23 febrero, 2011

La luna de Valencia

Como gracias a Dios, tengo una buena terraza: “el turco”, la llamamos por serlo el dueño, en la acera de mi casa, y frente a la estupenda avenida de Blasco Ibáñez, siempre existe la posibilidad de bajarse allí media hora con un buen libro cuando se esta de la propia casa hasta el “ pirri”.
Ayer me bajé “al turco” no a leer sino a hacer la oración. Con libro, claro. Santa Teresa de Jesús no la hacía nunca sin él, y yo en eso la imito. Me llevé “Amigos de Dios” y la emprendí con la homilía “La grandeza de la vida corriente”. Dice en ella San Josemaría:

“No se me va de mi memoria una ocasión – ha transcurrido ya mucho tiempo – en la que fui a rezar a la Catedral de Valencia, y pasé por delante de la sepultura del Venerable Ridaura. Me contaron entonces que a este sacerdote, cuando era ya muy viejo y le preguntaban: ¿cuántos años tiene usted? Él muy convencido, respondía en valenciano: “ poquets, ¡poquitos¡, los que llevo sirviendo a Dios.”

Esto leía cuando se me acercan un chico y una chica extranjeros, y universitarios. Después de pedirme si les podía contestar a unas preguntas me espetan : “¿Qué significa eso de la luna de Valencia?” Se lo explique como pude: los que se quedaban fuera de la muralla – cuando la había y ésta se cerraba – esos se quedaban “a la luna de Valencia”. Muchos hubiéramos dicho que se quedaban al raso, o a la intemperie, pero Valencia es tierra de artistas. “¿ Y en que tiempo era eso”, me dijeron. No me pareció que entendieran mucho porque ¿cuándo iba a ser? pues: ¡cuando había muralla¡. Los estudiantes se alejaron sin más preguntas y yo me quedé pensativa siguiéndolos con la vista. Había muchas cosas de las que me hubiera gustado hablar con ellos, desde la atalaya de mis setenta años.

18 febrero, 2011

En familia

He pasado una buena tarde con mis tres nietas: Marta, Belén y Vega de 11, 7 y 5 años de edad, respectivamente. Lo de “respectivamente” me recuerda que mi hermana Carmen, siendo muy pequeña dijo un día al venir del Colegio, una frase, de la que se sintió muy oronda. Hablando de las notas, apostrofó satisfecha : “He sacado un cinco ramplón, respectivamente”. Hay que reconocer que mi hermana, que tendría unos seis o siete años, si no se expresaba con propiedad, al menos no se le podrá negar sus pretensiones literarias. A los catorce, hacía sus pinitos en las redacciones del Colegio y con facilidad salía en ellas un perro vagabundo. Cosa que a decir verdad, siempre me sorprendió. Llegó a escribir en “Jesús Maestro” la revista teresiana, porque tenía una bonita “letra de Compañía”. Condición necesaria – y creo que suficiente – para que las monjas te eligieran para escribir en ella. Algo incomprensible si se piensa que en ella los textos aparecían, lógicamente , en letra de imprenta. Es posible que quien tiene una letra bonita, esté reflejando con ella un carácter firme y dulce. , domina su temperamento y muestra un carácter templado y hermoso. Por ahí debían ir los tiros porque nos la hacían trabajar mucho.

Hace pocos días Vega, con sus cinco años, asistió con sus padres y sus dos hermanos a una misa de funeral. Su padre le explicó que en la caja había un muerto, pero solo su cuerpo, porque en realidad él estaba en el cielo. Vega al oírlo dijo resuelta: “¡Yo quiero ver el muerto¡”.

Belén, con sus siete años y sin sus dos dientecillos de delante, es una morenita vivaracha e inteligente que procura hacer la vida agradable a los de alrededor, disfruta con todo, y le gusta competir por puro deporte, en plan positivo. Es emocionante comprobar cómo los niños reflejan el ambiente en que se educan y ello es un fuerte estímulo para los adultos que los tratamos. Al volver del Colegio, le dice a su madre que el sábado habrá jornada matemática en el Politécnico y que ella quiere ir, que vale cinco euros pero que ella pone los dos euros que tiene. Lo he encontrado tan encantador que no he tenido más remedio que darle un euro, ya que tan buen uso está dispuesta a hacer de ellos. Belén no irá. Hay que estar en el Politécnico a las nueve de la mañana y el sábado es el único día en que padres e hijos pueden no madrugar.

Los niños son lo mejor de este mundo. Dentro de poco espero otra nieta: Lucía. El 17 fue el cumpleaños de Vega, mañana es el Santo de Álvaro.
Esta tarde en el cuarto de estar además de abuela y tres nietas, había cuatro ángeles dee la guarda. Se notaba.

17 febrero, 2011

Que yo diga ahora...

Que yo diga ahora que la lectura del Eclesiastés es sabrosa como pocas – Maribel, cerca de los ochenta, madre y abuela sabia, la frecuenta y recomienda - puede sonar, por sabido, a una majadería. Pero lo cierto es que me he despertado a las 5 y media y me he dicho: “ tomaré un vaso de leche caliente, y me levanto a escribir.”. Luego, quizá porque a noche
en “La 1” salió un atractivo fraile de clausura que nos enseñaba su convento, y por tener reciente la magnífica película “De dioses y hombres” - cuyos protagonistas son monjes cistercienses - me he dicho: “a estas horas muchos frailes y monjas de todo el mundo están en el coro alabando a Dios así que, unida a ellos, voy a hacer un rato de oración. He cogido la Biblia y he abierto al azar. Me ha salido el Prólogo de la segunda parte del Eclesiastés:

“ Más vale el renombre que óleo perfumado; y el día de la muerte más que el del nacimiento. Más vale ir a casa de luto que ir a casa de festín; porque allí termina todo hombre, y allí el que vive, reflexiona. Más vale llorar que reír, pues tras una cara triste hay un corazón feliz. El corazón de los sabios está en la casa del luto, mientras el corazón de los necios en la casa de la alegría. Más vale oír reproche de sabio, que oír alabanzas de necio.”

Y digo yo, de mi cosecha, respecto a éste último punto que dice: “Más vale oír reproche de sabio..” No se si es del Quijote pero desde luego es de un clásico aquello de: “Si el sabio reprueba, malo. Si el necio aplaude, peor”. El parentesco de esta frase con la Escritura es evidente. Los clásicos se han apacentado de ella por eso su lectura resiste los siglos. Y un par de versículos más: “El halago atonta al sabio,” – todos conocemos ejemplos – “y el regalo pervierte el corazón”, también los conocemos.

En fin.. me voy a la cama a ver si saco algún ratillo más de sueño.

16 febrero, 2011

Más sobre Hildebrand ( última entrega)

El que esté en pie, cuide no caiga. Y digo esto por que Scheler que condujo a miuchos a la Iglesia, aparentemente murió fuera de ella:

“ El mayor regalo de Max Scheler a Dietrich von Hildebrand fue abrirle el mundo de lo sobrenatural; de este modo puso a disposición de su amigo tesoros que solo podían haber sido originados por el mismo Dios como por ejemplo, el mandato de amar a los propios enemigos, que ninguna mente humana podía haber “inventado”.

“Como Edith Stein siete años más tarde, el amor por la sabiduría del joven doctor en filosofía ( Hildebrand), nunca decayó . Ahora sin embargo, la verdad filosófica, importante como era y como se mantuvo a lo largo de su vida, fue infinitamente trascendido por una sabiduría que nunca había entrado en cabeza humana. De ahora en adelante la verdad no se iba a encontrar solamente en razonamientos y proposiciones: la Verdad era una persona viva, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Salvador del mundo, a quien él podía dorar. Desde su juventud, Dietrich había reverenciado la verdad natural. Ahora pretendía adorar la verdad y de rodillas, pues “Dios había exaltado a Cristo sobre todas las cosas y concedido el nombre sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra” (Flp 2, 9)”

“En su huída de Alemania – un periodo de intensas pruebas y sufrimiento – había algunas luces que brillaban en la oscuridad. Una de ellas era una radiante caridad cristiana. Desde marzo de 1938 hasta que llegaron a suelo americano el 23 de diciembre de 1940, Dietrich y Gretchen (su mujer) dependieron totalmente de la caridad ajena.”

El 29 de julio de 1940 nací yo y a los setenta he leído estas cosas al sol en una terraza de mi barrio. Dietrich von Hildebrand, se cuenta ya entre mis amigos.

Hildebrand, luchador incansable contra el nazismo

Nos cuenta Alice von Hildebrant en el libro su marido:
Conocedor de lo difícil que era para los católicos practicantes en Alemania continuar siendo inmunes al espíritu de los tiempos, Dietrich decidió escribir a sus amigos íntimos que había dejado en Munich, avisándoles de los peligros a los que diariamente se exponían:

“ Es totalmente irrelevante el que por razones políticas, el Anticristo (léase Hitler) no se enfrente por ahora a la Iglesia y que firme un concordato con el Vaticano. El problema crucial es el espíritu que lo anima, la errónea doctrina que siembra, los crímenes que comete. Las acciones criminales ofenden a Dios con total independencia de que la víctima sea un judío, un socialista o un obispo. La sangre inocente clama al cielo. El antagonismo absoluto, infranqueable existente entre la filosofía nazi y la Iglesia se encuentra en el racismo del primero, en su sistema totalitario, en su ideología anticristiana y el perverso carácter de este ideario que de ninguna manera disminuye porque Hitler haya firmado un concordato con el Vaticano, un documento legal que él pisoteará tan pronto como lo crea conveniente.”

Y digo yo: el amigo Hildebrand tenía nariz católica. Algo que tendremos todos si nos preocupamos de luchar por ser fieles al evangelio. “Las vemos venir” y no nos darán gato por liebre. Cuando en el 82 vino el socialismo a España, tuve la suerte de estar alertada contra las raíces marxistas de un socialismo que quería pasar por inofensivo. Me dio bastante pena que personas – buena gente – cercanas a mi familia, por incautos, cayeran en él.
Ya vemos a lo que ha llegado.

En realidad nazismo y comunismo no se diferencian mucho: son sistemas totalitarios que no respetan la dignidad del hombre, y no la respetan porque no aceptan a Dios en su triste ideología. Que no puede menos que ser una ideología de muerte

Dietrich von Hildebrand (1889)

En la introducción de “Alma de león” ( biografía de Dietrich von Hildebrand, por Alice von Hildebrand) afirma el Cardenal Ratzinger – hoy Benedicto XVI- “Dietrich von Hildebrand fue un hombre cautivado por el el esplendor de la verdad y de la belleza, y sus numerosos escritos sobre filosofía cristiana, teología espiritual y en defensa de las enseñanzas de la Iglesia, le colocan entre los grandes pensadores del siglo XX”

Dietrich Von Hildebrand fue un gran amigo del filósofo Max Scheler,al que quiso entrañablemente, con quien siempre fue leal, y al que agradeció que a él contribuyó eficazmente en su encuentro con la Iglesia. Cuando Scheler murió – aparentemente fuera de ella - Von Hildebrand lo encomendó a Dios todos los días en su misa, hasta su muerte. Nos lo cuenta Alice von Hildebrand en la biografía que escribió sobre su marido.
A ella pertenecen las siguientes citas:

“Scheler se acomodó en las habitaciones de Dietrich en Gotinga y comenzaron a hacer juntos las tareas domésticas. El contacto constante con la mente de Scheler era estimulante, pero vivir con un genio que era totalmente indisciplinado, no era nada fácil. Scheler tenía un principiuo básico, que aplicaba rigurosamente: “Yo no quiero tratarme a mi mismo pedagógicamente”, lo que significaba en esencia: quiero satisfacer mis deseos y caprichos, y rehúso por completo controlar mi naturaleza y mi temperamento.”

Scheler acabó cargándose su matrimonio con Märit Furtwengler porque la admiración, según él, “totalmente mística y espiritual que sentía por su encantadora ayudante María Scheu” le llevó a casarse con ella. Antes de que esto sucediera, Von Hildebrand le había advertido: “Max ten cuidado, ya sabes lo peligrosas que son para ti las mujeres”. Luego se negó rotundamente a ayudarle para que consiguiera la nulidad de su primer matrimonio. Y sintió profundamente la separación de Scheler de la Iglesia Católica.

Seguiré contando de este libro interesantísimo que pertenece a “Biblioteca Palabra”

14 febrero, 2011

14 de febrero de 2011

En el Opus Dei hoy es un día bonito: el 14 de febrero de 1930 Dios quiso que existieran mujeres en la Obra. Era necesario. San Josemaría – que una vez dijo: “Nunca habrá mujeres, ni de broma, en el Opus Dei” cambió de opinión cuando, ese día en la misa, Dios le hizo ver que su voluntad es que las hubiera. Y, dócilmente, se puso a la tarea de buscarlas y formarlas. También debemos a un 14 de febrero, años más tarde, la fundación de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y Opus Dei: la gozada que supone tener los sacerdotes de la Obra.

No parece pues desacertado que comparta un párrafo de la carta que Don Javier Echevarría – el Padre del Opus Dei- dirigió a sus hijos, y a quien quiera leerla - está en internet- el día 1 de febrero de este año. Aborda un tema interesante: ¿quién no ha pensado alguna vez que no se puede ser siempre bueno y que algún respiro hay que tener coqueteando con el mal, aunque no sea más que para variar? El párrafo al que aludo dice así:

“Hace años, al comienzo de su pontificado, Benedicto XVI ponía en guardia contra una tentación frecuente en el día de hoy: la de pensar equivocadamente “que la libertad de decir no (a Dios), el bajar a las tinieblas del pecado y querer actuar por sí mismos forma parte del verdadero hecho de ser hombres; que solo entonces se puede disfrutar a fondo de toda la amplitud y la profundidad del hecho de ser hombres, de ser verdaderamente nosotros mismos; que debemos poner a prueba esta libertad incluso contra Dios, para llegar a ser realmente nosotros mismos. En una palabra - decía el Papa -,pensamos que en el fondo el mal es bueno, que lo necesitamos al menos un poco para experimentar la plenitud del ser”
(Benedicto XVI, homilía en la solemnidad de la Inmaculada, 8-12-2005)

Y seguía diciendo el papa: “ podemos ver que no es así, es decir, que el mal envenena siempre, no eleva al hombre, sino que lo envilece y lo humilla; no lo hace más grande, más puro y más rico, sino que lo daña y lo empequeñece.”

Quizá esta “entrada”ayude a alguno a no “hombrear” y a creer que uno es realmente grande cuando somete su voluntad a la de Dios

13 febrero, 2011

Más de C.S. Lewis (Comentario)

“Creo en el cristianismo como creo que ha salido el sol: no solo porque lo veo, sino porque gracias a él veo todo lo demás” ( ¿Es poesía la teología? Rialp)

¿No es ésta una frase magnífica? El cristianismo ayuda a ver “todo lo demás” y a verlo mucho más claro. Y, lógicamente a dar las gracias por ello, una catequesis cristiana es impagable. Y, lógicamente también, a tratar de que otros lo vean más claro también. Porque la fe no solo no va contra la razón, sino que la ilumina. Al poco de leer ese feliz aserto de Lewis, leo en “L´Osservatore Romano” unas palabras de Benedixcto XVI que de alguna manera están emparentadas con ella:

“La luz es la primera obra de Dios creador y es fuente de la vida; la misma palabra de Dios es comparada con la luz, como proclama el salmista: “Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero” (Sal 119, 105) Y sigue diciendo el Papa en el Ángelus del domingo 6 de febrero: “Y también en la liturgia de hoy, el profeta Isaías dice: “Cuando ofrezcas al hambriento de lo tuyo y sacies el alma afligida, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad como el medio día”.

Ha pasado la festividad de la Virgen de Lourdes: el día del enfermo…
Es posible que los tengamos olvidados, a ellos y a los tristes. Es bueno recordar que hay por ahí muchas cataratas del alma, por operar. Gente que ve el mundo oscuro y borroso y no acierta en su caminar porque su fe necesita ser reavivada o recobrada. Remedio: ir a hacer una buena confesión. Quien lo probó, lo sabe.

11 febrero, 2011

Fogonazos

Me he comprado otro libro de C.S.Lewis - ¡que deuda de gratitud tenemos para con él quienes conocemos sus obras¡ - Me propongo dar unas citas suyas – verdaderos fogonazos de luz – para lo que bueno será abrir las “entenderas”, mayormente porque no guardan relación unas con otras.

Hablando sobre la sempiterna cuestión de si Jesús fue realmente “Dios o un hombre bueno”, dice Lewis:
“Intento impedir que alguien., hablando sobre Cristo, diga esta solemne tontería: “No tengo inconveniente en aceptar a Jesús comoi un gran maestro de moral, pero no acepto su pretensión de ser Dios”. Esto e precisamente lo que no debemos decir. Un hombre que fuese simplemente un hombre y dijese la clase de cosas que Jesús dijo no sería un maestro de moral. Sería o bien un lunático – igual que el hombre que dice ser Napoleón -, o en caso contrario el demonio del infierno. Es preciso escoger. O este hombre fue y es, el Hijo de Dios: o fue un loco o quizá algo peor. Podéis encerrarlo por loco, podéis escupirle a la cara y matarlo como a un demonio; o podéis caer a sus pies y llamarlo Señor y Dios. Pero no caigamos en la simpleza de decir que fue un gran maestro. El no quiso dejar este problema sin resolver.”

Respecto al deseo de inmortalidad:
“El cristiano dice: “Las criaturas no habrían nacido con deseos, a menos que la satisfacción para estos existiese: Un bebé tiene hambre porque existe la comida. Un patito quiere nadar; pues bien existe una cosa que es el agua. (… ) :Si yo descubro en mí un deseo que ninguna experiencia de este mundo puede satisfacer, la explicación más probable es que yo no pertenezca a este mundo. Si ninguno de mis placeres terrenales lo satisface, no significa que el universo sea un fraude. Probablemente los placeres terrenales no hayan tenido nunca la función de satisfacerlo, sino solo de despertarlo, de sugerir su verdadero fin. Si esto es así debo cuidar, por una parte, de no ser ingrato,ni despreciar nunca estas bendiciones terrenales, y, por la otra, de no confundirlas jamás con aquella otra cosa de la cual éstas son solo una copia, un eco, o un espejismo. Debo mantener vivo en mi el deseo por mi verdadero país, ese que no encontraré hasta después de mi muerte; nunca debo permitir que quede sepultado o desplazado; debo hacer que el principal objetivo de esta vida se convierta en hacer presente ese otro destino y en ayudar a los otros a que hagan lo mismo.”

Se continuará..

06 febrero, 2011

“Luz del mundo”

Estoy leyendo y disfrutando el último libro de Benedicto XVI: “Luz del mundo”. Libro que resulta de las seis horas de entrevista – una diaria -
que Peter Seewald realizó al papa la última semana de julio. Peter Seewald es autor de “La sal de la tierra” y “Dios y el mundo”, diálogos con el entonces cardenal Ratzinger.

Como es costumbre – para mi feliz costumbre – daré una cata del mismo a ver si gracias a ella alguien se lo compra y lo lee y así conoce mejor al papa, se encariña con él y le resulta más fácil rezar por él. Así empieza el libro:

P. Seewald:
Santo Padre, el 16 de abril de 2005, al cumplir sus 78 años, anunció usted a sus colaboradores cuánto se alegraba por su próxima jubilación. Tres días después era usted el jefe supremo de la Iglesia universal, con mil doscientos millones de fieles. No es precisamente una tarea que uno vaya a reservarse para los días de su vejez.

Benedicto XVI:
En realidad yo había esperado tener por fin paz y tranquilidad. El hecho de que me viera de pronto frente a esa formidable tarea, fue, como todos saben, un show para mí. La responsabilidad es realmente gigantesca.

El papa, invitado por Seewald habla de todo:de los novísimos, mensaje de Fátima, el pontificado, ecología, el escándalo de la pederastía, relativismo…En fin que hay que leerlo. Y otra cosa: para nada son desdeñables las introducciones que hace Seewald para sus preguntas. Da cantidad dee información. Un ejemplo: hablando de ecologismo:

P. Seewald:
La abadesa y médica Hildegarda de Bingen expresó el núcleo de este conjunto de cuestiones hace ya novecientos años con la siguiente fórmula:
“Si el hombre peca, el cosmos sufre.”. Como escribe usted en su libro sobre Jesús, los problemas de esta hora histórica, son consecuencia de que se ha dejado de escuchar a Dios…

Hace tiempo que vengo recomendando libros magníficos. ¿para cuando un comentario de alguien en “El Rastro” diciéndome que ha disfrutado la lectura de alguno de ellos?

05 febrero, 2011

Lidia


Los “Hechos de los apóstoles” es además de Sagrada Escritura,un libro de aventuras que engancha. Siempre me ha conmovido especialmente un fragmento del capítulo 16, la llegada de Pablo a Europa. Helo aquí:

“Zarpando de Triade, navegamos derechos a Samotracia (…)de allí a Filipos que es la primera ciudad de esta parte de Macedonia, colonia romana, donde pasamos algunos días. El sábado salimos fuera de la puerta, junto al río, donde pensamos que estaba el lugar de la oración, y sentados, hablábamos con algunas mujeres que se hallaban reunidas. Cierta mujer llamada Lidia, temerosa de Dios, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, escuchaba atenta. El Señor había abierto su corazón para atender a las cosas que Pablo decía. Una vez que se bautizó con toda su casa, rogó diciendo: puesto que me habéis juzgado fiel al Señor, entrad en mi casa y quedaos en ella; y nos obligó”

Lidia, que sería la primera cristiana de Europa, “escuchaba atenta”... Cuando lo leo, me siento identificada con Lidia. Recuerdo el silencio absoluto cuando en el Colegio, la madre Pilar, a última hora de la tarde nos dirigía una pequeña meditación: “el cuarto de hora de oración” que recomiendan las teresianas. Luego he tenido la suerte de poder escuchar a sacerdotes, verdaderos hombres de Dios. Cuando ello sucede, se ensimisma una. Nada hay más atrayente. Dios “abre el oído”. Lidia oye y se convierte en apóstol: se bautiza toda su casa. Lidia es también una profesional, tiene un oficio: vende púrpura, pero tiene tiempo para ir al río por la mañana a hacer oración. Occidente ha cambiado mucho desde entonces, pero aún así, las mujeres europeas cristianas, debemos aprender mucho de nuestra antepasada Lidia. Está en juego el bautismo y la felicidad de toda nuestra casa.

04 febrero, 2011

Más cine

Espero con ilusión el estreno de la película Thérèes sobre santa Teresa del Niño Jesús. Me enteré de su existencia por el suplemento religioso de ABC “Alfa y Omega”. Después de veinticinco años de su estreno en Francia lo hace en España el 28 de enero último. La película es de Alain Cavalier sobre santa Teresita de Lisieux. Ganó el Premio del Jurado y el Premio Signis del Festival de Cannes de 1986, y obtuvo seis César de la academia de Cine francesa. También ganó el Premio a la mejor película del Círculo de Críticos de Cine de Francia.

Santa Teresa del Niño Jesús ( santa Teresita) figura entre mis amigas del cielo. Ha salido aquí muchas veces a propósito de mi vida y de su encantador libro autobiográfico “Historia de un alma”. Su lectura, para quienes no lo hayan hecho, será sin duda no solo una preparación necesaria para enjuiciar la película, sino que dejará en nosotros una hermosa huella.
A santa Teresa del Niño Jesús, Doctora de la Iglesia con solo 23 años, la cita mucho con encanto y oportunidad otro autor de libros de espirialidad francés Jacques Philipe, - miembro de la Comunidad de las Beatitudes- cuyos libros “Llamados a la vida”, “La libertad interior”, “Tiempo para Dios” , “La paz interior”, son una gozada.

Próximo estreno de cine

La guerra civil y San Josemaría, según el director de cine Roland Joffé
Entrevista al autor de la película de próximo estreno “There Be Dragons”

Roma, sábado 1 de enero de 2011( Zenit .org) – el mundo del cine y el mundo católico están impacientes por ver la película que presentará en la primavera del “There Be Dragons” (Encontrarás dragones”) http:// therebedragonsfilm.com), en la que tiene un papel protagonista san Josemaría Escrivá de Balaguer , fundador del Opus Dei.
Se trata de un drama épico, escrito y dirigido por el cineasta británico, conocido por films como “La misión” y “Los gritos del silencio”, ambientado en la guerra civil española, en el que afronta cuestiones como la santidad y la traición, el amor y el odio, el perdón y la violencia, así como la búsqueda del sentido de la vida.
En el 2011 se celebrarán los 75 alos del estallido de la guerra civil española, Joffé ha querido compartir con los lectores de ZENIT las convicciones que compartirá con quien vea esta película

Me ha llegado impresa parte de está entre vista y me ha parecido oportuno
Dar el modo de encontrarla en Zenit.

02 febrero, 2011

Encuentros

Quizá por que las dos sabían que frecuento la confesión sacramental, en poco tiempo me encontré con dos mujeres que de una manera natural, me hablaron de ella. Una tiene cerca de los setenta y aunque educada por monjas – de eso hace ya mucho tiempo - y buena gente, como todos, inficionada por este mundo del que ya nos recomendaba San Pablo: “Escapad de esta generación adultera”. Paradas en la calle bajo un sol que invitaba a prolongar el encuentro, me contó entre otras muchas cosas, que un lunes fue San Nicolás y decidió confesarse – simpáticas esas iglesias viejas con su confesor en su garito esperando al pez -. Empezó la confesión diciendo: “ Vengo a confesarme por hacer un acto de humildad, porque la verdad es que yo no tengo pecados”. El bendito y paciente confesor se encargó poco a poco en convencerla de que no era así. Al final le dijo: “Quiero verla aquí dentro de quince días. Volvió y el sacerdote le dijo, no sin buen humor: “Señora, ¿sigue usted tan perfecta?”. Al oírla pensé que valía la pena contarlo.

La otra mujer a quien me refería no tiene cumplidos los cuarenta, es madre de cinco hijos y es una profesional que empalma un trabajo con otro, hasta llegar exhausta a la noche. Me dijo: “ Me he confesado en San Francisco Javier con un sacerdote que me ha encantado. Tanto que le he dicho: “Espere un momento, que voy a tomarle apuntes”. Lo de los apuntes en la ventanilla de un confesonario y con un niño de tres años pegado a las rodillas, tiene su miga.

Quizá estas líneas puedan a ayudar a alguien a vencer la pereza y acercarse al sacramento de la alegría, en frase de un santo coetáneo nuestro.