16 de marzo de 2011
A veces, cuando en una fecha determinada hemos sufrido por algo – sufrimiento real no inventado -, al cabo del tiempo el Señor compensa ese día con otro de la misma fecha en que sucede algo bonito. Me explicaré: el 16 de marzo de 1976 mi hija Marta de cuatro años, sufrió un atropello, cuando cruzábamos los cuatro niños y yo. A la niña la llevaron al Hospital y diagnosticaron conmoción cerebral y fractura de fémur. Fue terrible pero no dejé de ver la mano de Dios en como se iba desarrollando todo. Es verdad lo que decía con convicción Doña Virginia Herrero: “Siempre que ha hecho falta Dios ha estado allí”. Pude perder a la niña por la gravedad de su estado, pero en fecha de hoy Marta tiene cerca de los cuarenta años y es madre de cinco hijos, entre 13 y tres años.
El caso es que yo recuerdo ese hecho, cada 16 de marzo, y hoy 16 de marzo del 2011 han pasado cosas estupendas. Voy a ello:
He tomado café con Patricia y hemos pasado una hora estupenda. A Patricia le gusta escuchar, sabe hacerlo y a mi me gusta hablar. Además de que a mi edad, hay mucho que contar a una mujer de cuarenta, madre de una niña de 11. Conozco a Patricia desde que era colegiala. Siempre me preocupó que su hija Myriam, fuera creciendo sin estar bautizada. Cuando hace dos años di catequesis en la Parroquia, uno de los niños de Primera comunión era compañero de Colegio de Myriam. Les pedí rezáramos todos un padrenuestro al acabar la clase por el bautismo de Myriam y de muchos otros niños, que aún siguen sin él: Siro, Martín.. Yo había rezado durante bastante tiempo por ello. Pues bien, hoy me he enterado que Myriam fue bautizada en la Iglesia de San Francisco de Borja el 2 de mayo del 2010. Lástima haber perdido de vista a los niños de la catequesis y no poder decírselo.
Esta tarde, Marta ha ido con sus hijas Martita y Belén de 11 y 7 años a la Iglesia de San Juan del Hospital ( año 1238, gótico magnífico) a que se confesara Martita. El Rector, D. José Mª Boza, ha saludado a las tres. Él bautizó a Belén. Al decirle Marta que la niña tomaría la primera comunión al año que viene en el Colegio, él le ha dicho: “Pues después, tráela aquí. Encenderemos las luces y que le hagan fotos en el altar mayor”. En ese altar con muchas luces y grandes ramos de tulipanes rojos, se casó su madre. Luego ha llevado a las tres a la sacristía y les ha regalado un ratoncito a cada una de las niñas. Belén ha salido encantada. Marta le ha dicho al Rector: “ Mi padre intervino en la restauración de la iglesia. Rece por él”. D. José Mª lo conocía, son de la misma edad. Recuerdo que una vez que me confesé y le hablé de mi marido, al tiempo en que me daba la absolución, me dijo: “¡Has de ver muchos milagros¡” Salí encantada.
Luego Marta, Martita y Belén se han ido por ahí a ver Fallas.
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