27 mayo, 2011

La Leyenda de Buda

“La leyenda de Buda”, de Juan Arnau – mi hijo segundo - recien aparecida en Alianza editorial – los ejemplares regalados por la editorial al autor, llegaron justo el 24 de mayo día del bautismo de su hija Lucía – empieza así:

“ En una época lejana, cuando los cortesanos se untaban el cuerpo con aceite de mostaza y los audaces desafíaban la ilusión del mundo en bosques y glaciares, Suddodanna, príncipe se los sakya, accedió al trono en Kapilavastu. Heredaba una comarca abundante en agua, ganado, madera y plantas medicinales que se extendía desde las estribaciones del Himalaya hasta los llanos del Ganges.
La vida transcurría apaciblemente en Kapilavastu, lod campesinos labraban campos verdecidos por la lluvia, el consejo debatía asuntos de estado, las lavanderas cantaban camino del río, hasta que una noche, coincidiendo con el primer plenilunio del año, la reina tuvo un extraño sueño.”

Juan escribe muy bien y lo he leído mucho y con gusto como ensayista y especialista en budismo. Hasta que decidí – en este último campo en el que ya tiene publicados muchos libros – muchos más de los que a mi me gustaría – poner punto final a esa lectura: ya se mucho más de budismo.de lo que necesito. Sin embargo, “La leyenda de Buda” la leeré.

En la contraportada del libro se dice, entre otras cosas:

“ Con una sensibilidad y un conocimiento extraordinarios, el prestigioso especialista Juan Arnau nos ofrece una nueva versión de la leyenda de Buda, basáda principalmente en fuentes sánscritas ( Buddhacarita, Lalitavistara y Mahavatsu ) El resultado es una narración fluída, de deliciosa lectura, donde se cuentan con singular belleza los episodios más significativos de la vida y enseñanza de Siddharta Gutama. No es mérito menor de ésta espléndida versión, impregnada de espiritualidad y lirismo, el haber sabido conservar la fuerza y la sencillez de los textos antiguos.”

Nota: los nombres aquí aparecidos no he podido escribirlos con los guiones que aparecen frecuentemente sobre vocales y acentos sobre consonantes. Mi ordenador no está preparado para ello.