16 febrero, 2011

Dietrich von Hildebrand (1889)

En la introducción de “Alma de león” ( biografía de Dietrich von Hildebrand, por Alice von Hildebrand) afirma el Cardenal Ratzinger – hoy Benedicto XVI- “Dietrich von Hildebrand fue un hombre cautivado por el el esplendor de la verdad y de la belleza, y sus numerosos escritos sobre filosofía cristiana, teología espiritual y en defensa de las enseñanzas de la Iglesia, le colocan entre los grandes pensadores del siglo XX”

Dietrich Von Hildebrand fue un gran amigo del filósofo Max Scheler,al que quiso entrañablemente, con quien siempre fue leal, y al que agradeció que a él contribuyó eficazmente en su encuentro con la Iglesia. Cuando Scheler murió – aparentemente fuera de ella - Von Hildebrand lo encomendó a Dios todos los días en su misa, hasta su muerte. Nos lo cuenta Alice von Hildebrand en la biografía que escribió sobre su marido.
A ella pertenecen las siguientes citas:

“Scheler se acomodó en las habitaciones de Dietrich en Gotinga y comenzaron a hacer juntos las tareas domésticas. El contacto constante con la mente de Scheler era estimulante, pero vivir con un genio que era totalmente indisciplinado, no era nada fácil. Scheler tenía un principiuo básico, que aplicaba rigurosamente: “Yo no quiero tratarme a mi mismo pedagógicamente”, lo que significaba en esencia: quiero satisfacer mis deseos y caprichos, y rehúso por completo controlar mi naturaleza y mi temperamento.”

Scheler acabó cargándose su matrimonio con Märit Furtwengler porque la admiración, según él, “totalmente mística y espiritual que sentía por su encantadora ayudante María Scheu” le llevó a casarse con ella. Antes de que esto sucediera, Von Hildebrand le había advertido: “Max ten cuidado, ya sabes lo peligrosas que son para ti las mujeres”. Luego se negó rotundamente a ayudarle para que consiguiera la nulidad de su primer matrimonio. Y sintió profundamente la separación de Scheler de la Iglesia Católica.

Seguiré contando de este libro interesantísimo que pertenece a “Biblioteca Palabra”