Sábado de mayo
Como otras veces, Amparo y yo fuimos a para hacer nuestra alegre “romería” de mayo: rezar a la Virgen las tres partes del rosario. No asustarse que se pasan en un santiamén. Hay mucho que pedir. Nuestra gente: hijos y nietos, aumenta y además como los primeros ya lucen alguna cana, las situaciones vitales se complican. Y además, no podemos olvidar las necesidades de la Iglesia universal, como pueden ser : el fruto apostólico de la J.M.J – Jornada Mundial de la Juventud - Madrid el 18 de agosto -, o la dolorosa situación de la Iglesia en China: catolicismo clandestino fiel a Roma, y catolisismo oficial. El Papa Benedicto XVI dedicó el 24 de mayo - María Auxiliadora - día de oración por la Iglesia en China.
Tras el último rosario, ante la Virgen de los Desamparados, subimos a su camarín, para ver el cuadro de San Josemaría, que han puesto en la escalera de acceso - frente al de Santa María Micaela del Santisímo, que ya estaba – En una cartela del mismo se lee que San Josemaría visitó por primera vez a la Virgen de los Desamparados el 20 de abril de 1936 para poner bajo su protección la labor apostólica del Opus Dei en el mundo. Mientras subíamos me dijo Amparo: “yo hice la primera comunión en el camarín de la Virgen. Y yo le dije: no se por qué pero mi padre tenía mucha devoción a Santa María Micaela.
Tras la rezada, disfrutamos paseo y conversación – nunca se habla mejor e que después de haber rezado – Amparo me contó que un hermano de su padre conoció a la Madre Sacramento y les llevaba las cuentas a las monjas, que entonces tenían huerto, y que al cobrar –era soltero - se dejaba allí la mitad de la paga: “ las monjas, me cuentan tanta pena..”. Luego me dió un dato que me encantó: “mi padre de joven era republicano, tenía ideas liberales. Pero cuando vió que sacaban a las monjas de los conventos, se dijo: esto no es lo mío.” No digo lo que pensé oyéndola o lo que yo le conté porque sino no acabaría nunca. “¡Que bien lo hemos pasado ¿verdad? Me dijo al despedirnos. Así era.
1 Comentarios:
Que buena costumbre la de las Romerias. Aunque parece que cada vez hay mas gente que no reza o que no se acerca a la Iglesia, lo cierto es que a la Virgen si que se acude mucha gente. Ella no nos suelta de su mano nunca, igual que su Hijo
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