16 diciembre, 2007

Max Jacob

El 17 de diciembre de 1914 por la mañana Max hace una buena acción, reconciliar a la portera con su hijo, luego está invitado a cenar en casa de una señora ( la necesidad obliga a ser un poco gor.rón) y hace el horóscopo a todos los asistentes. ¿Dónde cenará? Por la calle come unas patatas fritas y se mete en un cine en las entradas de 95 céntimos. Ponen “La banda del traje negro”. Y en la pantalla como en una sobreimpresión, aparece Cristo protegiendo bajo su manto a los hijos de la portera.
“Por qué a mí y no a otros? No es posible y sin embargo es verdad. En el cine, hace un rato, estoy seguro, era Él con una túnica blanca, los cabellos largos y negros, ondulados, recogidos sobre la nuca. Las Escrituras no mienten, ¡oh Dios mío como te amo¡ ¡Qué bueno eres conmigo¡ No comprendo nada de todo eso, soy demasiado tonto. He llorado mucho hasta en el descanso, la gente me miraba, yo fumaba.”
“He salido para escuchar lasa voces que me hablaban y oara llorar en la calle. ¡Oh Dios mío, lo perdono todo a todos¡ Soy demasiado feliz, no he merecido un honor semejante”

Max Jacob había tenido otra visión de Jesucristo el 7 de octubre de 1909. Esta vez sobre un paisaje pintado por él en la pared de su cuarto. Él era judío, desde entonces buscaba el bautismo. Le hicieron esperar mucho. Lo consiguió el 18 de marzo de 1915 Su padrino fue Picasso ( al que él por español suponía católico) y se le impone el nombre de Cipriano, elegido por su padrino, quien le regala un ejemplar de “La imitación a Cristo”. Al día siguiente recibe la primera comunión.

En enero de 1920 fue atropellado en la place Pigalle, y luego estuvo al borde de la muerte a consecuencia de una neumonía. “Gracias a eso descubrí como era un automóvil visto por debajo”. Pero el accidente le hizo meditar: “La muerte en la calle, sin sacerdotes, sin parientes sin personas anónimas. ¿O sea que es así como nos vas a buscar? ¿ Qué hubiese hecho delante de Dios con todo el peso de mis pecados?”. Montmartre, el escenario de sus locos años de juventud va a quedar atrás.

En junio de 1921 se retira a Saint- Benoît-sur-Loire, no para vivir como monje sino mitad huésped, mitad sacristán. La gente iba allí en peregrinación no a ver la Basílica sino a verlo a él.

El 24 de febrero de 1944 la Gestapo detenía para llevarlo al campo de concentración de Drancy; desde París escribía al canónigo Fleureau: “Estoy trabajando en unas conversiones, confío en Dios y en mis amigos, le doy gracias por el martirio que empieza. No olvido a nadie en mis continuas oraciones”. Murió el 5 de marzo en Drancy de bronconeumonía, atendido por un médico judío que ha contado susúltimas horas.