22 mayo, 2011

Por un mordisco…

En “Noticias” una revista que se recibe en todos los centros del Opus Dei e informa de buena parte del desarrollo de su labor apostólica en el mundo, encontré una anécdota bonita. La contaré yo a mi vez lo mejor que pueda:

Dos niñas estaban en el parque con que su madre, y de pronto una de ellas mordió a otra, que acudió a su madre desconsolada. La madre de la agresora, acudió enseguida a la otra para disculparse: “Lo siento mucho, no sé lo que ha podido pasar”. La madre de la niña que recibió el mordisco, le quitó importancia y las dos se pusieron amigablemente a hablar de Colegios. La madre de las dos niñas, no sabía a cual llevarlas. La otra le habló de “Senara” y de la educación que allí se impartía. “Senara” es un Colegio en que, además de educar en conocimientos y virtudes humanas, la formación espiritual la imparte la Prelatura del Opus Dei. Por lo visto la convenció, porque a raíz de esa situación, andando el tiempo, pidió la admisión al Opus Dei, primero la niña, que se había portado bien, después su madre, luego su padre y bastante más tarde la que de niña había recibido el mordisco.…Dios se vale de todo

Las personas que piden la admisión al Opus Dei, deben luchar por ser santas – contemplativas - en medio del mundo. Se saben en todo momento hijas de Dios y tratan de encontrarlo en su trabajo que deben hacer con perfección y sentido sapostólico y en las circunstancias ordinarias de cada día. Como todo esto es estupendo, y el bien de suyo es difusivo está claro que la gente del Opus Dei debe ser apostólica, si no, demostraría que no se ha enterado de lo que es su vocación de cristiana.