30 noviembre, 2006

Se va noviembre

Con la festividad de San Andrés se va noviembre, mes de recuerdos. Y esta tarde, Dios mediante, estaremos un grupo de mujeres del barrio en la iglesia de San Juan y San Vicente donde se celebra con toda solemnidad la Novena de la Inmaculada, que empieza hoy. Nos colocamos, según vamos llegando, en el crucero de la izquierda junto al altar de la Virgen del Carmen, patrona de navegantes y de las almas del Purgatorio, y tengo la esperanza de que cuando allá también vayamos llegando escalonadamente, Ella tenga en cuenta estos atardeceres pasados en su compañía y que iluminan todo el día. Porque la verdad es que salimos de la novena alegres y contentas y casi revoltosas como cuando de niñas la hacíamos en nuestros respectivos colegios de monjas.


Mi madre me contaba que en Alcañiz, cuando ella era moza, por la novena de la Inmaculada venían de Zaragoza los estudiantes que empezaban entonces sus vacaciones navideñas, según aquello que rezaba: “ Si las costumbres son leyes / y las leyes respetamos / de vacaciones nos vamos / hasta después de los Reyes”. Tiempos holgados y felices de “La Casa de la Troya”. Y ellas, las mozas, después de haber arreglado con flores de papel de seda, el altar de la Inmaculada de la Colegiata de Santa María, estrenaban abrigo y se paseaban rumbosas por la calle de Alejandre después de la novena, a ver que “se pescaba”.Mi madre no pescó nada en la calle de Alejandre, sería en Molinos donde se hizo con el Médico del pueblo.

23 noviembre, 2006

Del otro lado

Esta mañana pensaba que será grato encontrar, al cruzar esa débil frontera que nos separa del más allá, a gente como Carmen Martín Gaite, Chesterton, Unamuno… será un gozo supletorio. Lo pensaba porque estoy nuevamente leyendo a Chesterton: “Correr tras el propio sombrero ( y otros ensayos)” que ha publicado no hace mucho “Acantilado” y me ha conmovido una vez más. A Chesterton hay que volver, como se vuelve una y otra vez a la infancia. Que gran hombre es este hombre y que gran trabajo el suyo. Derrochó coraje al enfrentar la propia vida, fue en el buen sentido de la palabra, bueno. No en balde cuando murió, el rector de los Dominicos que fue a verlo besó su estilográfica que estaba sobre la mesilla.

Pequeñas citas suyas, sobre la locura, para pensarlas un poco:

“El loco no es alguien que ha perdido la razón. El loco es alguien que ha perdido todo menos la razón.”

“ Si uno discute con un loco, es extremadamente probable que salga mal parado, porque la imaginación de este se mueve más deprisa ya que no está limitada por el buen sentido. No la entorpecen el sentido del humor, ni la claridad, ni las ramplonas seguridades de la experiencia. Es más lógico en cuanto que ha perdido determinados afectos sensatos”.

Seguiremos, si Dios quiere.

22 noviembre, 2006

Violetinas

Cuando de niñas nos llevaban mis padres a la Farmacia de la tía Pilarín, en lo mejor de Zaragoza, ésta nunca nos daba una peseta, como mucho nos decía a mi hermana y a mí : “podéis coger si queréis un paquete de violetinas”, otras veces nos daba una caja de pastillas Juanola o alguna muñeca recortable de propaganda. Eso era todo. Mi madre, cuñada al fin, a veces resaltaba que con el dinero tenía…

Estaba visto que la tía Pilarín no quería que sus sobrinos la quisieran por su dinero. Como tampoco se casó con el guapo práctico que tenía en la Farmacia cuando era joven y del que estuvo muy enamorada. Mi padre le decía a mi madre: “Pilarín no caerá, es inteligente y tiene mucho amor propio. Sabe que a él lo único que le interesa es la Farmacia”. El caso es que ella aguantó digna y valientemente su soltería aunque es seguro que no le faltaron otras posibilidades. Cuando estuve en edad de recibir confidencias me dijo un día: “ ¿Para qué me iba a casar? ¿ Para estar toda la vida arrastrando hijos y pañales como mi madre?” Ésta había tenido doce hijos y casada con militar había recorrido, con la casa a cuestas, mucha geografía hispana.

Pilarín, ya de anciana, murió en el 2002, el día de San José. Como es sabido, San José es además de patrono de la buena muerte, patrono de vírgenes. Sonreí al caer en la cuenta. Al morir ha dejado a cada uno de sus muchos sobrinos, unas pesetillas. Dios la bendiga. Gracias a ella me he cambiado la cocina.

20 noviembre, 2006

Mi padre

Cuando llega el 18 de noviembre, ese mes que mira a la eternidad y en el cual me casé, me acuerdo especialmente de mi padre que murió ese día en el año 57. Supongo que así tiene que ser.

Benedicto XVI, cuando era cardenal iba todos los años a su tierra bávara a visitar las tumbas de sus padres y hermana. Al entierro de su hermana María, su ama de llaves desde siempre, que le gustaba llevar delantales y tener la casa agradable acudieron la mayor cantidad vista de cardenales y arzobispos. Lo cuenta Peter Seewald en “Una mirada cercana” así como que María, con su sencillez habitual mantuvo al Cardenal Ratzinger con “los pies en tierra” y ayudó a éste a defender la fe de las personas sencillas, contra las pretensiones e los intelectuales. Dato este que me resutó grato saber.

Benedicto XVI hablando de su padre dice que era reflexivo, honrado, voluntarioso y libre y de una religiosidad profunda que lo marcó en la vida. Y que con los años llegó a quererlo más que a su madre. A mi también me marcó la honradez y la religiosidad del mío. A pelo viene el Salmo que dice:

“Señor Tu has sido nuestro refugio de generación en generación.”

Mi `padre quiso tener hijos varones. Dios no se los dio. Pero murió el día de la Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo. Pedro y Pablo
iban a ser los nombres de dos de sus nietos. Logicamente al elegirlos no se pensó en ello, simplemente resultó y caer en la cuenta, alegra.

Infancia de los Papas

De Beppino Sarto el futuro Pío X se dice que en el pueblo no había cerezo seguro con él. Eugenio Pacelli, el futuro Pío XII echó una vez siete sapos en la cama de una muchacha y Angelo Roncalli, el tan querido Juan XIII, cuando se peleaba con sus compañeros acólitos, echaba mano del incensario. Pablo VI, recuerda a Ratzinger: un pícaro no lo fue nunca, decía: “Desde mi primera infancia fui siempre muy creyente, muy atento y muy cuidadoso en mis deberes religiosos ya fuera en casa oen la escuela. De hecho rezaba oraciones durante los juegos o un viaje; e incluso me imponía sacrificios a mí mismo.”

Pregunta ya tópica a todos pol Papas recientes, en este caso a Benedicto XVI:

Pregunta: “¿Pero sigue anteniendo que las mujeres no pueden ser sacerdotes?”
Ratzinger: “Los doce con los que celebró la última cena eran hombres. Pero si se entiende correctamente la función de servicio en la Iglesia, se distribuirán correctamente los papels. Y la respuesta es que María está por encima de Pedro”



La madre del Papa era hija de un molinero, la mayor de ocho hijos. Tuvo una infancia llena de privaciones. En la esquela de su padre se decía:

“esposa, hijos, ¡no lloréis¡
Ya he dejado de sufrir..
¡Adiós¡ en la Resurrección
nos volveremos a ver.”

Ratzinger: “Es una providencia especial que la Iglesia, en el siglo del progreso y de la fe en la ciencia, se vea especialmente retratada en personas muy sencillas, en Bernardette de Lourdes o también en ese hermano Honrad (tornero) a quien las corrientes de los tiempos apenas parecen afectar”

(De "Una mirada cercana") de Peter Seewald
Libro que vale la pena leer

17 noviembre, 2006

Don Pedro Muñoz Seca

“Todos iguales para mí seréis/ trece, catorce, quince y dieciséis”

Si este verso o cualquier otro de esa obra genial que es “La venganza de Don Mendo” me rebaila en la cabeza, se me alegra el corazón y vuelvo ver a Don Mendo Salazar y Bernardez de Montiel, encarnado por la inolvidable interpretación de Fernando Fernan Gómez. Qué gran cosa es hacer reír. Gran deuda de gratitud tenemos los hispanos con Don Pedro Muñoz Seca. Murió en la masacre de Paracuellos del Jarama, lo que demuestra que en este mundo no hay justicia.

A mi padre le gustaba recitar largos parrafazos de “La venganza de Don Mendo”, que se sabía prácticamente de memoria, y a mi me gusta recordarlo. La obra es no solo divertida, sino un prodigio de dominio de
Lenguaje. Algo que habría que estudiar en clase de lengua, para aprender a hacer, como Don Pedro, malabares con ella:

“Porque cerca de la cerca /que pone fin a la alberca
de los prados de Albornoz / se oyó de pronto una voz /
una voz, que insistió terca.”

Recientemente he leído que los del Frente Popular nunca perdonaron al autor de “La venganza de Don Mendo su ingeniosa crítica de la Républica:

“Yo soy un hombre sencillo / al que no gusta el morado
al lado del amarillo / encima del colorado”.

14 noviembre, 2006

"Conocer la Biblia"

“Conocer la Biblia” es un libro escrito por D. Josemaría Monforte, sacerdote del Opus Dei, licenciado en Ciencias Físicas por la universidad Complutense, y Doctor en Sagrada Teología por la Universidad de Navarra, al que he oído predicar más de una vez. Leer algo de alguién a quien has oído hablar, tiene un cierto encanto en este caso necesario porque es el manual de un científico que traduce hebreo pero siempre es posible entresacar algo con “chispa” y a ello voy:

“La verdad de la Biblia no es una verdad científica ni histórica sino una verdad salvífica, ordenada a la salvación. Desde esta perspectiva religiosa del plan salvífico de Dios todo en la Biblia es verdadero. (..) Esta comprensión de la verdad bíblica no es tan novedosa como pueda parecer a simple vista; se encuentra en los escritos de los grandes pensadores cristianos. Ya san Agustín escribió: “ No leemos en el evangelio que el Señor haya dicho: “Os envío al Paráclito que os enseñará el curso del sol y de la luna”. Cristo quería hacer cristianos no matemáticos”. Santo Tomás repite la misma idea: solo lo útil a la salvación puede ser objeto de profecía ( inspiración) las otras cosas no.

"La sal de la tierra"

He disfrutado mucho la lectura de “Una mirada cercana”, el libro que sobre Benedicto XVI ha escrito Peter Seewald, después del éxito de otros dos libros suyos: “La sal de la tierra” y “Dios y el mundo”. Ambos fruto de largas entrevistas, con el entonces Cardenal Ratzinger. Del primero de ellos trae aquel, una anécdota simpática:

Después de hablar de la presentación del libro en Munich, a la que asistió el Cardenal Ratzinger, cuenta Peter Seewald: “ ..yo ya sabía que el Papa no solo había leído el libro, sino que auténticamente lo había devorado. Pero yo no podía ser quien revelara esa “información privilegiada”. Por eso pedí a un compañero que preguntara al Cardenal si Juan Pablo II ya conocía “La sal de la tierra”. Al día siguiente, en la sección local de “Süddeutsche Zeitung” se decía: “A propósito del Papa :Juan Pablo II ha leído el libro en el hospital; cuando su secretario lo quiso leer también le repuso el Papa que se comprara uno. Así lo relató Ratzinger; y hay que reconocer que uno no puede elogiar de modo más elegante su propio libro”.

11 noviembre, 2006

Sobre adopciones

Alguna vez he contado que tengo dos nietos adoptivos rusos, llegaron como el Niño Jesús, en diciembre del 2002 y nunca olvidaré la primera vez que la niña, una rubia preciosa de tres años, en una reunión familiar navideña, después de rodear jugueteando la mesa cuadrada de la tertulia, eligió libremente mi regazo para venir a acurrucarse en él. Ella era un regalo de Dios y también una responsabilidad y como tal la sentí. Marta, que así se llama, ha aprendido a rezar a su ángel de la guarda para que su madre encuentre aparcamiento, hace mucho que conoce las oraciones del cristiano, y quiere a la Virgen María que es su madre del cielo. Sabe que el Señor está en el sagrario y que su hermano Alejandro lo recibirá este año. “Abuela, antes de comulgar me tendré que confesar aunque no me guste” me decía ayer sonriendo cuando me acompañaba, a San Juan del Hospital a que lo hiciera yo, Le tranquilicé : “a nadie nos gusta pero luego se queda uno muy contento. Mis nietos han tenido después una hermanita y están esperando otra. Dios ha premiado la generosidad de sus padres adoptivos con dos hijos biológicos. Por la noche ví el programa “Hijos del corazón”. No me convenció, es un programa parcial. No es fácil que a quienes hemos conocido el calor y la seguridad que, de niños, proporciona una familia cristiana nos den gato por liebre. Hace ya mucho tiempo que están tratando de cambiarnos los parámetros, por eso los que por edad somos sabios tenemos que escribir.Es algo muy grande la familia para que traten de cambiarnosla.

09 noviembre, 2006

Conspiración de silencio

He mandado esta carta al "Levante"

Isabel, que es profesora de secundaria por oposición y con toda una vida de docencia, se queja muchas veces de las lesiones continuas a la dignidad del profesor y de la desprotección en que éste se encuentra ante alumnos, padres de éstos y el propio claustro. Hay- me decía - como una conspiración de silencio sobre ese tema. A ningún Director de Centro le interesa reconocer que en él hay problemas. Y continuaba: “Si no eres de la “camarilla” en que si se protegen unos a otros, no tienes nada que hacer. Nunca abrirán expediente al alumno que te ha llamado “puta”. La escuchaba atenta y siguió: “este año estoy encantada porque he conseguido dar clase a adultos”. Casi no se lo cree. Poder explicar a Sócrates y disfrutar con ello. “Hay que salir de las clases de secundaria de vez en cuando para recuperar la propia dignidad. Han conseguido cargarse la enseñanza, hace años que estamos así, convirtiendo ésta guardería. Hay que aguantarlos hasta los dieciséis años. Los alumnos lo saben y te lo dicen. No les interesa aprender. Con tres suspensos pueden pasar de curso y como no pueden repetir más de una vez por edad, los tienes los tienes que aprobar.” Hasta aquí sus palabras. No dejemos que sean así las cosas. Que ponga remedio quien pueda, para que ser profesor de secundaria no equivalga o a una resistencia ilimitada ante faltas de respeto que llegan hasta la vejación o a la amargura que produce tener que ganarse el pan tan duramente.
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07 noviembre, 2006

El bolso

He mandado al periódico esta carta:

Estando sentada en una terraza, frente al Mercado Central en la calle de María Cristina, me quitaron el bolso. Nada nuevo y sin embargo, cuánto trastorno. Toda la casa iba en el bolso: buen billetero de piel , regalo de una de mis hijas - el mismo bolso era regalo de otra - ,carne de identidad, carne de la EMT, tarjetas de crédito, agenda con la propia vida, teléfonos y direcciones, rosario entrañable `por las muchas veces de haber pasado sus cuentas y también por quien me lo regaló, un cepillo de pelo, un lápiz de labios nuevo, treinta euros…Gracias a Dios, el móvil ese día me lo había dejado en casa y las gafas las llevaba puestas porque por estar inmersa en la lectura, me quitaron el bolso. Lo había dejado pegado a mis pies, costumbre ésta arraigada, que tengo que desarraigar, ¿quién va a maniobrar ahí? me había dicho siempre. En este caso hicieron. Pensando después en el hurto – la diferencia entre hurto y robo, es que el hurto no lo cubre ningún seguro – recordé aquello de que “los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz”, pero recordé también que “la necesidad aguza el ingenio”. Y El caso es que había por allí policías pero, como dice alguien que conozco: “van a lo que van”: a freir a multas a los vecinos del barrio del Carmen a los que ni se les construye aparcamientos ni se les dejan aparcar en ningún sitio. En fin…

06 noviembre, 2006

Cataratas

“No te operes las cataratas,José". Aconsejaba Amparo a su marido y me explicaba el consejo: “Me ve como una hada ¿sabes?, como entre nubes”. José y Amparo eran, cuando esto me contaba ella, un feliz matrimonio de la tercera edad. Ella mujer, animosa, simpática y de carácter y para decirlo todo, fea. Dicho sea en honor a la verdad, en este caso subjetiva, porque si soy amiga de Amparo más amiga soy de la verdad, como diría Platón, y habría que tener mucha imaginación para ver que sus rasgos, habían sido alguna vez armoniosos. Pero nunca se sabe. Tampoco hubiera imaginado nunca que mi abuela Pilar, madre de doce hijos, hubiera sido una mujer guapa, y a ella le gustaba repetir, si venía a cuento, que el abuelo Matías fue un hombre de suerte porque se casó con una mujer “joven, guapa y rica”. Y también repetía aquello de que “la tuvo, retuvo y guardo para la vejez”. Lo que la abuela Pilar retuvo en su vejez, Dios sea loado, no fue su bellaza, si la hubo, sino su patrimonio. En su casa podía comerse de modo lamentable pero no se vendía una finca. Los hijos heredaron.

El caso es que ahora la que tiene cataratas soy yo. Suave de momento, pero el paisaje va perdiendo hondura. Mientras quede vista para leer, ver rostros cercanos y disfrutar celajes… Las cataratas se operan, lo sé. Pero a veces más vale malo conocido… Mi amiga Maribel también tiene cataratas en sus grandes y hermosos ojos azules. Quedamos en pedir al Señor cada una por la vista de la otra. Yo a veces lo hago así: “Santa Lucía, la vista de Maribel y la mía”. Veremos. Eso espero.

01 noviembre, 2006

Dia de Todos los Santos

“A toda la tierra alcanza Su pregón
y hasta los límites del orbe Su lenguaje”

Así y todo, algunos no se enteran. Los santos de todas las épocas “tienen ojos y ven, tienen oídos y oyen”. Es un día tan bonito, hay tanto bueno que decir que es un verdadero lío el decidir que contar. Pero vamos a ello: Misa de 11 en San Alberto Magno. Nos ha hablado de santidad un cura que sabe del tema, tiene además cara de ángel, de ángel serio y reflexivo. Todos estamos llamados a la santidad. Bernardo de Claraval nos aconseja: “ No seamos perezosos en imitar, a quienes nos alegramos de celebrar”. Teresa de Calcuta, cuando alguien le dijo “¿Qué se siente cuando la gente le dice en vida que es una santa? ”, contestó: “Para un hijo de Dios, la santidad no es un lujo, es una necesidad”.

Asun y yo a la salida hemos ido a ver a Aurora que está muy mal, superando, si lo consigue, un cáncer de cabeza. Hemos podido ver a una santa, de esas que no serán canonizadas. Me ha emocionado verla, y oirla cantar, en gallego y con poquita voz.
canciones de su tierra. Nos conocía y nos ha hablado de una fiesta que va a montar cuando esté bien. “Todo eso se lo inventa”, nos ha dicho al salir del cuarto la que la cuida. Pues menos mal que se lo inventa, digo yo. Jesucristo es un poeta, no es extraño que quienes le han seguido desde su juventud, como es el caso de Aurora, tengan algún chispazo de creativo que endulce la realidad. Aurora, aunque hablara de empanadillas y de bebida que tendrá que comprar, en realidad está hablando de la fiesta del cielo.

Por la tarde en casa de Juan, con Marta, Pablo y los niños. Desde los balcones la puerta gótica de la catedral, el cimborrio, la Plaza de La Virgen, fuertemente iluminada por farolas. Dentro unas luces muy bien puestas, techos altos, pocos muebles, el gran óleo del bisabuelo con su marco dorado y Juan metiendo por turno a cada niño en una maleta
y dándoles una vuelta por la casa, cosa que les encanta. Antes había ido a rezar al convento de la Puridad y había oído cantar a las monjas…Un día estupendo que agradecer. Mi amiga Santina, cuyo santo era hoy, y está ya en la casa del Padre no es ajena, me consta a mi alegría de hoy.

“Los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre”