03 enero, 2010

"Los hermanos Karamazov"

Los Karamazov

Me han invitado a una “tertulia literaria” una vez al mes de 3 a 4 de la tarde. Así de agobiado va el personal femenino… Rejuveneceré. Durante años tenido una “tertulia literaria” en casa, más distendida en el tiempo. También podría aprovechar para ser algo más humilde – cosa costosa – porque quien la dirige, podría ser hija mía y teniendo en cuenta que yo llevo leyendo desde que eché los dientes …Pero bueno, allí estaré, Dios mediante. El libro leído será “Crimen y Castigo”. Me alegré de que el autor elegido fuera Dostoievski.

Requetebién lo pase a mis 26 años leyendo “Los hermanos Karamazov”. Además su lectura – es lo bueno de los libros que dejan huella: van jalonando nuestra historia – va unida a una deliciosa terracita, casi invadida por un gran árbol, donde me instalaba con mi primer hijo de pocos meses, durmiendo en su capazo. Un niño tranquilo y bueno con el que era posible disfrutar leyendo y mirándolo de vez en cuando. Podía echar la tarde leyendo, con la conciencia tranquila.

Voy a dejar hablar un segundo a Mitia Karamazov:

“Soy yo digno de ser servido?” “Si, soy yo digno de ello?” me pregunté de pronto. En efecto, ¿a título de qué merezco yo ser servido por otro hombre que está hecho como yo a imagen de Dios?”

“Soy yo digno de que me sirva otro? ¿ Tengo acaso derecho a explotar su miuseria y su ignorancia. Y me admiraba entonces de que las ideas más sencillas, las más evidentes nos llegaran con tanto retraso al espíritu.”

“Crimen y Castigo” lo leí años más tarde: con cuatro hijos ya. He ido a la Biblioteca a por él para echarle un vistazo y lo que me temía: la letra es tan pequeña que no puedo leerla. Los años pasan.

Echaría pues un vistazo a “Crimen y castigo” y fui a buscarlo a la biblioteca de mi hijo que me había birlado de mozo mi ejemplar. Lo que yo me temía: u ¿a título de qué merezco yo ser servido por una letra minúscula imposible de leer. El tiempo pasa. Viviré de rentas