28 de enero del 2011
He tenido un día bonito, tal como esperaba. Se lo pedí a la Virgen ayer. Es mi aniversario de una gran decisión: Hoy, festividad de Santo Tomás de Aquino – no puede gustarme más la coincidencia por muchas razones – hace muchos años, pedí la admisión al Opus Dei .
He oído misa en Guadalaviar, en el oratorio donde de universitaria, conocí la Obra, el colegio de mis hijas y de mis nietas. Una hermosa misa con niñas adolescentes que se dejan la melena hasta la cintura. Ha habido canciones bonitas. De una de ellas se me ha quedado:
“La tierra el aire y sol son Tu regalo / y mil estrellas de luz / sembró Tu mano / el hombre puso su amor / y su trabajo…” Hasta aquí ha llegado mi retentiva. Lástima no poder cantarlo, porque pierde bastante.
Pero lo que más me ha gustado, lógicamente han sido las lecturas de la misa. Aquí va algo:
De la carta de San Pablo a los Hebreos:
“No perdáis pues vuestra confianza que tiene una gran recompensa. Porque tenéis necesidad de paciencia, para que, cumpliendo la voluntad de Dios, alcancéis la promesa. Porque aún un poco de tiempo y el que ha de venir, llegará sin tardar. Mi justo vivirá de la fe, pero no se complacerá ya mi alma en el que cobarde se oculta”. Pero nosotros no somos de los tímidos, para perdición, sino de los que perseveran fieles para ganar el alma.”
Del Salmo 36:
“Ten confianza en Yaveh y obra el bien, / vive en la tierra y crece en paz, /ten tus delicias en Yaveh , / y Él te dará lo que pide tu corazón. / Pon tu suerte en Yaveh, / confía en él, que el obrará; / hará brillar como la luz tu justicia, / y tu derecho igual que el medio día”.
El evangelio era el grano de mostaza….diecinueve años y novio, madre de cuatro hijos y abuela de diez nietos…
Al salir de misa he encontrado en la escalera del jardín a mi nieta Marta. Estaba orgullosa de su situación: era la alumna de guardia, me ha enseñado con orgullo en su brazo el brazalete rojo que lo acreditaba. Se comía el mundo. Rubia, rusa, mi nieta de 11 años.. y aquí, en Guadalaviar. Yo salía contenta y le he contado por qué. No se hasta que punto me habrá entendido, pero seguro que lo entendido se le queda en el corazón.
He comido con Marta su madre, que le ha dado un buen metido a mi cocina. La tarde bonita, escribiendo, planchando y hablando por teléfono con las amigas. Esta noche: “Lágrimas en la lluvia”, el programa de J.M. Prada…. Gracias a Ti Señor, gracias a Ti.