Para mirar al cielo
Nuestros hermosos ojos, siempre lo son, no los hizo Dios para mirar el móvil, sí o sí, apenas tenemos cinco minutos libres. De ser así, no se habría esmerado tanto ni en la espléndida realidad física de éstos, ni en la belleza del mundo que nos rodea. Nuestros ojos son para mirar al cielo, disfrutar las nubes - quizá podamos ver a Heidi en una de ellas – mirarnos los unos a los otros….Hace poco, en el autobús una madre joven con niña de año y medio en cochecito, tenía éste orientado de modo que la niña estaba de espaldas a ésta. La madre estaba embebida con el móvil y la niña con cara enfurruñada y con razón. ¿Qué hacía esa madre que cambiaba la carita y la sonrisa de su niña por un aparato electrónico? Me dio pena la niña y puesto que yo estaba frente a ella, empecé a hacerle fiestas. Inútil. La niña lo que quería ese un diálogo con su madre, hablado o no. Me armé de valor y se lo dije a su madre con cariño: “los hijos crecen pronto…”. Me lo agradeció con una sonrisa. Al bajar del autobús volví la cabeza, madre e hija frente a frente estaban felices.