24 mayo, 2010

Taüll

Después de un tiempo sin hacerlo, puedo volver a escribir de nuevo. He tenido un largo y estupendo fin de semana en Taüll. Al llegar a casa he encontrado marchita la maceta de flores naranja que tengo junto al ordenador y el pequeño ramo de azar que puse junto a la talla de la Virgen, sobre una columna a la derecha de éste. Puede que no es que les faltara agua sino que se han puesto tristes de no verme. Se han sentido solas. Yo en cambio he venido “más lozana”. Desde la terracita del apartamento: la montaña ahí mismo, con la cresta nevada. Por las mañanas, lo mejor del día, después del placer del desayuno y ducha, salir al pueblo –precioso - y recibir en la cara el aire fresco de montaña y a un paso la deliciosa iglesita, – románico lombardo – de Santa María de Taüll.. Siempre recordaré esa oración mañanera en ella. Ha sido un regalo de la Virgen en este mes de mayo.

Las ocho Iglesias románicas y una ermita del Valle de Boí: Santa María de Taüll, San Clemente de Taüll , Santa Eulalia de Erill la Vall, San Joan de Boí, Sant Feliu de Barruera, etc, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, son eso: un tesoro. Nos lo dejaron quienes creían firmemente que el hombre está hecho por Dios y para Dios.

Decía Chesterton que la frase de Jesucristo, cuando era aclamado en su entrada a Jerusalén a lomos de un borrico, “En verdad os digo que si éstos callaran, hablarían las piedras”, se había hecho realidad en las catedrales góticas. Es posible. Pero antes y para mí con más fuerza, habían gritado las torres de base cuadrada de los campanarios, los arcos de medio punto a la medida del hombre, las recias columnas y los deliciosos ábsides de las iglesias románicas.

El viaje,lo he hecho con mis hijos Fe y Nacho y mis tres nietos; Juan: cinco años, Vega: cuatro y Nachito: no llega a los dos. Se han portado de cine a pesar de los largas sesiones de coche. Nachito, que habla mucho para su edad, decía lleno de ilusión cada dos por tres: “campanas”. Y nos alegraba la vida. ¡Qué bonito es el universo de un niño¡ y que privilegio estar con ellos. El que Nacho ( después del trasplante de los dos pulmones en diciembre del 2008) haya llevado el coche de una sentada desde Valencia hasta Taúll y luego en las excursiones por el valle de Boí y el de Arán no deja indiferente a quienes lo hemos visto antes del trasplante. “Vivimos entre milagros” me dijo Rocío refiriéndose a él. No le falta razón.