12 octubre, 2010

La Virgen del Pilar dice…

La Virgen del Pilar dice, que no quiere ser francesa, que quiere ser capitana, de la tropa aragonesa. La Virgen del Pilar es, la que más altares tiene; porque no hay aragonés, que en su pecho no la lleve.

De niña tenía una imagen de la Virgen del Pilar, de unos quince centímetros, a la que podía abarcar con la mano. No he podido volver a encontrarla. Me apropié, no recuerdo como, de la casa de Paz 9 - la casa de las tías de Zaragoza - y a la que me aferraba cada vez que, en el colegio, me sabía de cine, la historia, la literatura o la religión y deseaba que me preguntaran. Impepinablemente lo hacían y me ponían un diez - ante el regocijo de alguna que otra compañera, que me había visto sacarla de dentro del pupitre. El “numerito”, en realidad, lo era solo en parte, porque fe en la protección del cielo, gracias a Dios, la he tenido siempre y para nada me molestaba, de paso, hacer reír a alguna que otra..

Aquellos eran tiempos en los que “Caste” y yo éramos amigas. “Caste” era Rosa Ángeles Castellano – mi compañera de pupitre – el nombre de Rosa Ángeles era, a mi juicio, demasiado largo y pomposo. ¡Rosa era mi nombre¡ no podía utilizarlo, hubiera sido un desacato para conmigo misma - aunque yo entonces era Rosita o Rosipi –, así que decidí llamarla “Caste”, cosa que llevó bien. Sonriendo, Como llevó después, la vida entera y no le faltó sufrimiento en ella.

Ayer asistí al funeral de Caste. Murió – de un cáncer de pulmón - este 9 de septiembre de 2010. Cuando volvía de este, en el coche de una amiga de ésta a la que no había vuelto a ver desde entonces, caí en la cuenta de que el “dies natali” de Caste había sido hermoso, por dos razones: por el día de la semana: sábado, día de la Virgen, y por la fecha: 9 de septiembre: aniversario de la liberación de Valencia por Jaime I el Conquistador en 1234. Arriba, hacen las cosas bien: un día escogido cuidadosamente, porque Caste, como buena valenciana, era devota de la Virgen y festera.

“Rosipi”: conjunción del nombre Rosa Pilar que me dieron en el bautismo, en la Basílica del Pilar,. Los nombres de mis dos abuelas. Y por el que nunca me llamaron. Yo era entonces Rosita, nombre que me reventaba y que me duró mucho tiempo. Rosipi lo inventé yo. La última sílaba escrita con la letra griega. La del número 2,1416 utilizado para calcular la longitud de la circunferencia. Y lo hice en honor de nuestra Madre encargada de curso: la Madre Pilar de Felipe del Espíritu Santo: nuestra profesora de Matemáticas, Física y Química – a la que yo quería mucho y Caste también. La sonrisa de la Madre Pilar era continúa. Ese creo yo que fue el gancho con el que se nos metió en mi corazón . Ahora, Caste y ella se habrán visto en el cielo.

Felices tiempos aquellos en que lasa chicas de dieciséis años apenas sabían de la vida, pero ,lo suficiente para trazar ésta con rectitud. Ayer pasé un día fatal. Descanse en paz.

1 Comentarios:

At 13 octubre, 2010 19:15, Anonymous Anónimo escribió...

En unos aspectos es usted una Juana de Arco, como en el matrimonio, imbatible; en otros es bálsamo, como en esta entrada que me ha parecido preciosa.
Mil gracias.

 

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