07 junio, 2011

Educación diferenciuada

La lucha por la libertad debe acompañar al hombre mientras vive. Y más cuando quienes nos gobiernan se empeñan en adoctrinarnos, en arreglarnos la vida de acuerdo con una ideología que no compartimos. Aunque estemos cansados de la brega, hay que seguir revindicando nuestros derechos. Hay que volver a decir una vez más algo de sentido común – que se demuestra el menos común de los sentidos - que la educación de los hijos corresponde a los padres y no al estado. Son los padres, que pagan sus impuestos, quienes deciden la educación quieren para sus hijos y ésta no tiene por qué pagarla dos veces, lo que ocurre cuando se manda un hijo a un centro público que no es un centro concertado. Los padres que han recibido educación diferenciada - la conocen de primera mano sin que tenga que venir nadie a contársela – y están satisfechos de cómo les ha ido con ella en la vida, es lógico que quieran que su hijos se eduquen de la misma manera. La educación diferenciada es un derecho al que como todo derecho no debemos renunciar. El estado está para garantizar los derechos de los ciudadanos, no para ponerles trabas. Hay que recordar una vez más que el hombre y la familia son anteriores al estado y por tanto, superiores a éste. En internet, Hazteoir.org recoge firmas contra el desafortunado proyeto de Leire Pajín. Dejemos la apatía a un lado y defendamos un derecho que nos concierne de cerca. Curioso: la Pajín no tiene hijos.


Carta enviada a "Las Provincias"