12 julio, 2009

Tarde de domingo en el Hospital Universitario “La Fe”

Con un calor de María Santisima, Maribel y yo nos encaminamos a “La Fe”. Íbamos a hacer la obra de misericordia de: visitar a los enfermos. En este caso a ver a Cristina Nevado Bermejo, religiosa carmelita. La hermana María de Cristo Rey – que tal es su nombre en Religión - lleva trece meses ingresada, con algún pequeño descanso en el convento, por las sucesivas operaciones, infecciones…etc, resultado de no aceptar una prótesis de rodilla. “Gracias que no me han tenido que cortar la pierna” dijo positivamente. Ahora parece que la operación ha sido un éxito.

María de Cristo Rey, tiene 65 años, tomó el hábito el 1 de julio del año 74, festividad de la Preciosísima Sangre de Cristo, y tiene el garbo de las hijas de Teresa de Ávila Se lo dije y me contestó con un verso de la santa: “Tristeza y melancolía, no la quiero en casa mía”. Lo conocía, pero había olvidado eso que tan bien viene recordar. Como jaleé el versito, nos contó que una monja ya anciana a la que le costaba mucho subir la escalera decía para animarse: “¡arriba, romero¡, ¡tropa de Jesús¡ / que allá nos espera San Juan de la Cruz¡”

La hermana María de Cristo Rey, con su paz y su optimismo llenaba el cuarto de dos camas de enfermo y los respectivos visitantes. Al despedirnos, Maribel y yo sonreíamos y nos mirábamos llenas de una gran una paz. Esta mañana me la he encontrado por casualidad y seguíamos sonriendo sedadas. Nos duraba la fragancia del “buen olor de Cristo” que había esparcido la carmelita la tarde anterior.