Nariz católica
Cuando uno se estima su fe, y no está dispuesta arriesgarla, no ya por un quítame allá esas pajas, sino por todo el oro del mundo; se puede decir que tiene nariz católica. Que “huele” en su lectura, aquello que de una manera u otra puede socavarla. El tema de no estar dispuesto a leerlo todo ( algo por otra parte insensato dado que la vida es corta y hay mucho de bueno por leer) es algo que un agnóstico, un católico no practicante, o un católico practicante a medias, te echa a la cara a la menor oportunidad, sobre todo si quiere atacar a la iglesia ( una pobre manera o de tener miedo a la verdad, profundizar en la verdad, o de justificarse ). Justo al poco de tener ocasión, hablando con una amiga, de comprobar lo arriba dicho, me encuentro con estas palabras del Papa Pío XI
“Entre las ocasiones particularmente delicadas que pueden poner en peligro la integridad de la fe la Iglesia ha señalado siempre la lectura de libros que atentan directa o indirectamente contra las verdades religiosas y contra las buenas costumbres, pues la historia atestigua con evidencia que, aun con todas las condiciones de piedad y de doctrina, no es raro que el cristiano se deje seducir por la parte o apariencia de verdad que hay siempre en todos los errores”.(Pío XI, Costitución Apostólica 24-v-1931)
No se debemos ser “como los que toman el veneno mezclado con miel” (San Basilio )
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