Para andar derechitos
Uno de mis nietos que tiene una cierta desviación de columna, va por la vida con un corsé que es una verdadera armadura. No se ha quejado jamás. Es mi nieto ruso. Cuando sea mayor seguro que tiene un tipazo. De momento es guapo y bueno, aunque un poco vago a la hora de estudiar. Entonces bendecirá a su madre haberle puesto la armadura. Hay otra armadura moral, necesaria en la vida para ir derechitos y ser felices: cumplir los diez mandamientos de la ley de Dios. Para ello hay que saberlos en unos casos, y recordarlos en otros. Voy a hacer esto último, que ya quería haber hecho antes de acabar el 2010 – sus últimas siglas y el “estado de la nación” lo hacían más que oportuno – pero la vida en el tiempo navideño, no deja tregua. Aquí están:
1º Amar a Dios sobre todas las cosas.
2º Santificar las fiestas
3º No tomar el nombre de Dios en vano
4º Honrar padre y madre
5º No matar
6º No cometer actos impuros
7º No hurtar
8º No levantar falsos testimonios, ni mentir
9º No desear la mujen obligados a una especial gratitudr de tu prójimo
10º No codiciar los bienes ajenos.
Estos diez mandamientos se encierran en dos: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. ¿Existe enseñanza como ésta?
Como tantos me compré cuando salió el “Catecismo de la Iglesia Católica”.De vez en cuando leía, aunque no de manera sistemática. Hace pocos, lo leo con continuidad. ¡Cuánto mejor nos iría a todos si lo conociéramos¡,
Dentro de la exposición del 4º mandamiento podemos leer:
2220 Los cristianos están obligados a una especial gratitud para con aquellos de quienes recibieron el don de la fe, la gracia del bautismo y la vida en la Iglesia. Puede tratarse de los padres, de otros miembros de la familia, de los abuelos, de los pastores, de los catequistas, de otros maestros o amigos. “Evoco el recuerdo de la fe sincera que tu tienes, fe que arraigó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y se que también ha arraigado en ti” (2 Tim1,15)
La lectura del Catecismo de la Iglesia Católica, nos auyda a estar en forma y a disfrutar con el “resplandor de la verdad”, si tenemos hambre de que nuestras obras sean buenas.
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