26 agosto, 2009

Buena gente

Tras escribir el título, pensando en contar cosas de la buena gente que me he encontrando este verano, quizá sea esta la estación en la que más se ve el carácter peregrino del hombre, me ha venido a la cabeza Juan Manuel Serrat, cantando a Machado: “En todas partes he visto / caravanas de tristeza …” y sigue “ soberbios y melancólicos / borrachos de sombra negra”.

Dejaremos en paz a los soberbios, que bastante desgracia tienen con aguantarse así mismos y respecto a la melancolía, prima hermana de la tristeza, recordaremos lo que Santa Teresa decía a sus monjas: “Tristeza y melancolía, no la quiero en casa mía.” Y tampoco vendrá mal traer a colación lo que decía otra gran Teresa, Teresa de Calcuta: “La alegría, es un deber”.

Tras esta concesión a lo que la inspiración, paso a hablar de la “buena gente”, porque el verano es también tiempo propicio para hacer y recibir confidencias

Volví a ver a C. y E. un santo matrimonio que llevan 58 años de casados. Él la mira con arrobo y a veces se les ve caminar cogidos de la mano. Se conocieron cuando ella tenía quince años en la romería de la Magdalena… Son padres de siete hijos, el mayor sacerdote, y una de ellos psiquiatra, que no practica la fe en la que fue educada. Ésta a su vez, es madre de dos hijos cerca de la treintena, a los que no bautizó. C. me pidió que rezara por ellos asi que me quedé con los tres nombres: Lidón, Olmo y Valma. El año anterior, les había pedido a C. y E. que rezaran por una intención mía de peso y el marido de C, mirándome fijamente me contestó: “Ten mucha confianza en la fueraza de la oración. de la comunión de los santos”