El páramo
Me gusta leer papeles viejos, con escritura propia o ajena porque en esa lectura siempre se encuentra algunas perla. Ayer encontré dos : una frase de Schiller y una acertada observación de Julián Marías. Éste último, por los setenta dijo algo que ha resultado profético: “El hombre de hoy solo conserva la sensibilidad para dos temas: la economía y la gastronomía. Eso es lo que tienen los intelectuales honrados: que atisban el futuro, aciertan y espabilan a quienes desean dejar este mundo un poco menos guarro que lo enciontraron. Otros, aunque codician ese nombre, no lo merecen,porque les falta el calificativo: se venden a lo que en ese momento está de moda. Y he dicho profético porque ya vemos la tele hoy: debates politíco- económicos, dando de paso con su esclusividad a una visión sesgada del hombre, y la cocina: “Master chef” “Cocineros al volante”, en este caso, con absoluto desprecio a quienes ya pasan en ella suficiente tiempo, día sí y día también y tienen derecho a crecer en otros temas o simplemente a evadirse un rato. La otra perla a la que me refería es una frase de Schiller : “Mujer, la dignidad del mundo está en tus manos:¡cuídala¡”. Así es, siempre ha sido así porque una sociedad sana no manipula a la mujer haciéndole perder el pudor. Deberían hacerse octavillas de ella y repartírlas por colegios y universidades, en lugar de eso se han repartido preservativos desde que una ministra socialista se empeñó en ello con el “póntelo, ponselo”. De ahí a haberse tragado el aborto – que ya es tragar – era solo cuestión de tiempo. Los que llavamos mucho vivido echamos de menos en prensa y en televisión intelectuales valientes que llamen al pan, pan y al vino vino pero esto es tristemente un páramo. Menos mal que al Papa Francisco se le oye y se le ve.