30 diciembre, 2006

Cartas viejas

El 28 de diciembre de este año me dio por leer, en el archivo de documentos, cartas que había escrito en años anteriores. Ese es uno de los encantos del ordenador, el de recoger nuestra historia como quien no hace nada. El todo pasa y todo queda, que decía Machado y que en modo alguno es ajeno al optimismo cristiano. Di con una del 1 de octubre del 99 escrita a mi hijo J. que hacia el Doctorado en Michigam. En ella, hablándole de sus hermanos decía:
“ F. , preocupada por si no encuentra trabajo y no se puede casar. Lo encontrará. Hay que ver la pobre gente que somos, todos mendigos: yo necesito a tu padre, tu necesitas casa, M. necesita un hijo, F. necesita un trabajo, Q. necesitaría trabajar solo de ocho a tres... y todos sentimos que muchas veces la manta de la felicidad no es que sea algo corta, sino que es en lugar de una manta es un mantel. Total que el que todo lo espera de acá, bien poco espera”.

Han pasado siete años: F. no solo tiene un buen trabajo en el que la acaban de ascender, sino dos preciosos niños, J. tiene un magnífico trabajo en Valencia, M. no tiene un hijo solo sino que espera el cuarto para el 15 de enero, Q. es funcionario y tiene el trabajo que quería, En cuanto a mí, aunque siga echando en falta al padre de todos ellos, doy gracias a Dios por mi vida, por ésta con sus gozos y sus sombras. Pensaba que todas estas cosas y otras igualmente estupendas, pasan cuando se reza. Porque además, haciéndolo se consigue tener la óptica adecuada para verlas.

28 diciembre, 2006

Charo

Charo va siempre corriendo. Alguna vez he dicho que las mujeres corremos siempre, va con nuestra naturaleza. Cuando alguna vez viene a verme, lo que sucede con suerte un par de veces al año se sienta en el borde del sillón como si fuera un pajarito posado en una rama, dispuesto a emprender el vuelo. La última vez que la vi se demoró algo más, estaba contenta. Por ser Navidad se habían ido de su casa las americanas que tiene hospedadas y de cuya pensión vive. Ya no tenía que peinarse en su cuarto nada más levantarse para salir de él con aire digno. Por unos dias la casa era solo suya. A Charo la dejó el marido con cuatro hijos cuando era joven. Cosas que pasan. Como era Licenciada en Filosofia y Letras, consiguió no pasarle un duro, pero el se fue siendo catedratico de universidad gracias a ella que crio a los cuatro sin su ayuda y sin ejercer su carrera. Cosas que pasaban.

No puedo poner acentos porque en su lugar me sale otra letra que ahora quiero poner para mostrarla y no sale.

A Charo le encanta leer. Siempre se aprende con ella. Resulta que tuvo la oportunidad de ver y oir a Carmen Martin Gaite en Madrid en el Circulo de Bellas Artes. Habia poca gente, quiza porque ese dia habia futbol. Llego con su boina ladeada le dio la mano a todo el mundo y estuvo simpatiquisima. Al mes siguiente estaba muerta. A veces, la gente se despide bien de los amigos. Les deja buen sabor de boca. Dios cuida la salida de escena.

24 diciembre, 2006

NAVIDAD

“Nos visitará el sol que nace de lo alto, para guiar nuestros pasos por el camino de la Paz. (Lc 1, 78-79)


FELIZ NAVIDAD

Villancico

Hace tres días, a una niña rubia preciosa de siete años oí cantar este villancico:

San José va de camino / de camino hacia Belén
Va pendiente de la Virgen / pronto el Niño va a nacer
Déjame San José/ coger al Niño en mis brazos
y pasar horas y horas / dándole besos y abrazos
Que le ante y que le baile / que le diga Niño hermoso
Y que le de por regalo / entero mi corazón

Ayer le oí cantar el mismo a una morenita muy graciosa de tres años y medio. En las dos ocasiones, al mirarlas, me emocionó escuchar lo de “entero mi corazón”. Quien pudiera fijar en el tiempo esas palabras dichas con inocencia y piedad.

Esta noche es Noche Buena. Muchos cenaremos en familia, con la propia y con los que han venido a formar parte de ella. Necesitamos ser prudentes: “Ponle freno a nuestra lengua, para que reine la paz".

21 diciembre, 2006

Deprisa

Las Navidades se nos echan encima y el año se escapa también. Corremos un poco asustados. La iluminación de las calles, los regalos, el consumo sin tregua, las prisas ¿no es tratar de apabullar al miedo que, acompañando siempre la vida del hombre, se hace más patente en estos días? Echamos cuentas del año que se va y de quienes se han ido con él. “No tengáis miedo, abrid las puertas a Cristo”, fueron las primeras palabras con las que Juan Pablo II, se dirigió al mundo. Sabias palabras de un hombre que conocía al hombre y nos desveló ese conocimiento: “El misterio del hombre solo se esclarece a la luz del misterio del Verbo encarnado”. Es este Verbo encarnado el que contemplamos ahora en esa cueva de Belén hecha de troncos, tela de saco, corcho, cartón, papel de seda, musgo, y aquella caja grande del dvd que guardamos cuidadosamente en el altillo para poner el belén, cuando tocara hacerlo. Rezando frente al Belén, puesto en el cuarto de estar, en el corazón de la casa, aprendemos muchas cosas: que no necesitamos de tantas para vivir, que lo importante es el cariño que seamos capaces de dar, que se está bien acurrucados junto a las figuras de María, José y el Niño que nos hacen fácil la contemplación. Adquirimos allí la certeza de que lo que realmente importa está al alcance de todos, porque Dios se ha hecho Niño para no nos de vergüenza acercarnos a Él. Junto a la Sagrada Familia, que comparte con animales, su cobijo podemos alegrarnos pensando que felizmente todo no acaba aquí, que llegará un dia en que nuestra hambre y sed de justicia quedará satisfecha. Hasta que ese día llegue no podemos estar con los brazos cruzados.

18 diciembre, 2006

Macarena

Yo no sabía que el nombre de Macarena, equivalía a Esperanza, y a María de la O. Siempre me hizo gracia lo de María de la O. y no María de la I, o de cualquier otra letra. Luego supe, que ello se debe a que a partir de hoy, día 18, todos los días hasta el Nacimiento del Dios ( esa es la fe cristiana: Dios nace entre los hombres como uno más), las oraciones de la liturgia de la misa comienzan con un “Oh María¡…”. Es una forma de acompañarla en estos últimos días antes del parto

El caso es que hoy ya está puesto mi belén, que no es cualquier cosa eso de montar un belén, como su mismo nombre indica. Un belén precioso, todo sea dicho de paso. Con calor de hogar. Con una gruta grande, en la que cabemos todos, a tono con las esbeltas figuras de la Sagrada Familia que son réplica de un belén de Salcillo. Sobre la teja de barro, y los troncos cubiertos de líquenes, todos los colores del otoño. Por el camino avanzan reyes y pastores, éstos comprados en el Corte Inglés hace más de treinta años. Son mucho más pequeños, a escala, como debe ser. Van como pueden, cojeando, con el cántaro roto, sin brazo…Solo la Sagrada Familia, posterior y cuidadosamente protegida, ha cruzado el tiempo intacta. Un ángel en actitud de adoración que pertenece a ese grupo, era difícil de ubicar. Lo he puesto con Ella. Junto a la Virgen. Esta mañana, cuando rezaba frente al Belén, los misterios gozosos del rosario, se me ha ocurrido pensar: ¿Cómo será el Ángel Custodio de la Virgen María?


Una de mis nietas se llama Belén. Su madre se ha pasado la vida haciendo ingenuos y delicados christmas que no puede una mirar sin sonreír. Tengo una amiga, catedrática de Universidad que también se llama Belén. De ambas me acuerdo al rezar el tercer misterio gozoso del rosario: El Nacimiento del Niño Jesús en el portal de Belén

15 diciembre, 2006

Mondadori

Vale la pena leer el libro “La conversión” escrito al alimón por Leonardo Mondadori ( el gran editorialista italiano, que se convirtió al catolicismo hace diez años y quiere transmitir su gozo desde entonces) y Vittorio Messori (el periodista que se convirtió antes y que entrevistó a Juan Pablo II en el libro “Cruzando el umbral de la esperanza”)

Conocí, de refilón, la existencia de Mondadori, ya que no estoy metida ni en el gran mundo, al que el pertenece ni en el mundo editorial, leyendo este verano: “Con ojos nuevos” de Alexandra Borghese, del que hablé aquí entonces. En éste, ella también cuenta lo que le cambió la vida cuando volvió, comprometidamente, a practicar el catolicismo aprendido en las monjas y con su tata Stella, que le enseño a rezar. Fe que tuvo olvidado por muchos años. Alessandra, amiga de Leonardo Mondadori, lo cita en su libro.

Mondadori tiene a sus espaldas dos divorcios, el primer matrimonio, que le duró cinco años por la iglesia. Y tres hijos de los dos. Actualmente vive solo, ( antes no concebía vivir sin mujer. Dice que se considera casado con la primera y sería adulterio contra ésta si viviera con alguna otra. De esa alegría suya de ahora, resultado de su confesión general y de su vida coherente, cuenta el periodista:

“ ¿Qué te ha pasado? ¿te has hecho un “lifting” en la cara?”. Esta fue me dice, la pregunta que le hizo su primera mujer al verle un día. Solo una operación quirúrgica, pensaba su mujer, podía haber cambiado sus rasgos de tristeza de años anteriores. La solución del enigma estaba en la respuesta que le dio a Paola: “Sí, me he hecho un “lifting”, pero en el alma.”

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carta al periódico

La empresa

A veces coincido con ella en el autobús y aprovechamos para hablar un poco. Las mujeres lo hacemos con facilidad, cosa que constituye una buena terapia, más allá de si hace buen o mal tiempo, lo que por otra parte está a la vista de todos y no requiere, a mi entender, demasiada disquisición. En este caso me dijo: “ Mi hermana está esperando un niño, se lo ha planteado contando con las vacaciones, pues así con la baja de maternidad… porque claro, ella pertenece a la empresa.” Me quedé con su última frase y me dije: “¿Pertenece a la empresa?. Pues que triste. Yo creía que se pertenecía a Dios Padre y si una estaba casada, también al marido”y recordé con alegría aquella pregunta del catecismo: “¿Para que fin fue creado el hombre?” y su contestación: “El hombre fue creado para conocer, amar y servir a Dios en esta vida y después verle y gozarle en la otra”. No veo, por ninguna parte, a la Empresa en este asunto. A los dos días de esto, llevé a mi nieta de siete años, una rusa preciosa y viva, a la biblioteca a que cambiase los libros de “Astérix” y por el camino, fijándose en un letrero que decía “Escuela de empresa” me preguntó: “Abuela, ¿qué es la empresa?”. Eso digo yo: qué es la empresa. ¿Primero fue la empresa y luego fue el hombre, o fue al revés? En fin…Era Chesterton quien decía que los que no creen en Dios acaban creyendo en cualquier cosa.

carta al periódico

La empresa

A veces coincido con ella en el autobús y aprovechamos para hablar un poco. Las mujeres lo hacemos con facilidad, cosa que constituye una buena terapia, más allá de si hace buen o mal tiempo, lo que por otra parte está a la vista de todos y no requiere, a mi entender, demasiada disquisición. En este caso me dijo: “ Mi hermana está esperando un niño, se lo ha planteado contando con las vacaciones, pues así con la baja de maternidad… porque claro, ella pertenece a la empresa.” Me quedé con su última frase y me dije: “¿Pertenece a la empresa?. Pues que triste. Yo creía que se pertenecía a Dios Padre y si una estaba casada, también al marido”y recordé con alegría aquella pregunta del catecismo: “¿Para que fin fue creado el hombre?” y su contestación: “El hombre fue creado para conocer, amar y servir a Dios en esta vida y después verle y gozarle en la otra”. No veo, por ninguna parte, a la Empresa en este asunto. A los dos días de esto, llevé a mi nieta de siete años, una rusa preciosa y viva, a la biblioteca a que cambiase los libros de “Astérix” y por el camino, fijándose en un letrero que decía “Escuela de empresa” me preguntó: “Abuela, ¿qué es la empresa?”. Eso digo yo: qué es la empresa. ¿Primero fue la empresa y luego fue el hombre, o fue al revés? En fin…Era Chesterton quien decía que los que no creen en Dios acaban creyendo en cualquier cosa.

12 diciembre, 2006

Virgen de Guadalupe

Hoy, 12 de diciembre,me he despertado pensando en la festividad del día y sin saber porque me venía la canción, no de la Guadalupana, sino de la Virgen de Candelaria:

“ Virgen de Candelaria / la morenita, la mas morena
la que extiende su manto / sobre la arena, sobre la arena”

Nunca me olvido de que el 12 de diciembre murió Joaquín García Sanz , Arquitecto, cuya obra resiste bien el tiempo, padre de seis hijos y sobre todo hombre de bien. Murió cuando el varón empieza a ver envejecer a la novia, después esposa. “Estaría contigo bailando toda la vida”, le dijo a Concha, cuando ella estaba a la altura del cumplido. Murió de repente, tras superar con éxito una operación, por una equivocación en la forma de inyectarle la penicilina. Poco antes le había dicho a su mujer: “Concha, tú no tienes culpa de nada”.

Tampoco olvido que el 12 de diciembre de 1950 ( año santo), a los 51 años, murió D. Francisco Arnau Moles, sacerdote muy piadoso, dedicado plenamente a la labor de dirección espiritual, aficionado a las campanas y su recuperación y cuya casulla de misacantano, de seda plata y oro, bordada por su hermana Carmen, carmelita descalza, se guarda cuidadosamente en la Iglesia del Santísimo Cristo del Salvador, donde celebró su primera misa.

El 9 de diciembre de 1531 se le apareció la Virgen al indio Juan Diego. Pidió que en el lugar se le construyera un templo. Para que las autoridades eclesiásticas hicieran caso a Juan Diego le dio una prueba: un ramo de fragantes rosas recién florecidas, en pleno invierno. El indito las recogió en su tilma y al extender ésta delante del Arzobispo de México, apareció pintada en la tilma de Juan Diego la imagen de la Virgen que se venera en la Villa.

09 diciembre, 2006

Acabó la novena

Ayer acabó la novena de la Inmaculada, a la que he asistido fielmente. La predicaba un buen sacerdote sevillano y con tablas que nos hizo pensar y reír y pasar y al cabo un buen rato. Llena hasta rebosar la gran nave de San Andrés, amparados todos bajo una hermosa imagen, de la Virgen adelantada hacia los fieles en el presbiterio. En Valencia se predican solemnemente cuatro novenas a la Inmaculada: la de los Abogados en el Patriarca, y tres predicadas por sacerdotes del Opus Dei: la de las mozas en San Andrés, la de los mozos en San Juan del Hospital y la de las familias en San Juan y San Vicente, (aunque, lógicamente, cada cual va a la que quiere).En San Andrés no faltaron ni cantos a la Virgen ni la salve rociera, con sus “olé, olé, olé olé olé” vibrantes y sonoros. De toda esa gratificante predicación, algo quiero contar, como en pespunte:

D. Samuel Valero, sacerdote del Opus Dei que ha pasado muchos años en Perú, teniendo a su cargo doce parroquias a tres mil metros de altura a las que había que trasladarse en burro por senderos estrechos bordeados por precipicios andinos, se encontró con una indita de unos siete años con un niño pequeño cargado a la espalda. D.Samuel: “Pero ¿Cómo vas con ese peso?” Indita: “Padrecito no es un peso, es mi hermano”.

Quizá el juicio al que nos enfrentemos cada uno al final de nuestra vida, consista en que Dios nos enseñe una fotografía de nuestra primera comunión y nos pregunte: “¿Qué fue de ese niño?”

Dijo León Bloy: “El día más triste para un cristiano es aquel en el que uno se dice así mismo: yo no seré santo, me quedo en mediocre”

Narciso Yepes, recordando su conversión, súbita e inesperada, un 18 de mayo mirando al Sena, contaba: “Dios no contaba entonces para nada en mi existencia, pero luego pude saber que yo siempre había contado para Él”.


Más cosas contaría.

07 diciembre, 2006

6 de diciembre

El 6 de diciembre celebramos los 28 años de la constitución de “La Constitución”. Era el año 78. El mismo en que en agosto mi hijo Juan, de diez años, cantaba a voz en grito en la cocina de Albarracín : “Aquel mundial..”,. mientras secaba los cubiertos de la cena. Eran los Mundiales de fútbol en Argentina. y allí estaba entonces su corazón.
El 26 de ese mes murió Juan Pablo I el Papa de la sonrisa, el Papa al que el Señor pronto relevó de su cargo dejando en su lugar ese arrebatador y entrañable ciclón que fue Juan Pablo II. Fue esa verano de Albarracín cuando conocí a Pepa, las dos bajábamos con nuestros niños al río. Pepa no vivía con su marido pero ni él ni ella contrajeron nuevo vínculo y ella siempre le cuidó cuando fue necesario. Me la encontré hace dos días en el autobús y me dijo con los ojos arrasados: “Ha muerto Joaquín. Ha sido un valiente en su resistencia al dolor.” Le aconsejé que rezara por él y me contestó: “Siempre lo he hecho. A diario”. Eres grande Pepa, le dije.

El 6 de diciembre, por otra parte es la festividad de San Nicolás de Bari. Patrono de los asuntos económicos y de las muchachas incasables… “San Nicolás, danos más”,decía mi amiga Estrella, que vive austeramente, pero necesita medios para remediar tanto desamparo. Sin quitar importancia a un código de relación entre todos los españoles quiero apuntar que Constituciones hay ya unas cuantas en nuestra historia pero San Nicolás de Bari solo hay uno. Donde esté una vida…

El 6 de diciembre por la noche, no recuerdo el año, murió mi tío Fernando, un hombre de bien que de anciano, empalmaba las misas en El Pilar de Zaragoza. Mucho podría contar de tan buen sujeto, pero lo dejaré aquí y por una vez no me iré por los cerros de Úbeda.

05 diciembre, 2006

Iconos

A punto he estado de titular estas líneas “guiños”. Porque pudiera ser que mirándolos con fe, nos lo hiciera Dios. Me explicaré:
Creo que ya he contado, a lo que de veras “nos toca” volvemos con el pensamiento muchas veces, que la primera imagen de la Virgen a la que recé, fue una escultura de la Inmaculada de buen tamaño, que mi abuela Pilar regaló a mis padres para mi Primera Comunión. A ella acudí con la mirada muchas veces en busca de ayuda. Ella está ligada a mi vida de niña y a la ilusión de mi noviazgo.

Lo que nunca he contado, y quizá esté bien que lo haga, que mi marido dejó de vivir en casa hace muchos años. El dolor que esa situación produce, para quien la familia no es algo baladí, solo pasándolo se entiende. Por aquel entonces acostumbraba a ir a rezar a un sagrario cercano a mi casa, donde he pasado muchas horas, más que acompañando al Señor, acompañándome Él a mí. Un día descubrí, no sin ilusión, que en el cuadro de la Virgen que estaba sobre el sagrario, el Niño Jesús que Ella tenía en brazos estaba apretujando una gran rosa roja. Yo me llamó Rosa. Me vi en buenas manos.

Por la fiesta de la Inmaculada del año pasado mi hijo el mayor se fue a Roma y me trajo un calendario en el que cada mes tenía un cuadro de la Virgen de un pintor famoso. Pues bien, el mes de noviembre, mes de mi aniversario de boda, la lámina de la Virgen del calendario, que está al lado de mi ordenador, era la misma que como tabla envejecida, estuvo desde el principio en el cuarto de estar de mi casa de recién casada. Es una Anunciación de Fra Angélico. La Virgen lleva una túnica rosa y una capa azul y el ángel no sale. Como mi tabla, igualita. ¿Si esto no es un “guiño”?

03 diciembre, 2006

La llamada

Ayer tuve lo que Virginia llamaría “un día azul”. Suelo tenerlos en los aniversarios de personas que me han querido y están ya en el cielo. En esas ocasiones se palpa la belleza del día sin tener que consolarse con aquella cantinela que rezaba: “Todos los días son santos y buenos estando en gracia de Dios” que se decía antes de empezar la misa y continuaba: “el pecado mortal se perdona con el sacramento de la Penitencia, por los veniales digamos la Confesión general…”.

Ayer era el santo de mí tía Elisa. Por la mañana vino Maida a ayudarme y se llevó, Dios la bendiga, multitud de trastos que no puedo meter en mi cocina nueva, porque lo que he ganado en belleza, lo he perdido en capacidad. Liberarse de cosas produce alegría. Que alguien las aproveche, más. Aunque me ha costado desprenderme de multitud de sartenes de hierro que tienen sesenta años por lo menos porque no solo he guisado yo con ellas sino que no he visto otras en casa de mi madre.

A las doce he acudido a Guadalaviar, el colegio de mis nietas, a ver a Belén, de tres años, subida al escenario vestida de angelito cantando villancicos. Allí, me abordó Fernando, hombre de cuarenta años, (para todos pasa el tiempo), de gran clase humana, amigo de mi hijo mayor, cuando ambos eran niños, que estaba allí para ver a su hija Marta, también de tres años vestida de angelito. Hablamos de éste y me preguntó por “Conguito”, mi segundo hijo al que llamábamos así por su piel morena. El oír ese nombre que ya casi tenía olvidado me hizo evocar y sonreír.

Al volver a casa ví en el quiosco “Las Provincias” y comprobé que me habían sacado la carta que sobre el abuso en practicar cesáreas, había mandado al periódico el día anterior.

Después de comer me tumbé en el sofá y me quedé dormida. Lo hice tan profundamente que al despertar a las seis de la tarde y ver el cielo oscuro, pensé que eran las seis de la mañana del día siguiente. Me quedé aterrada de ver el día tan largo que me esperaba. “Desayuné” y lamentando haber perdido una tarde de vida y la asistencia a la Novena me dispuse buenamente a encarar el día. A las siete y cuarto me llama mi amiga Rosa por teléfono: “Me ha gustado mucho tu carta al periódico”. Rosa: son las siete y cuarto de la mañana…”. “Son las siete y cuarto de la tarde”. Le agradecí profundamente la llamada. Nunca eastamos solos del todo. Arreglándome deprisa podía ir aún a la Novena. Había ganado una tarde y me esperaba un domingo normal.

01 diciembre, 2006

Fe y Alegría

Que la fe católica es necesaria para la alegría del hombre es cosa sabida para quienes tenemos la suerte de tenerla. Recientemente he tenido carta de una monja teresiana de treinta años que me contaba que uno de los teresianos en Venezuela se llama así: “Fe y Alegría”. Conozco a una hermosa moza que se llama Fe y se ha casado con el Señor Alegre. Tras estas pequeñas cosas, transcribo lo que sobre lo que de este tema dijo el cardenal Ratzinger cuando, en la larga entrevista con Peter Seewald que dio origen al libro “La sal de la tierra”, éste le preguntó: “¿Cómo es posible encontrar alegría en la fe?”

“ La fe esuna fuente de alegría. Cuando Dios falta, el mundo se queda en tinieblas, todo resulta aburrido y nada satisface. En la actualidad se comprueba fácilmente que el mundo sin Dios se vacía cada vez más, y más necesidad tiene de consumismo, y se convierte en un mundo sin alegría. El máximo gozo se da siempre que hay un gran amor, y en eso consiste exactamente la afirmación esencial de la fe: somos amados por Dios de modo absoluto. El es un amante fiel. También por eso el cristianismo tuvo su primera difusión sobre todo entre los débiles y los enfermos”.

“Claro está que también se podría dar de esto una interpretación marxista, y decir que son solo palabras de consuelo y de revolución; pero no veo justificado que nos preocupen ahora esos eslogans ya superados. El cristianismo ha logrado crear éntre señores y esclavos una relación totalmente nueva; de tal modo que Pablo pudo escribir ya a un amo: “ no castigues a tu esclavo porque ahora es tu hermano”.

“Así que podemos decir que la alegría es el elemento constitutivo del cristianismo. Alegría no en el sentido de diversión superficial, que puede ocultar en su fondo la desesperación. Sabemos bien que el alboroto es, a menudo una máscara de la desesperación. Me refiero a la alegría propiamente dicha, que es compatible con las dificultades de nuestra existencia y contribuye a hacerla más fácil. En el evangelio, la historia de Jesucristo empieza con las palabras que el ángel dirigió a María, en forma de saludo: “¡Alégrate¡”. Y en la noche de su Nacimiento, los ángeles también repetían: “os anunciamos una gran alegría”. Y el propio Jesús viene a decirnos que viene a traernos una buena nueva, es decir, que el reiterado núcleo del mensaje es siempre éste: Vengo a anunciaros una gran alegría, Dios está aquí, os ama, y esto es para siempre.”

Alegre es para mí compartir con muchos lo que no se marchita.