15 octubre, 2007

Teresa de Ávila

Cómo no pensar hoy en mis monjas teresianas¡.. Hubiese querido volver a coger la Vida de Santa Teresa escrita por ella misma en el castellano del siglo XVI, que tengo en tres tomitos con tapas de pergamino que tanto disfruté de moza, pero me ha arrollado la vida. Tuve la desfachatez, de subrayar en ellos, a bolígrafo, aquellos párrafos que me impactaban, razón por la cual no sería ahora difícil bucear en ellos pero todo requiere su tiempo. Volveré al 2007 y dejaré que el día este iluminado por tan gran mujer.

Hay un libro estupendo de su vida escrito por Marcelle Auclair, del que ya hable aquí. Y hay otro “Las Misericordias de Dios” (su vida contada por ella misma) de Cuadernos Palabra en versión de Antonio Urbina.

Gran fiesta en las Carmelitas y a mí me invita a comer al Zacarías mi jijo Juan que vivió mucho tiempo en México en Pedregal de Santa Teresa. Luego he quedado con Carmen José que lleva un nombre muy de acuerdo con el día: San José (Teresa decía que no recuerda haberle pedido algo a San José y que no se lo hubiera concedido) y el Carmelo. Me encanta haber caído hoy en la cuenta de lo teresiano que es el nombre de mi amiga, aragonesa y bravía como yo.

Este año, movida por buenos ejemplos, voy a dar catequesis en la Parroquia a niños de Primera comunión. Pondré aquí su lista de nombres, cuando los conozca, por si algien quiere ser su amigo invisible y rezar por ellos.Un buen negocio invertir en la infancia. “sus ángeles ven el rostro de Mi Padre Dios”. Ayer ví a Amparo, teresiana como yo en su formación de Colegio. Recordamos juntas tantos buenos ejemplos de monjas santas. A su nieto Martín, no lo bautizan…Ella siempre que puede le hace la señal de la cruz en la frente.. Hasta pronto