Nuestros pobres corazones
Me ha gustado la expresión: “nuestros pobres corazones”, que San Josemaría empleó el 26 de octubre de 1952 cuando hizo la consagración del Opus Dei y de todos sus miembros al Sagrado Corazón de Jesús. pique”. Sí, a poco que uno se conozca se da cuenta que su corazón es, “un pobre corazón”: resentimiento, envidia, soberbia, pereza, sensualidad, cobardía.. Pero entonces “¿Quién puede salvarse?” le preguntan los discípulos al Señor cuando Él les advierte de lo díficil que le será a un rico entrar en el reino de los cielos. Y les contesta: “para los hombres es imposible, pero no para Dios. Dios lo puede todo”. Así pues, ánimo: “Sursum corda” (¡Arriba los corazones¡). He aquí porque nos confesamos: para purificar nuestro corazón.Por eso hacemos el examén de conciencia. Y por eso decimos: ¡Dios nos coja confesados¡ por lo que es iunsensato dejarlo para última hora en la que no sabemos si estaremos conscientes o no. “Especialmente te consagramos – rezaba la fórmula - nuestros pobres corazones, para que no tengamos otra libertad que la de amarte a Ti, Señor” Según cuenta Vazquez de Prada para subir al oratorio para hacer la consagración “ desde la planta baja de la Villa era preciso lanzarse al asalto. Y al salto se lanzó don Josemaría como valeroso guerrero. Cuando escribe a los de Madrid días más tarde, todavía se le nota claramente satisfecho de la azaña:trepar por tres escaleras hasta alcanzar el oratorio y hacer allí la consagración: “Contento: hice la consagración, subiendo por tres escaleras de mano – ¡una detrás de otra¡ - para llegar al oratorio. ¡Vendrá la paz en todos los terrenos¡ Estoy seguro.”. En 1952, San Josemaría tenía 50 años. La edad en que murió mi padre.
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