Un buen amigo de Dalí
Vicente Mortes, que fue en su día Ministro de la Vivienda,contaba en una entrevista que le hizo Pilar Cambra el 16 de junio de 1990, su preocupación porque Dalí, que era amigo suyo muriese cristianamente. Dijo así:
“Cuando se sintió muy mal, pensé: “Salvador Dalí es un hombre que ha hecho mucho bien a la humanidad (…)yo tenía que darle algo a cambio y ¿Qué mejor regalo que el cielo?. Me propuse que Salvador Dalí fuera al cielo.
“Cuando lo internaron en la UVI de la Clíunica Quión, hablé con el Doctor Jefe de esa unidad, que también es amigo mío, y le dije: “Quiero que dejes entrar a un cura en la UVI para que Salvador Dali se confiese”. El Capellán de la Clínica logró entrar pero las personas que le acompañaban no salían de ella. Así no se podía confesar…Dalí se recuperó y volvió a Figueras. Entonces escribí al Párroco de la iglesia de San Pedro, que está a cien metros de donde vive Dalí , contándole toda esta historia.
“Esto era en julio del 89, pocos meses antes del fallecimiento del artista. El cura no contestó a mi carta; y me entero poor la prensa que Dalí ha sido internado de nuevo en la Residencia Sanitaria de Gerona… Dalí falleció un lunes y el sábado anterior me llamó por teléfono Ramón Guardiola, aquel alcalde que me pidió la reconstrucción del teatro de Figueras y me dijo: Vicente, ayer estuvo un cura con Salvador Dalí y le administró todos los sacramentos”.Yo – no me importa confesarlo – me puse a llorar; me emocioné muchísimo.. Luego recibí una carta del mosén, ( tratamiento a los curas en los pueblos de aragoneses) muy breve: “Querido Don Vicente: Misión cumplida” (Vicente Mortes, de Miguel Álvarez Morales, pág 231)