El iceberg
Me gustó la imagen - no es mía - que compara la Iglesia con un gran iceberg del que solo vemos la punta. Creo que algunos, una punta tan menguada que apenas si alcanza a su parroquia. La tele, gracias a Dios amplia un poco el campo; así, no ha mucho, la “Popular” nos mostró, en este sentido, el estimulante encuentro de Benedicto XVI en Zagreb (Croacia) con cuatrocientos mil fieles, en apoyo de la familia. Pero volvamos al iceberg: no tenemos ni idea del gran volumen de la Iglesia. Pensemos por un momento, en aquello que estudiábamos en el catecismo, – los que lo estudiamos: la Iglesia está compuesta por:
- Iglesia militante : nosotros, los que aquí luchamos contra todo lo que nos aparta de Dios para llegar un día – quizá no lejano - a verle en el cielo.
- Iglesia purgante: aquellos que aún que murieron en gracia de Dios, por haber faltado penitencia en sus vidas, deben purificar sus faltas en el purgatorio para llegar al cielo
- Iglesia triunfante: quienes a lo largo de los siglos han llegado a la meta y disfrutan ya de la visión de Dios.
Estas tres Iglesias forman, por la comunión de los santos, una única Iglesia.
Nosotros por nuestros sufragios y méritos de buenas obras, podemos ayudar a las almas del purgatorio, que no pueden merecer para sí mismas – se acabó su tiempo- pero si merecer por nosotros. Y los santos del cielo nos ayudan, con su intercesión en esta lucha nuestra por llegar a donde ellos han llegado.
No estamos solos: la tierra y el cielo nos contemplan. En el cielo interesa nuestra lucha personal.
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