09 agosto, 2008

El Libro de los libros

Hablando de cómo la Sagrada Escritura, que aprendió de memoria en dos lenguas, formó el alma de San Pablo, y del gran amor que los judíos tenían a la misma, cuenta Joseph Holzner en su biografía sobre San Pablo:

“Es algo conmovedor y sin ejemplo el amor de éste pueblo tenía a su Biblia. Doscientos años antes de la destrucción de Jerusalén, un sabio judío, en una colección cde sentencias, ya había expresado el pensamiento de su época, que también latía en el alma del joven Saulo “Este es el libro de la alianza hecha con el mismo Dios altísimo. De él brota la sabiduría como el agua del Pisón en su crecida y el agua del Tigres cuando desborda en primavera. De él brota el juicio como el Eufrates en sus avenidas y el Jordán en la época de recolección. De él ha brotado la disciplina como el agua del Nilo en otoño. Nadie ha habido que haya aprendido completamente todo el contenido de su sabiduría, y nadie existirá que sea capaz de agotarlo. Pues su significado es más rico que el mar y su palabra más profunda que un abismo”. Y continúa diciendo Holzner:

“En la destrucción del Templo en tiempo de Tito, los judíos, que entienden de preciosidades, abandonaron los vasos sagrados de oro y plata, los candelabros y las lámparas, y hasta el racional del sumo sacerdote, con las grandes piedras preciosas, solo para salvar la Biblia. Esta era el verdadero tesoro del templo y no fue presa de las llamas.”

Y digo yo : ¿No estará relacionado el agrado con que se ven , a pesar de los años, películas de las grandes historias del oeste americano como “La gran Prueba”, “Centauros del desierto”, “Siete novias para siete hermanos” o incluso “El hombre tranquilo”,a que reflejan una familia fuerte en la que la lectura en común de la Biblia no es un elemento sin importancia?