10 marzo, 2016

Hablemos de libros

Si fuera hada madrina y con la varita mágica pudiera, al nacer los niños, repartir dones,. golpearía suavemente la frente de cada uno mientras decía: “Que lea, que los libros acompañen su vida”. Éstos se encargaran, si el niño es bueno, a irle enseñando a escoger los mejores y el final de su vida, ésta será más dulce si su buena vista le permite seguir leyendo, si ha sido capaz conservar el niño que fue. “ El nombre de Dios es Misericordia”. (Planeta) es un libro alucinante, de los que duermen en casa porque si no peligran, de los que se recomiendan, de los que alegran la vida porque nos hace mejores. En él, Francisco habla con sencillez y amenidad con Andrea Tornielli, en su habitación de Santa Marta sobre el papel que la misericordia de Dios, ha jugado en su vida y en su experiencia como pastor. “El mundo de ayer” ( Memorias d un europeo) con de Stefan Zweig (Acantilado), lo disfrutarán quienes siendo amantes de la cultura, amen y les preocupe Europa. Y “Olas”, Edurd von Keyserling, (minúscula) es una bonita novela ambientada en una playa nórdica. Bergman la hubiera podido llevar al cine. Hablemos de libros