02 marzo, 2011

Los grandes novelistas rusos

Guardaba, ya amarillito, un artículo de José María Gironella titulado “La complejidad del alma rusa”. Me propongo reseñar las citas en él de los grandes novelistas rusos

Pushkin: (1799) consiguió fijar el idioma ruso como Cervantes y Lucero hicieron con el castellano y el alemán. “Rusia – escribió – es el fuego donde se queman mis alas, en el que se queman incluso las alas de los serafines”. “Tú, pueblo, yérguete sobre tus pies, ¡levántate de nuevo¡”

Gorki: “Los rusos son peculiares. No se comprende que es lo que quieren, si una républica o el diluvio universal”.

Dostoievski: A un escritor joven que le leyó un montón de cuartillas – ante cuya lectura permaneció inmóvil – antes de llevarlas a la imprenta, le dijo: “Joven, sufra usted primero y luego escriba”.

Chejov: “El hombre ruso bascula siempre entre dos extremos, entre Dios existe y Dios no existe. Lo que se encuentra en medio no le interesa, porque el hombre ruso acostumbra a no saber nada o muy poca cosa de aquello que podría consolarle.”

Tolstoi: “He tenido de pronto la idea de fundar una nueva religión que corresponde al estado presente del espíritu de la humanidad: la religión de Jesús, pero depurada del dogma y del misticismo, una religión práctica que no prometa la bienaventuranza futura sino la felicidad en la tierra”.

Gogol: el autor de “El capote” , “La nariz”, “¡El inspector¡” y “Las almas muertas”, permaneció varias temporadas en el extranjero, especialmente en Roma, ciudad que le fascinaba. En el último tramo de su vida estuvo solo y abandonado “Si se le quería ver en Moscú, solo podía ser en pequeñas iglesias, y a última hora de la tarde, en las cuales un hombre vestido muy pobremente rezaba en silencio sus oraciones.”

¿Leerán los jóvenes de hoy a los grandes novelistas rusos que tanto nos enseñaron a sus padres o a sus abuelos y con los cuales pasamos tan buenos ratos?