El corazón del hombre
El corazón del hombre está hecho para cosas grandes y los que no abren la Biblia y leen en ella, se pierden mucha belleza y mucho regocijo. Y para muestra un ejemplo que contaré a continuación.
Al acercarse la Navidad, las mujeres vamos “corriendo corriendo”, pues son muchas las cosas que hay que atender y no es la menor de ellas que la casa esté limpia y ordenada, antes de adornarla (qué mejor momento para desembarazarse, regalando o tirando según convenga, tanto trasterío inútil como arrastramos), pero como lo primero es lo primero y tengo larga experiencia de que si se empieza haciendo oración el tiempo se multiplica, he abierto la Biblia al azar, que nunca es azar, y eh aquí que he caído al principio del capítulo 62 de Isaías:
Por amor de Síón no he de callar,
por amor de Jerusalén no he de estar quedo,
hasta que salga como resplandor su justicia,
y su salvación brille como antorcha.
Pues eso, no callemos que hay por ahí quien confunde la Navidad con los grandes almacenes y los villancicos con cajas con grandes lazadas.
La liturgia estos días es grandiosa, enardecedora y no es para menos
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