27 septiembre, 2008

Alexander Solzhenitsyn

Leí a Solzhenitsyn: “El primer círculo”, cuando tenía treinta años y dos niños pequeños. Acababa de leer “Los Karamazov” y necesitaba otro ruso de los que se meten en honduras. La semana pasada leí en “Alfa y Omega”, que Solzhenitsyn murió el 4 de agosto de 2008. El articulista se extraña, y muchos con él, del silencio absoluto de esta noticia y la ausencia de un reportaje televisivo en la 2 sobre vida y obra de quien escribió “Archipiélago Gulag” y alertó a occidente sobre las atrocidades cometidas en el paraíso comunista de la URSS.” Solzhenitsyn visitó España en 1976 y la “inteligencia” de izquierdas se le echó en cima. Agradezco a Dios el haberme pasado la vida leyendo contra corriente. Es una de las ventajas que tiene ser cristiano: que uno está al abrigo de modas e ideologías. El cristianismo – decía Chesterton - es la única oportunidad que tiene el hombre de escapar a la vergüenza de ser hombre de su tiempo.

Solzhenitsyn, nos advertía en 1976 : “ El que tenga perspicacia, el que además de la libertad ame también a España, debe pensar en el pasado mañana. Vemos que el mundo occidental se está debilitando, ha perdido su voluntad de resistencia, no hay responsabilidad en el uso de la libertad”.
Señalaba también el parentesco entre el comunismo y la sociedad occidental basada en el consumo. Ambas realidades eran materialistas.

¡Occidente, despierta¡ en su discirso del 8 de junio de 1978 en la Universidad de Harvard ( Estados Unidos)
Dijo entre otras cosas:

Socialismo: “ Muchas personas que viven en occidente estan insatisfechas con su propia sociedad, y esto empuja a muchos a inclinarse por el socialismo, lo cual es una falsa y peligrosa tendencia: el socialismo, de cualquier tipo o matiz, conduce a la destrucción total del espíritu humano y a la nivelación de la humanidad en la muerte.”

“Si alguien me preguntara si yo propondría a Occidente tal como es en la actualidad, como modelo para mi país, francamente respondería en forma negativa: No. No recomendaría vuestra sociedad como un ideal para la transformación de la nuestra. A través de profundos sufrimientos, las personas de nuestro país han tenio un desarrollo espiritual de tal intensidad que el saistema occidental, en su presente estado de agotamiento, ya no aparece como atractivo”.