20 noviembre, 2006

Infancia de los Papas

De Beppino Sarto el futuro Pío X se dice que en el pueblo no había cerezo seguro con él. Eugenio Pacelli, el futuro Pío XII echó una vez siete sapos en la cama de una muchacha y Angelo Roncalli, el tan querido Juan XIII, cuando se peleaba con sus compañeros acólitos, echaba mano del incensario. Pablo VI, recuerda a Ratzinger: un pícaro no lo fue nunca, decía: “Desde mi primera infancia fui siempre muy creyente, muy atento y muy cuidadoso en mis deberes religiosos ya fuera en casa oen la escuela. De hecho rezaba oraciones durante los juegos o un viaje; e incluso me imponía sacrificios a mí mismo.”

Pregunta ya tópica a todos pol Papas recientes, en este caso a Benedicto XVI:

Pregunta: “¿Pero sigue anteniendo que las mujeres no pueden ser sacerdotes?”
Ratzinger: “Los doce con los que celebró la última cena eran hombres. Pero si se entiende correctamente la función de servicio en la Iglesia, se distribuirán correctamente los papels. Y la respuesta es que María está por encima de Pedro”



La madre del Papa era hija de un molinero, la mayor de ocho hijos. Tuvo una infancia llena de privaciones. En la esquela de su padre se decía:

“esposa, hijos, ¡no lloréis¡
Ya he dejado de sufrir..
¡Adiós¡ en la Resurrección
nos volveremos a ver.”

Ratzinger: “Es una providencia especial que la Iglesia, en el siglo del progreso y de la fe en la ciencia, se vea especialmente retratada en personas muy sencillas, en Bernardette de Lourdes o también en ese hermano Honrad (tornero) a quien las corrientes de los tiempos apenas parecen afectar”

(De "Una mirada cercana") de Peter Seewald
Libro que vale la pena leer