dios es grande: “Cuando clamé a Ti me escuchaste, acreciste el valor de mi brazo…” en este caso el de mi corazón. Rezó por mí mucha gente ( me quiere el personal, en casos así se nota). En la vida todo es cuestión de contactos, de contactos que sepan rezar y recen. No puedo dar mucha importancia a las “posibilidades” del hombre suficiente, fiado así mismo: control de la mente…, serenidad, desprendimiento del yo a la hora de irse (no aferrarse grotescamente a la vida) y cualquier otra zarandaja parecida. La vida nos supera con creces porque no la hemos inventado nosotros. Que bueno tener a mano el “Salud de los enfermos ruega por nosotros”, “¡Muestra que eres mi madre¡” “¡Jesús Hijo de David, ten compasión de mí¡ Que responsabilidad tenemos los cristianos de enseñar a la gente a rezar ( si nos dejan) porque la verdad es que se ven muy bien los toros desde la barrera. Bueno, he escrito sin problemas, gracias a Dios. Antes, cuando uno expresaba su deseo de hacer algo, nuestros padres y abuelos añadían siempre: “ Dios mediante” o “..si Dios quiere”. Nuestros padres y abuelos eran sabios. ¡Señor, Tú has sido nuestro refugio de generación en generación¡ Ojalá que nuestra generación y las siguientes sepa pasar la antorcha.

01 octubre, 2012

El día de S. Miguel, S. Gabriel y S. Rafael

Como esperaba por la fiesta de los tres Arcángeles, tuve un día bonito. Dejo constancia de él: Después de la vela en San Martín me llamópor teléfono mi hijo Juan y me dio dos buenas noticias, de distinto calado: “Compra el ABC, que ha salido una reseña bonita de mi libro” y : “ comemos tu y yo solos, los niños no vienen”. Comer sola con Juan, sin los niños, siempre es grato, además de una simplificación. Que en este caso agradecí porque cuando Juan me llamó me dirijía a ver a Asun – amiga desde los 14 años - y deseaba estar con ella sin demasiado agobio de tiempo porque hacía mucho que no nos veíamos. Lo pasamos bién, y pude enseñarle la reseña en ABC, que ocupaba una página entera, foto grande de la portada del último libro de Juan: “El cristal Spinoza” (Pre- Textos, 2012), nombre del autor con letra grande y reseña generosa. Se veía que quien la habá escrito había disfrutado el libro. Mi hijo Juan, es Juan Arnau y tiene varios libros publicados: “ Fundamentos de la vía media” y “Abandono de la discusión” de Nagarjuna, (Siruela, 2004 y 2006), “La palabra frente al vacío”, “Arte de Probar” y “Cosmologías de India” (Fondo de Cultura Económica, 2005, 2008 y 2012); Antropología del budismo (Kairós 2007), “Rendir el sentido”, “Elogio del Asombro” y Vasubandhu” (Pre- Textos, 2008, 2010 y 2011) y la “Leyenda de Buda” (Alianza 2011). Como entenderán quienes me leen, la publicación de este último libro de Juan “El cristal Spinoza” junto con su “ Elogio del asombro” son dos de los que más ilusión me han hecho, porque siempre he deseado que Juan dedicará su talento a escribir sobre filósofós europeos. Después de todo, Europa tiene raíces cristianas y para mí lo importante es que los nombres de mis hijos más que estar escritos en ABC o en El País, estén escritos en el cielo. Curioso: por cada libro, éste se vende en “El Corte inglés” y vale 20 euros, el autor solo gana el 10%. Por la tarde oí misa con Charo –también compañera de Colegio -, que lucha por recuperar la fe que tuvo de joven, cuando encomendaba sus éxamenes de Farmacia a San Buenaventura ( desconociendo que éste es Doctor de la Iglesia) y que la vida, y sus avatares, la han hecho perder un tanto. Hablamos largo y tendido y acabamos las dos contentas.