29 agosto, 2008

Diógenes

Se cuenta que un día un discípulo de Diógenes que había subido mucho en el favor real, fue a visitar a su antiguo maestro y lo encontró comiéndose un plato de lentejas que era entonces la comida de los pobres. Al discípulo le dio mucha pena verlo y le dijo: “Diógenes, si hubieras aprendido a dular al rey no tendrías ahora que comerte este plato de lentejas”. A lo que Diógenes le contestó: “Si tú hubieras aprendido a comer lentejas, no tendrías ahora que adular al rey”. Maestro y discípulo charlaron un rato y como siempre sucedía cuando se encontraban, éste salía de la conversación mejor y más fuerte que antes de ella. El discípulo fue después a hablar con el rey para contarle lo pobremente que vivía Diógenes. El rey decidió ir a hacerle una visita con su séquito. Al llegar a la casa de Diógenes se lo encontró sin hacer nada sentado a la puerta. El rey le dijo: “Diógenes, tu has enseñado a muchos y con tu vida eres un faro de luz para todos. Pídeme lo que quieras que te lo daré: trabajo, dinero, tierras, mansiones”. Diógenes se lo quedó mirando y le dijo: “¿De verdad me darás lo que te pida?”. Ante el asentimiento del rey, Diógenes respondió: “Pues quítate de delante porque me estás tapando el sol. ¿no ves que estoy tomando el sol”. Después de que el rey se hubiera apartado Diógenes continúo: “Si estuvieras dispuesto a darme algo para los demás, te pediría escuelas, hospitales, carreteras…, pero para mí no necesito nada.”

Lo que acabo de escribir lo contó el lunes pasado en la homilía un sacerdote del Opus Dei que vino a la Virgen de la Vega a confesar toda la tarde a la gente y después celebró la misa. Ésta la empezó diciendo que celebrábamos la festividad de San José de Calasanz, 1648 aragonés y fundador de las Escuelas Pías ( escolapios). Las primeras vocaciones la obtuvo en Roma con las que estableció sus primeras escuelas en los barrios más pobres de la ciudad. Se distinguió por su paciencia y fortaleza pues sufrió calumnias y persecución, hasta por sus mismos compañeros y éstos consiguieron echarle de la orden que él había fundado.