Bien pudiera ser que…
Bien pudiera ser que se hubiera inventado Google, no más que para que yo pudiera escribir lo que quyisiera en mi blog y mandarlo al mundo mundial.
¿Y por qué no había de ser así? Los sueños se realizan. El mundo es de los soñadores. Primero se sueña con ir a la luna y luego se acaba yendo. Unos van, otros lo han hecho posible.
Primero se sueña con un Príncipe Azul y luego Dios, te lo trae a casa. A mi me ocurrió
“Soñad y os quedaréis cortos”. A más de uno le sonará esta frase alentadora y sabrá su fuente. A mí me ha confortado más de una vez.
Está emparentada con otra que me dijo Marisol hace muchos años: “No renuncies a n nada, ni a nada”. Pues eso. No renuncio. Pongo los medios y espero. “Mantén el ritmo de nuestra espera”, le decimos a veces a la Virgen, esperanza nuestra.
Me gusta el lema de los pilaristas:“Firmes en la fe, seguros en la esperanza y constantes en el amor”. Entre ellos no es dífil encontrar hombres de pro.
De niña, en cuanto tuve conciencia de la sensatez de la fe católica que me enseñaron, tuve claro que eso había que contarlo. Que era inmoral no hacerlo. A los cuatro vientos. Eso había que decirlo a los cuatro vientos. Por mí no debía quedar. ¿Pero cómo podía hacerlo yo pobre infeliz?.
La necesidad, crea el órgano. Ahí está internet.
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