01 enero, 2010

2010

Para empezar a escribir, tendré que romper el hielo, porque la fecha es solemne. Pensando en ella estos días, se me ocurrió que sus dos últimos guarismos nos recuerdan los diez mandamientos. Quien sabe si en su transmisión y cumplimiento estriba el poder salir de la crisis. La económica y la otra. Creo que es una idea a la que no estaría mál darle más de una vuelta. Luego esta mañana, quizá para quitarle un poco de hierro a un año que empieza, se me ha ocurrido eso que dice Don Mendo, encerrado en su mazmorra: “¿Por qué causa este miedo extraordinario esta fecha ay¡ de mí del calendario?” Pero no hay miedo: este año – año santo compostelano – está puesto, como todos los años bajo la protección de Santa María Madre de Dios. Acudir a Ella, recien despuntado, pedirle su amparo es algo más que sensato. Hoy la Basílica de la Virgen de la Virgen de los Desamparados (Valencia) estará de bote en bote.

Al abrir el correo he visto un comentario precioso que agradezco, y algunas felicitaciones. “¡Auguri¡” para todos. Que conste que algunas veces rezo por los que entran en mi blog y por lo que escribo en él, Me lo sugirió mi amiga Rosa, también se lo agradecí. Hay que tener buenas amigas, o amigos, según los casos.

Se me ha ocurrido lo de “Auguri”, palabra que no conocía, porque así me felicitó Maribé, ( ha pasado media vida en Roma) cuando me publicaron en “Levante” en el 82 un artículo sobre la venida de Juan Pablo II a Valencia, con una gran foto de éste.

Y como una idea trae otra, transcribo unas palabras de Benedicto XVI cuando el ángel anuncia a María que va a ser Madre de Dios: “No temas María, le dice. En realidad había motivo para temer, porque llevar ahora el pesio del mundo sobre sí, ser la Madre del Rey universal, ser la Madre del Hijo de Dios, constituía un gran peso, un peso muy superior a la fuerzas de un ser hum. Pero el ángel le dice: No temas. Sí, tu llevas a Dios, pero Dios te lleva a ti. No temas.”