04 noviembre, 2013

Del Papa Francisco

EL PELDAÑO DE LA RIQUEZA CONDUCE A LA VANIDAD PRIMERO Y A CONTINUACIÓN AL ORGULLO Hay algo “en la actitud de amor hacia el dinero que nos aleja de Dios”. ES más, “la codicia del dinero, de hecho es la raíz de todos los males”, aseguró el Papa en la homilíua de la misa matutina en Santa Marta. “El dinero también enferma el pensamiento y la fe y la hace ir por otro camino. Esas palabras ociosas, discusiones inútiles…Y va más adelante..Esto da lugar a las envidias, las poeleas, las calumnias, las malas sospechas, los hombres corruptos en la mente, y privados de la verdad que consideran la religión como fuente de ingresos. “¡ El dinero corrompe¡ No hay salida”, aseveró el santo Padre LA ESCALERA PERVERSA “No se puede servir a Dios y al dinero”, dijo citando el Evangelio, y reiteró “O uno, u otro¡ Y esto no es comunismo, ¿eh? ¡Esto es Evangelio puro¡ ¡Estas son palabras de Jesús¡” El dinero, decía, te ofrece un cierto bienestar al inicio pero después te sientes algo importante y llega la vanidad. “Y de la vanidad se va a la soberbia, al orgullo. Hay tres peldaños: la riqueza, la vanidad y el orgullo” indicó el Papa Francisco. También recordó el Papa Francisco que el demonio toma siempre este camino de tentaciones:”la riqueza para sentirse suficiente; la vanidad para sentirse importante; y el final el orgullo, la soberbia; ese es precisamente su lenguaje, la soberbia”. (20- 9 ) ( la Voz del Papa, Octubre 2013)