Baile de fechas
Cuenta Salvador Bernal que en agosto de 1991, el entonces Padre del Opus Dei, Don Álvarlo del Portillo participó en la Jornada Mundial de la Juventud en Czestochowa. Mi hija Fe estuvo en ella. La veo bajar muy de mañana, sola por la cuesta de Rubielos de Mora para viajar a Valencia y salir desde aquí. Me sentí orgullosa, preocupada y algo triste.
Don Álvaro en la homilía de la Misa que celebró el día 14, para jóvenes de habla castellana, señalaba: “Estamos presenciando un tiempo de especial trascendencia, uno de esos momentos en los que se decide la suerte de las naciones, de millones y millones de almas (…)Dios es el Señor dee la historia, pero quiere contar con nuestra colaboración en el cumplimiento de sus designios salvíficos”. Y es que acababa, como quien dice de abrirse el telón de acero. Ya se podía hablar de Dios en Rusia y en tantos otros países del este.la
El 25 de diciembre de ese año todo el mundo pudo ver en televisión como la bandera roja con la hoz y el martillo fue arriala en el Kemlin y sustituida por la antigua enseña de Rusia. Dostoievski y Chejov en el cielo, al enterarse de que se había roto ese opresivo silencio, que tantos sufrieron desde 1917 seguro que tuvieron una alegría supletoria.
Ayer era el aniversario de la Beatificación de San Josemaría : 17 de mayo de 1992. Yo estuve en Roma. En la misa de ayer el sacerdote dijo que era la festividad de San Pascual Bailón: 1592. Cuatro siglos y dos santos aragoneses.
Cuando escribí para “ Las Provincias” en 1992 sobre esa beatificación, se celebraba entonces el V Centenario del descubrimiento de Ámerica, caí en la cuenta de que los dos últimos guarismos de las dos fechas eran idénticos. Me pareció estupendo. Con cinco siglos de diferencia se descubrían dos mundos. El segundo no visible pero palpable. Mi hijo Juan estuvo ese año haciendo la derrota histórica de Colón en la carabela “Pinta”.
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